Karime Saldaña dibuja sonrisas gracias a la equinoterapia

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La directora de la fundación Sonrisas Bajío, Karime Saldaña Portillo, contribuye junto con su equipo multidisciplinario a cambiar vidas a través de la equinoterapia.

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Karime Saldaña Portillo instauró una fundación para ayudar a niños y adolescentes que sufren alguna discapacidad. Foto: Aarón Solís

Cinco años atrás una situación familiar introdujo a Karime Saldaña Portillo en el mundo de la equinoterapia con el simple propósito de ayudar.

Su sobrina de apenas un año y medio de edad fue detectada con encefalitis viral, lo que le ocasionó un daño en el sistema neurológico.

En su búsqueda por encontrar tratamientos que le ayudaran en su recuperación, encontró en la terapia asistida ecuestre una alternativa complementaria con los que notó resultados extraordinarios.

Fue una situación compleja en casa y es cuando te metes al mundo de la discapacidad, empezamos a trabajar con mi sobrina con un caballo fascinante para este tipo de trabajos, que tenía mi tío en un rancho”, compartió.

Así instauró su fundación Sonrisas Bajío y emprendió un camino lleno de aprendizaje para absorber todos los conocimientos y poder trabajar tanto en la parte neurológica como en la social, cognitiva, verbal y en la inserción a la sociedad de niños y adolescentes con alguna discapacidad.

Su equipo multidisciplinario conformado por profesionales de la salud se va ampliando cada vez más de acuerdo a las necesidades, y son cada vez más las alianzas que se generan y las puertas que se les abren para seguir creciendo como asociación.


Además de ofrecer conferencias, recientemente recibió la noticia de que será la persona encargada de la formación de equinoterapeutas en la zona bajío por la Alta Escuela de Jinetes Domecq, añadiendo que fue invitada a Argentina para hablar sobre cómo se trabaja la técnica en nuestro país.

Acompañada por la psicóloga, también suele trabajar en conjunto con empresas y su personal para mejorar el liderazgo, la confianza y seguridad de pendiendo de la situación particular.

A pesar de que hay personas que me llevan toda una vida de experiencia en terapias ecuestres, es el trabajo y empeño, así como el amor con el que hago las cosas”, confesó.

Esa pasión con la que hace su labor, la hizo merecedora de una medalla de la mujer de México 2020 por ser vocera de las mamás con niños con discapacidad.

Asimismo formará parte de un libro especial donde honrarán a estas féminas reconocidas por su gran contribución en distintos ámbitos.

La invitación para ser parte de la causa está abierta para la sociedad, pues las donaciones tanto económicas o en especie, o el programa de apadrinamiento a un niño o equino están vigentes.

Tal es el caso de Mazapán, un caballo de edad avanzada que sufría maltrato por sus anteriores dueños y para el que se buscó una jubilación tranquila y llena de amor. Puedes conocer más en sus redes sociales o al 477 115 05 16.

Lo que hago mucho aquí también es inyectar a los papás esa parte hacia la no violencia a los animales, vas empezando a crear conciencia”, finalizó Karime quien nos adelantó que el próximo año introducirá la canoterapia.


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  • Adrián Claudio