Hasta la muerte: La dolorosa batalla de Freddie Mercury contra el VIH

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Hasta el día de hoy, el mundo entero llora la trágica pérdida de uno de los cantantes más icónicos y talentosos de la historia

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Freddie Mercury y su dolorosa batalla contra el VIH (Foto: Instagram)

El sábado 13 de julio de 1985, se dio el concierto "Live Aid". Algunas de las bandas más legendarias de la historia estuvieron ahí; Paul McCartney, David Bowie, Bob Dylan, Elton John por nombrar algunos, todos reunidos para recaudar fondos para Etiopia. Sin embargo, eses día, sólo una banda haría historia, dando en lo que sería el MEJOR show de rock en vivo del mundo. ¿Qué banda? Vaya, ni hay que decirlo: por supuesto que fue Queen.

Queen era bien conocida por sus álbumes que encabezaban las listas de éxitos y sus sencillos. Su líder Freddie Mercury era un cantautor extravagante, exagerado y extremadamente talentoso que podía llegar a notas tan altas, como ningún otro. Esos 28 minutos de Queen incluyó sus mejores éxitos que prendieron al mundo entero, y era el ejemplo perfecto de que Freddie estaba en la cima del mundo. Pero lo que nadie sabía es que hace unos años había dado positivo a VIH y el tiempo no estaba de su lado.

Con el paso del tiempo, Freddie se sometió a varias pruebas para detectar el virus del Sida. Una de estas pruebas fue una biopsia que se realizó en una lesión que apareció en su hombro. Freddie comenzó a ver noticias y a recibir llamadas de que algunos de sus ex amantes estaban muriendo debido a enfermedades relacionadas con el sida. Esto fue más evidencia para que él concluyera que probablemente también tenía la enfermedad.

En 1986, Freddie se hizo la prueba del sida 10 veces y en cada una de ellas dio positivo. No había forma de negar la verdad, y para Freddie, esto no fue una gran revelación. El diagnóstico habría llegado tarde o temprano. Freddie estaba experimentando síntomas del virus, como infecciones de los ganglios linfáticos; experimentó pérdida de peso, fatiga constante, sudores nocturnos e infecciones de garganta. Freddie solo quería más tiempo para lograr más.

Freddie solo se lo dijo a un número selecto de personas para reducir la presión y el estrés. Le dijo a Jim Beach, su abogado, pero las personas que quedaron en la oscuridad fueron su familia y los medios de comunicación. Si optaba por revelar sus diagnósticos a los medios de comunicación, por extensión revelaría que también era homosexual. Creía que si los medios de comunicación sabían que era homosexual, podría ser el suicidio de su carrera. Si se sabía que Freddie tenía sida, habría hecho casi imposible viajar, ya que aún se desconocía cómo se transmitía el virus. Para asegurarse de no poner en riesgo su carrera, solo se lo dijo a un número selecto de personas a medida que pasaba el tiempo.

La homosexualidad fue un tema muy debatido en los medios de comunicación, y cualquier persona de alto estatus que fuera denunciado por ser homosexual corría peligro. En esa época no había muchas celebridades homosexuales que salieran del clóset, por lo que era hubiera sido un GRAN riesgo para Freddie. En ese momento, él creía que esas revelaciones podrían afectar la imagen de la banda, así que decidió guardar el secreto por años.

Freddie evitó las pruebas obligatorias del VIH en Estados Unidos con la excusa de que “no estaba en condiciones para hacer tours”, para evitar que su secreto se hiciera público. A partir de ese momento, dejó de salir de casa; había demasiado riesgo asociado con ser visto en público. Jim Hutton fue quizás la persona más importante informada sobre la condición de Freddie, porque él era la pareja de Freddie en ese momento.

Otras personas que no sabían de la condición de Freddie fueron los miembros de su banda, e incluso sus padres, porque pensó que los estaba "protegiendo" y temía su posible reacción violenta.

En 1988, Freddie Mercury estaba bajo el cuidado del Dr. Gordon Atkinson para chequeos regulares y de rutina. También estaba viendo a varios otros especialistas, por lo que su condición fue monitoreada de cerca para prevenir aún más las complicaciones del virus y posiblemente darle más tiempo. Debido a su estado y conexiones, pudo obtener medicamentos avanzados de seguimiento rápido que no estaban disponibles para otras personas que también tenían el virus.

Su médico le recetó un fármaco llamado AZT, que en ese momento era un fármaco experimental que mostraba resultados prometedores. Freddie comenzó con una dosis diaria de 300-500 mg de AZT por día, lo que le dio "un efecto tangible durante un período de 6 a 9 meses", lo que le dio tiempo para empezar a grabar música nueva de nuevo.

Queen comenzó a trabajar en su álbum "The Miracle". Esta fue la primera vez que la banda adoptó una política de créditos de escritura colectiva. Después de meses dedicados al álbum, Queen se tomó un descanso. Roger Taylor comenzó a trabajar en su proyecto en solitario y Freddie comenzó a hacer sus propios arreglos. Freddie tuvo la oportunidad de trabajar con Montserrat Caballé, una cantante de ópera española en ese momento. Durante todo esto, Freddie comenzó a experimentar efectos secundarios más fuertes del virus, como dolores de cabeza, vómitos, náuseas e insomnio. Cuando volvió a grabar con Freddie, su compañero de banda Brian May comenzó a sospechar que algo andaba mal con Freddie, pero no sabía con certeza qué. En octubre, Freddie fue a Barcelona para actuar con Caballé, a pesar de que sus médicos desaconsejaron la decisión. El Dr. Atkinson finalmente revelaría que Freddie no “quería que su condición física interfiriera con sus compromisos profesionales”.

A medida que pasaba el tiempo, la salud de Freddie empeoraba, lo que hacía que su capacidad para desempeñarse fuera casi imposible. Por su actuación con Caballé se tomó la decisión de que ya no podría cantar en vivo. Este percance en su actuación con Caballé no pasó desapercibido para el público, y lo más importante, para los medios de comunicación.

Después de la actuación, los rumores de que Freddie tenía sida se volvieron desenfrenados, y a Freddie se le hicieron preguntas al respecto en entrevistas y conferencias. Freddie intentó encubrir su enfermedad lo mejor que pudo al afirmar que las canciones que interpretó con Caballé eran muy difíciles de interpretar en vivo y que no quería decepcionar a la multitud.

Después de muchas semanas de trabajar con la cantante, Freddie pensó que era correcto decirle sobre su condición y así lo hizo. Caballé le dijo a Freddie que él era "muy fuerte, y también su voz". Todavía no se veía como un hombre al bordo de la muerte y recordó cuando Freddie estaba actuando "sus ojos brillaban con lágrimas" y que "sabía que probablemente que sería su última actuación". Fue su despedida, “fue su adiós, al menos al escenario”.

Cuando Freddie regresó a Inglaterra, con el álbum finalmente terminado, comenzó a grabar algunos trabajos en solitario. A pesar de que tenía una enfermedad terminal, quejarse de su condición física no era beneficioso y no contribuiría a nada; así que se dedicó a terminar sus negocios lo mejor que pudo. Freddie, sin embargo, no pudo pasar por alto el deslumbrante detalle de que no le había dicho a la banda sobre su condición, y finalmente llegó a la conclusión de que había llegado el momento.

Cuando la banda aceptó el premio por su "Contribución a la música" a principios de 1990, su apariencia era más demacrada y flaca, y era un caparazón de lo que era antes. Brian May y Roger Taylor conjeturaron que Freddie tenía sida, pero luego siempre lo negaban por cuenta propia, pensando que algo así no le podría pasar a su amigo. Sus sospechas finalmente fueron confirmaron cuando Freddie los llamó a todos a cenar y les dio la noticia. Instruyó a los compañeros de banda que no hablaran de ello con nadie; estaban angustiados, pero comprendieron la gravedad de lo que se acababa de presentar. Freddie no se atrevía a pedirles simpatía o lástima, razón por la cual no quería decírselos. Para alguien con Sida, la mentira era una forma de facilitar las cosas, pues cada persona que sabía el secreto formaba parte de la mentira de Freddie.

La muerte estaba llamando a la puerta de Freddie y sabía que se le estaba acabando el tiempo. La prensa todavía lo acosaba, tratando de descubrir su enfermedad secreta. La gente lo estaba presionando para que dijera que tenía sida, pero Freddie no quería ceder. Si bien su cuerpo se deterioraba más rápido, sabía que el espectáculo debía continuar y debía terminar de grabar su música.

Para escapar de todos y poder escribir y grabar, llevó a la banda de regreso a un estudio de grabación en Montreux. Brian May notó que "la gente se acostumbró a verlos y nadie hizo un escándalo". Y se pusieron a trabajar solos y grabaron su música, sin distracciones. La banda se quedó en un pueblo cercano, mientras Freddie regresaba a un piso que había comprado en años anteriores. Los compañeros de banda eligieron estar lo más cerca posible de él, al mismo tiempo que le daban privacidad.

Si bien la banda estaba lista para grabar y podía soportar largas sesiones, la energía de Freddie no era como antes. Freddie estableció un límite de aproximadamente una o dos horas para el tiempo en el estudio, y algunos días, debido al virus, no pudo llegar al estudio en lo absoluto.

Freddie todavía tenía una personalidad explosiva y su impulso seguía ahí, incluso cuando su cuerpo le fallaba. En este último álbum de Freddie, estaba tratando de cultivar su último testamento en la Tierra; cada canción tenía mucho peso y logramos escucharlas gracias al gran esfuerzo que hizo, pese a las circunstancias.

Con el álbum aún sin terminar, Freddie le dijo a la banda a principios de noviembre que regresaría a Londres por un tiempo, aunque podría ser el final de su vida. Freddie programó un vuelo de regreso a su casa en Garden Lodge, donde se encerró en su propio mundo apartado, lejos del ruido y lejos del dolor.

En su casa, estaba comenzando a recuperar su sentido de control; ya no tenía que acatar lo que otras personas tenían que decir. Freddie tomó la decisión de finalmente dejar de tomar su medicamento; ya no quería sufrir los efectos secundarios de la droga. El 22 de noviembre, Freddie llamó a Jim Beach por teléfono y le pidió que hiciera pública una declaración de que le habían diagnosticado sida. Freddie no pudo hacerlo por sí mismo porque estaba perdiendo la vista y estaba perdiendo el conocimiento constantemente.

A la medianoche del viernes se dio el comunicado. Los titulares de las noticias de ese mismo día comenzaron a cubrir el comunicado que emitió Freddie, pero mientras eso sucedía, Freddie estaba muriendo.

Eran las 6:48 del domingo 24 de noviembre de 1991, cuando Freddie Mercury fue declarado muerto. Su anuncio se produjo un día antes de que perdiera la batalla, debido a una complicación con el virus. El público apenas pudo reaccionar ante las noticias que les dieron. Un día recibieron una noticia impactante y al día siguiente todos quedaron devastados por su muerte.

Muchos medios de comunicación difundieron las numerosas historias de Freddie Mercury. Algunos periódicos publicaron artículos que decían que su muerte era una tragedia y la pérdida de un ícono legendario que nunca será olvidado. Otros artículos solo querían cubrir la historia de sus amantes, etc., para exponerlo a él y su homosexualidad. El 27 de noviembre, Freddie fue enterrado. No hubo más rumores, no más especulaciones. Ningún secreto ya.

Brian May y Roger Taylor siguieron adelante para terminar el álbum con todo el material que tenían de las sesiones de grabación. Todo se armó y el álbum fue lanzado bajo el nombre de "Made in Heaven", donde siguió vendiéndose como uno de sus mejores álbumes de todos los tiempos, y debutando en el número uno en las listas de éxitos del Reino Unido.

La banda, junto con Jim Beach, también creó una organización benéfica contra el Sida llamada Mercury Phoenix Trust, e incluso realizó conciertos para crear conciencia sobre la enfermedad.

Freddie está muerto, pero su música y legado permanecen.


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  • Andrea Bouchot
  • andrea.bouchot@milenio.com
  • Coordinadora de Chic Magazine digital. Egresada de la Licenciatura en Comunicación de la FES Acatlán. Vivo de cine, los libros, videojuegos y la buena comida.