Un apasionado del deporte y del bienestar, Gerardo MacFarland

Personaje

Un papá con mucho estilo y actitud, nos platica del amor que le tiene a sus hijos y al futbol.

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Gerardo MacFarland, papá y abuelo de renombre

Entusiasta, carismático y con una energía muy fresca, Gerardo Macfarland se ha dedicado es dar conferencias sobre la familia y desarrollo humano, está capacitado como coach de alto rendimiento, además de que llegó a trabajar con competidores; es cinta negra en taekwondo, ha jugado futbol profesional y es un papá apasionado de sus hijos y nietos.

Con una mamá bailarina y un papá deportista, Gerardo desarrolló sus habilidades desde joven, a los 11 años descubrió su amor por el futbol y desde entonces, se dio a la tarea de dedicarse y esforzarse hasta llegar a jugar en primera división, logro que obtuvo en 1974. Durante este tiempo disfrutó jugar al lado de personajes como Hugo Sánchez, Víctor Rangel y Héctor Tapia.


Al haber firmado contrato con el equipo de Puebla, debuta con 5 goles en menos de un mes, ya que siempre destacó por su gran habilidad con el balón. A los 25 años decide retirarse por lesiones y cambiar de deporte, al lado de sus hermanos comienza a desarrollar el taekwondo. Con su propia organización y más de 120 escuelas en toda la república, Gerardo sigue destacando en el área del deporte; compite y gana dos medallas panamericanas.

Tiempo después comienza a entrenar a las chicas de Miss México y para continuar su crecimiento profesional comenzó a dar conferencias, quien por su manera de desenvolverse, llegó a contar con una gran participación de oyentes. Sin embargo, no se detuvo ahí, tiempo después, decidió tomar cursos y estudiar una maestría en Ciencias de la familia, “no he dejado de pensar en ayudar a las personas” comentó. Además, las personas que los siguen en redes sociales son de toda la república y de otros 45 países, como Alemania, España, Singapur, entre otros.

Parte esencial en su vida son sus hijos Gerardo y Amy, quienes son su adoración, y también no podían faltar sus nietos, los pequeños que lo mantienen joven, “soy un abuelo joven, y no por edad, más bien por espíritu; corro, salto y juego con ellos, y hasta la fecha sigo haciendo lo mismo”.

“Soy un amante del amor, de la fraternidad, de que nos abracemos y no tengamos problemas, y para mantener una vida así, uno debe mantener la ilusión, y mi ilusión es mi familia”.

El deportista admira mucho a sus hijos, de Gerardo es la perseverancia, ya que desde chico su hijo coleccionaba autos, y poco a poco esta colección fue creciendo, así como el tamaño de los autos, “mi hijo me dijo que quería su Porsche, y cuando investigaba que estudiar, después de dos intentos, me dijo que se había decidido por ingeniería mecánica y abrir su taller”, comentó el feliz papá. Tiempo después ambos construyeron pieza a pieza su Porsche, ahora, el coche se encuentra en un museo y ha viajado por Ecuador, Alemania y Francia.


De Amy lo que más admira es que sea una mujer muy activa y tenaz, “ya que es arquitecta, remodela, pinta, tiene 3 hijos y todo lo nuevo que se le ocurre, lo hace”, es una mujer que nunca se detiene, disfruta del deporte y siempre realiza nuevas actividades, “mis hijos son mis dos pilares, ya que sin ellos la vida sería más difícil” agregó.

El impacto que tuvieron sus hijos en su vida es indescriptible, Gerardo siempre quiso tener dos hijos, un niño atrevido y una niña llena de vida con ojos verdes; y para su buena suerte ¡los tuvo!. “Amy de pequeña se me pegaba en la espalda, cuando tenía que salir de casa se colgaba de mi pierna, así que tenía que salirme corriendo”, comentó riendo.

La confianza es el súper poder de Gerardo, además de la motivación en los momentos más difíciles, sabe que las cosas se pueden arreglar y de esa manera encuentra el entusiasmo. Todo esto heredado de su papá, quien era una persona muy alegre, y siempre mostró muchas ganas de vivir.


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