Desde que saltó a la fama con el personaje de Mónica Robles, en la popular serie El señor de los cielos, la actriz Fernanda Castillo ha sabido construir una carrera sólida en cine, teatro y televisión.
Muestra de ello es Isla brava, su más reciente proyecto, que no solo se ha posicionado como uno de los contenidos más vistos en nuestro país, sino también en lugares tan remotos como India o Tailandia.
Aún así, Fernanda no se toma en serio el éxito y con la sencillez que la caracteriza, platicó con Chic Style sobre la luminosa etapa que vive actualmente.
“Tengo ganas de enseñar otras cosas de mí como actriz, de retarme de nuevo y encontrarme con con matices diferentes e historias que no haya contado antes. Y estoy en esa búsqueda, porque habrá compañeros que están muy contentos, no puedo decir que repitiendo, sino tal vez profundizando en las mismas cosas o en un mismo género, pero yo sí necesito hacer cosas diferentes. No porque me aburra, sino porque siento que me falta mucho para llegar a ser la actriz que quisiera ser algún día", nos comenta.
En este proyecto de Vix, Fernanda comparte protagónico con su pareja, el actor Eric Hayser, con quien está celebrando nueve años de relación. Para el rodaje, ambos tuvieron que mudarse tres meses a la isla de Tenerife y aprender a combinar la faceta profesional con la paternidad.
“Para mí fue la primera filmación larga luego de que nació Liam (que está por cumplir tres años), y la televisión es de las cosas que más te demanda tiempo. Fue complejo, tengo que admitir, soltar a mi hijo, pero respeto mucho lo que hago y también creo que es parte de lo que tengo que hacer... A veces esa es la responsabilidad que te toca como capitana de un barco como este", agrega.
Tirar ideas preconcebidas
Sin embargo, es una mujer que ve la vida con optimismo, sobre todo tras la llegada de su hijo Liam. “La maternidad ha puesto las cosas en orden dentro de mi cabeza y en las prioridades de mi vida. Ves lo efímero y rápido que se va todo, porque el tiempo no se detiene, y lo compruebo con él, que se quedó muy poquito siendo un bebé y ahora empieza a ser una personita con un montón de cosas por aprender...”, dice.
Y agrega: “Como papás primerizos, Liam nos ha venido a enseñar, principalmente, a disfrutar de cada momento y gozar el presente lo más posible. En mi caso, también me ha mostrado que no puedo controlarlo todo y eso me pasó desde el embarazo... Los hijos vienen a tirar de las ideas que uno tiene preconcebidas de todo y, personalmente, he tenido que aprender a soltar un poco y darme cuenta de que las cosas no suceden siempre como uno las planea, ni con los hijos, ni con la vida en general”, nos comparte.
Esto le ha dado una nueva visión de las cosas y de los valores que le quiere transmitir a todo aquel que la rodea. “Pienso que es momento de crecer y manifestar bondad, empatía y buen rollo entre todas las personas. Tenemos que agarrarnos de eso porque, de lo contrario, no saldríamos de nuestro cuarto, así que yo veo el futuro con un poco más de esperanza”, concluyó.