“Desde que recibí la noticia de que sería papá, mi vida cambió. Fue el cambio más drástico que he sentido como ser humano, especialmente en un sentido de responsabilidad.
Cuando te enteras que serás padre ya no estás solo, ya no puedes pensar solamente en ti. Porque estábamos muy chavitos, Bibi (Gaytán) y yo éramos novios cuando nos embarazamos, había un gran amor y muchos planes, pero en ese momento no estaba en el radar ser padres, y nos casamos a los 15 días.
Me cambió la vida para bien, convertirme en padre me hizo hacerme más consciente de las inconsciencias de la juventud, me hizo ser más humano, más sensible, pensante y menos visceral. Desde ese entonces, hace 30 años, ha sido una rueda de la fortuna con tanto hijo.
La música es la vocación de Eduardo y creo que la persona que la encuentra y pueda vivir de ella, es un privilegiado. En la calle la gente me para y me habla del talento de mi hijo y eso como papá me da muchísima emoción. Creo que lo está llevando muy bien, tendrá que atravesar por su proceso, que es lógico, donde seguramente tendrá tropiezos, pero también aciertos. Pero, ese es su proceso, ahí ya no me puedo meter.
¿Qué me gustaría heredarles a mis hijos? Creo que lo que me gustaría más bien es que se dieran cuenta que su papá ha hecho lo mejor que ha podido como un ser humano absolutamente imperfecto. Que desde mi imperfección los he apoyado, que he cometido errores, y los voy a seguir cometiendo sin duda, pero que cuando yo no esté, ellos me recuerden pensando que su papá se la rifó y le echó todos los kilos al asador para que ellos pudieran tener una vida razonablemente buena y ordenada.
Somos una familia muy unida. Eduardo, ya con casi 30 años, sigue viviendo con nosotros, él está aquí todo el tiempo, hay mucha comunicación. Entonces han sido procesos muy interesantes. A mí no me gusta sentarme a dar clase, en plan de decirle por dónde sí o por dónde no, yo sé que él es muy observador.
Por ejemplo, cuando compartimos créditos en la serie En donde hubo fuego, él me veía en el set y estaba pendiente de lo que hacía, lo absorbió y lo integró. Le pasó exactamente lo mismo que a mí cuando incursioné en la actuación, pues nunca tomé una clase, mi entrada a este mundo fue accidental. Yo empecé cantando y después vino el ser actor.
Ahí, como diría mi papá, fue como el burro que tocó la flauta, porque no sabía ni cómo hacer una escena de llanto, de tristeza, de nada. Entonces él ha ido incorporando mucho eso y después la vida nos vuelve a juntar en otro proyecto, pero ahora musical. Ahí él ya tenía un camino muy avanzado por ser un tema musical, por eso lo ha sacado muy bien y se le está dando como cuchillo en mantequilla”, nos compartió en entrevista.