Esmeralda Pimentel y sus retos en la serie "Donde hubo fuego" de Netflix

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Esmeralda Pimentel interpreta a una bombero en su nueva serie "Donde hubo fuego" de Netflix

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Esmeralda Pimentel en la serie Donde hubo fuego de Netflix.

Ha sido un tanto revelador para Esmeralda Pimentel. Aún hoy en día, para una mujer el atreverse a cortar el pelo casi al ras parecería no suponer un drama, pero en su caso lo fue. En esta ocasión nos habla sobre sus retos en la serie "Donde hubo fuego" de Netflix.

“Fue una decisión a conciencia, pero no tenía ni idea de la cantidad de violencia que iba a recibir en comentarios de redes sociales. Pasé mucho miedo, pero me abrió la posibilidad de interpretar otros papeles que antes no tenía la oportunidad”, confesó la actriz, quien primero se encontró con que muchos roles para los que había audicionado ya no estaban disponibles para ella tras este cambio. “Pero ahora puedo decir que nunca me había sentido más segura de mí misma, guapa y contenta con lo que soy. Siento que no tengo nada detrás de lo que esconderme y me sorprende cómo algo, que podría parecer tan superficial como el pelo, genera tanta transformación en una persona. Es muy fuerte”, nos dijo.

Estuvimos con la tapatía, que está por cumplir 32 años, durante los días que visitó la Ciudad de México pues se encuentra viviendo en Madrid para el rodaje de Montecristo, una adaptación moderna de la novela de Alejandro Dumas. Esmeralda Pimentel es camaleónica como pocas, pareciera tener muchos rostros y busca precisamente esos papeles que salen totalmente de los estereotipos. 

Por ello quiso el protagónico de la serie Donde hubo fuego de Netflix, en la que interpreta a una mujer bombero, un papel para el que su pelo corto le viene muy bien para los gajes de este oficio. 

“Ha sido un gozo y un gran reto desde el inicio, pero sobre todo un privilegio interpretar a una mujer bombero. Es una vocación que está considerada solamente para hombres y sería maravilloso que pudiéramos enseñarles a las niñas a que tienen derecho a soñar con otras cosas. Mi personaje sueña desde niña con ser una mujer bombero y va y lo logra aun con todo lo que tiene que soportar en su contra. La vemos diario desafiando a la autoridad con un superintendente que todo el tiempo le dice que ella no puede acudir al rescate”, cuenta la actriz.

Para Esmeralda su papel le involucró trabajar con mujeres bombero en un verdadero cuartel. Siempre estuvieron con ella en las escenas de acción para enseñarle la parte teórica del trabajo y la práctica. “Olivia, mi personaje, es una mujer que dice ‘no’ y que rompe las reglas porque sabe que es necesaria, que tiene la capacidad y los recursos para salvar vidas. Entonces para mí fue inspirador poderla interpretar y sobre todo trabajar de la mano con Brenda y Karen, las mujeres bombero”, agrega.

Por mi parte, le digo que me da gusto ver que el protagónico femenino, que es además el interés amoroso del protagonista masculino, interpretado por Iván Amozurrutia, haya sido una mujer bombero y no simplemente una novia más que le ayuda a desentrañar una serie de conflictos. 

Y es que no es ningún secreto que a la industria del entretenimiento le hacen falta papeles así para mujeres, particularmente con actrices como Esmeralda que ya anhelan un material que sea más desafiante y gratificante que el de la pareja. La tenacidad, la valentía y el arrojo son características de un bombero, pero interpretadas por una mujer se pueden equilibrar con elementos de sorpresa y mucho carisma, sin olvidar su parte femenina. 

“Los directores lo tenían muy claro. A Olivia, mi personaje, lo que la hace fuerte es justamente su feminidad. Es algo que vi mucho en Karen y Brenda, las mujeres bombero que me acompañaban, que hablaban de cómo les encanta verse bien, arreglarse y maquillarse cuando van a la estación a trabajar. Les gusta cuidarse y sentirse mujer. Y que los hombres sepan que son mujeres, que la que los está ayudando y está al rescate es mujer. Olivia goza de una sexualidad sumamente libre, que no le tiene miedo a su erotismo ni a su bondad como mujer”, platica Esmeralda.

Pareciera que nos irrita la elección de ciertas cualidades como naturalmente masculinas para designar lo fuerte, y otras como femeninas para la bondad y el amor. Pero lo que cambia ese paradigma es la comprensión de que todos tenemos innumerables combinaciones de ambas polaridades. “Me encantaría que las mujeres se sintieran identificadas con la fuerza de Olivia, pero también con esta otra parte donde la vemos rompiendo con la violencia y siendo femenina. Es una mujer muy abusada desde chiquita y la vamos a ir viendo cuestionarse a profundidad quién es ella y, sobre todo, cuáles son sus herramientas”, agrega.

Y es que, a pesar de los esfuerzos y efectos positivos del feminismo, la valoración por igual de la energía tanto masculina como femenina aún no es una realidad. Insistir en la polaridad entre ambas energías limita a las personas a vivir de manera completa una experiencia humana con libertad. Y puede ser confuso para aquellos que no caen fácilmente en las expectativas prescritas, o incluso en el físico, como le pasó a la actriz con su corte de pelo. 

“Ellas me enseñaron desde cómo se forma el fuego y cómo se debe de reaccionar, hasta cosas mucho más simples como decir ‘línea’, en lugar de ‘manguera’. Se puede decir que mi graduación fue aprender a ponerme el uniforme en 40 segundos, como lo hacen ellos. Pero, sin duda, lo que más me marcó fue el trabajo de las mujeres que tienen esta profesión y que, aparte de cuidar a sus familias, luchan todos los días por sobresalir en un medio principalmente regido por hombres, haciendo un esfuerzo real y honesto. Eso es lo que me gustaría reflejar en pantalla a través de mi personaje”, dice.

Esmeralda concuerda en que erróneamente se vende la idea de que el valor de las mujeres radica en su juventud, belleza y sexualidad, y no en su capacidad como líderes. Pero es que una cosa no quita a la otra, como lo descubre su personaje. 

“El arte siempre ha sido la mejor herramienta para acercarnos a otras realidades y a otras culturas para, al final del día, descubrir. A partir de que Olivia conoce al personaje del cual se enamora, empieza a sentir, a recibir un amor sano, ternura, y se da cuenta de que ella nunca tuvo un hogar realmente. Y va descubriendo poco a poco que su vida está llena de secretos y comienza a desprenderse de todas estas capas”, agrega.

La creencia de que las mujeres que son femeninas tienen que ser maternales y dóciles no ayuda a que las mujeres honren sus propias cualidades masculinas que les permiten desempeñarse en cualquier tipo de profesión, sobre todo si se trata de la de un bombero. Es imperativo ver el valor y la necesidad de las características masculinas y femeninas dentro de todos. 

“Les diría a todas las mujeres que se desenvuelven en una profesión así que aquí estamos. Yo agradezco a todas ellas que, desde su lugar, su nicho, sea cual sea, todos los días hacen lo que pueden con lo que tienen para cultivarse y curarse a sí mismas. Es un trabajo personal, pero también de comunidad y sociedad. Encontrar este tipo de papeles genera un debate y nos faltan muchísimos”, concluye.

Si algo me queda claro es que Esmeralda no tiene miedo de mostrarse, para eso está en esta industria. Hace unos meses, abrió la conversación sobre los estándares de belleza y compartió una foto en lencería donde muestra su cuerpo al natural; poco después explicó:

 “Decidí mostrar mis estrías porque siempre me enseñaron que eran motivo de vergüenza y eso me generaba no solo mucha pena, sino que fue algo por lo que también perdí trabajos. Querían a una niña de cierto perfil, me veían las estrías y no me daban el papel. Ahí fue cuando entendí que si todas las mujeres tenemos imperfecciones, quiero empezar a ver en la pantalla a mujeres como yo”. Y estamos seguros de que seguiremos viendo más de ella pronto.

Fotografía: Ricardo Ramos / Stylist: Fernando Fernández / MUA: Gus Bortoloti


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  • Aracely Garza