Esmeralda Pimentel: nos demuestra una vez más que no le teme a los cambios

PERSONAJES

En una reveladora entrevista, la actriz nos platica su próximo proyecto, su cambio de look y su capacidad de transformación.

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"Lo importante, delante y detrás de la pantalla, es cambiar la narrativa”, afirma Esmeralda.

No busco ser la más famosa, simplemente elijo personajes que puedan llegar a sorprenderme, que asombren al público y que me representen un reto como actriz... Siempre busco aquello que me signifique un crecimiento tanto personal como profesional”. Así es como explica Esmeralda Pimentel el porqué ha participado en proyectos tan distintos entre sí, como la obra de teatro unipersonal Los vuelos solitarios o la serie de suspenso La bella y las bestias.

Camaloeónica como pocas, la actriz pareciera tener muchas caras y buscar justamente esos papeles que salen totalmente de los estereotipos. Y es que ella misma no se guía por estos en su vida cotidiana. Lo mismo puede brillar en una alfombra roja, que al día siguiente pronunciarse contra la violencia de género o cualquier otra causa social.

Precisamente, hace unos meses, abrió la conversación sobre los estándares de belleza que rigen a la sociedad y compartió una foto en lencería donde muestra su cuerpo al natural; poco después explicó esta decisión: “Decidí mostrar mis estrías porque siempre me enseñaron que eran motivo de vergüenza y eso me generaba no solamente mucha pena y mucho pudor, sino que fue algo por lo que también perdí trabajos (...) Querían a una niña de cierto perfil, me veían las estrías y me decían que no me podía quedar con el papel. Ahí fue cuando entendí que, si todas las mujeres tenemos imperfecciones, quiero empezar a ver en la pantalla mujeres como yo”, dijo.


Así de transparente es Esmeralda Pimentel, una mujer de una pieza, que platicó con nosotros, entre otras cosas, acerca de su cambio de imagen y sobre un nuevo proyecto con la plataforma Netflix, que supone uno de los desafíos más grandes de toda su carrera.

Para muchas mujeres resultaría impensable cortarse el pelo, ¿tú cómo has vivido esta transformación tan radical?

Al principio pensé que tenerlo corto podría vulnerarme como actriz y como mujer, pero, luego de estos meses, puedo decir que nunca me había sentido más segura de mí misma, guapa y contenta con lo que soy. Siento que no tengo nada detrás de qué esconderme y me sorprende cómo algo, que pudiera parecer tan superficial como el pelo, puede generar tanta transformación en una persona. Es muy fuerte.

Entonces, ¿eres una mujer que no le teme a los cambios?

No, realmente. En esta profesión te acostumbras a “cambiar de piel”, por así decirlo, y personalmente siempre me ha gustado salirme de mi zona de confort y probar cosas nuevas. Profesionalmente también intento, en la medida de mis posibilidades, que mis personajes se diferencien de todo el resto.

Precisamente estás por estrenar la serie Donde hubo fuego, en la que tienes un papel muy diferente a los que te hemos visto...

Totalmente. De entrada, porque interpreto a una mujer que trabaja en el cuerpo de bomberos (...) Sin duda es uno de los personajes que más me han exigido, en todos los aspectos, tanto física como mental y emocionalmente hablando. Me gusta que es un papel muy humano y una historia (escrita por José Ignacio Valenzuela, la mente detrás del éxito mundial de ¿Quién mató a Sara?) que cuenta la verdadera historia de estos héroes de carne y hueso.


¿Cómo fue tu preparación para este personaje?

Agotadora, pero muy edificante. Previo a la filmación, tuve el privilegio de pasar un mes completo en el cuartel de bomberos y aprender con ellos, paso a paso, todo lo que hay detrás de esta gran labor que realizan; pude conocer de cerca sus historias de vida y comprobar cómo, a pesar de los salarios bajos y la escasez de recursos, ellos arriesgan su vida todo el tiempo, pero, aun así, lo hacen con entrega y amor por los demás. Sin duda, de todos los proyectos se aprende algo nuevo y este, en particular, ha sido muy interesante.

¿Cuál fue la lección más grande que te dejó esta experiencia?

En verdad fueron muchas. Me enseñaron desde cómo se inicia el fuego y cómo se debe reaccionar, hasta cosas mucho más simples como decir “línea”, en lugar de “manguera”... “Ni que fuéramos jardineros”, comentaban en broma. Se puede decir que mi graduación fue aprender a ponerme el uniforme en 40 segundos, como lo hacen ellos (...) Pero lo que más me marcó fue el trabajo de las mujeres que ejercen esta profesión y que, aparte de cuidar a sus familias, luchan todos los días por sobresalir en un medio principalmente regido por hombres, haciendo un esfuerzo real y honesto. Eso es lo que me gustaría reflejar en pantalla a través de mi personaje.

Este proyecto es punta de lanza para Netflix en la producción de telenovelas, ¿qué significa eso en tu carrera?

Nuestro oficio como actores no cambia demasiado al rodar una serie o una telenovela, quizá solo por el tiempo de filmación, pero me da gusto que las plataformas reconozcan un género tan arraigado a nuestra cultura como son los melodramas clásicos y que, tal vez con una manufactura distinta a la que estábamos acostumbrados, sigan contando historias. Por supuesto celebro que surjan propuestas como el concepto Con N de Netflix, porque al final de cuentas ofrece más opciones al espectador, que es lo importante, y a mí en lo personal me da mucho orgullo que sea esta serie la que utilicen como carta de presentación.


En cuanto a números de audiencia, las series desplazaron a las telenovelas en los últimos años, ¿crees que estas últimas logren resurgir en algún momento?

Estoy convencida de que la gente seguirá viendo series y seguirá viendo telenovelas por igual, no importa cómo las llamen. Las telenovelas tienen un público enorme en todo el mundo y creo que es importante no dejar de hacer un producto que funciona y por el que México es reconocido. Lo importante, delante y detrás de la pantalla, es cambiar la narrativa, pero me gusta que haya opciones para todos y que los actores tengamos la oportunidad de desarrollarnos en distintos ámbitos, pues estoy convencida de que la competencia ha servido para enriquecer a todos los medios.

¿Crees que ya no existe el estigma de vivir con la etiqueta de “actor o actriz de televisión”?

Precisamente eso es algo que ha cambiado a raíz de esta apertura de medios que estamos viviendo desde hace un tiempo. Durante muchos años se pensaba que si salías en televisión no podías hacer cine, que si eras actor de cine no podías actuar en teatro; afortunadamente, todas esas ideas han cambiado y ya no existen esas divisiones imaginarias que lo único que hacían era limitarnos, tanto a los actores, como al público. Estamos viviendo una nueva etapa, en todos los sentidos, y más allá de segregarnos, debemos apostar por contar historias que conecten con la gente de una manera honesta. Convertirnos, de alguna manera, en ese espejo en el que puedan ver reflejada su propia vida y su realidad.


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