A un grupo de alumnos de la Coventry AP Academy, una escuela en las Midlands inglesas, les dijeron que una estrella del pop está de visita, pero no saben quién.
Seis adolescentes, cuatro chicos y dos chicas, están desparramados en un sofá y sentados en sillas en el pequeño salón de música insonorizado cuando se abre la puerta y entra uno de los músicos más famosos del mundo. “¡Es Ed Sheeran!”, grita un chico, poniéndose de pie de un salto, asombrado.
Sheeran, de 33 años, con una sudadera con capucha de color azul claro, pantalones oscuros y tenis con agujetas rosas, les devuelve el saludo emocionado. Se sienta en el extremo del sofá junto a una chica sonriente que abraza un cojín cerca de ella como si estuviera soñando. El primero en actuar es Jamie, de 16 años.
Se pone de pie con un micrófono y rapea una canción que escribió, una disculpa a su madre por causar problemas. “No importa lo que haga, siempre serás sincero”, dice con fluidez en el micrófono. “Gran flow”, lo felicita Sheeran. Jamie, encantado, lleno de orgullo, responde: “Lo sé”.
Le dice a la estrella que estaba cantando una de las canciones de Sheeran en el coche camino de la escuela esa mañana. “Antes de que te vayas”, dice, “necesito una foto para mostrarle a mi mamá”. Ed Sheeran accede animadamente.
Es una de las numerosas selfies, fotos de grupo y mensajes de video para los que posará durante su gira relámpago de dos días por escuelas y programas de música para jóvenes en toda Gran Bretaña.
La ocasión es el lanzamiento oficial a principios de este mes de la Ed Sheeran Foundation, una organización benéfica que creó para impulsar la educación musical en las escuelas estatales y mejorar el acceso a la industria de la música. El itinerario comienza en Cardiff, antes del viaje en coche de 190 kilómetros hasta Coventry.
El siguiente día lo pasará en Edimburgo por la mañana y en Belfast por la tarde. El origen de la fundación se remonta a hace varios años, cuando Sheeran tomó una taza de té con su antiguo profesor de música, Richard Hanley.
Sheeran, el exalumno más famoso del instituto Thomas Mills de Framlingham (Suffolk), quedó sorprendido al descubrir lo poco que se gastaba anualmente en música. “Matemáticas, ciencias e inglés recibían 30 mil libras, y yo me preguntaba: ‘¿Por qué la música recibe 700 libras?’”, me cuenta cuando me reúno con él en Coventry.
En 2019, fundó una organización benéfica para abordar la situación. El primer beneficiario fue su antigua escuela, una secundaria estatal en una pequeña ciudad comercial en el este de Inglaterra. Sheeran salió de allí a los 16 años en 2007 para probar suerte como cantautor, recorriendo todo el Reino Unido tocando en vivo y en la calle.
“Había profesores que me animaban a hacer un conjunto seguro de A-levels (cursos académicos finales que los estudiantes toman antes de ingresar a la universidad), ir a una universidad segura, obtener una licenciatura segura y, esencialmente, hacer algo que no quería hacer durante el resto de mi vida, porque la música no era un trabajo ‘real’”, dice. “Pero mi papá me decía: ‘Si haces lo que amas, no importa cuánto te paguen por eso, siempre y cuando de alguna manera puedas vivir de eso’. Así que dejar la escuela antes de tiempo fue, en esencia, mi formación”.
La Thomas Mills High School cuenta ahora con un estudio de grabación y 30 computadoras Mac de Apple con el software de producción musical Logic, gracias a Sheeran.
Su primera fundación benéfica también hizo donaciones a otras escuelas, pero su estructura era amateur. “Hasta ahora, era mi antiguo profesor de música y alguien con quien trabajaba en el estudio”, dice. “Se recibían las solicitudes, se revisaban y se enviaban las becas”.
La Ed Sheeran Foundation es la sucesora a una escala mayor de la iniciativa anterior. La gira del cantante por el Reino Unido es una misión de investigación con su equipo.
Además de las selfies, mientras estoy con él pasa mucho tiempo en Coventry recibiendo información en salas amuebladas con bloques de concreto, pizarrones blancos y lemas inspiradores colgados en las paredes (“Los niños no son una interrupción en tu día, son la razón”).
La decoración -funcional, institucional, barata- es un ejemplo de que las escuelas públicas británicas, que educan a cerca del 93 por ciento de los niños del país, hacen mucho con, en comparación, poco.
Los recortes de gastos y la inflación generaron fuertes presiones presupuestarias. La oferta musical está sufriendo. En una encuesta de 2022 a profesores de música que realizó la Independent Society of Musicians se informó de que los presupuestos anuales promedio para los departamentos de música en las escuelas públicas eran de alrededor de 2 mil libras, en comparación con casi 10 mil libras en las escuelas privadas.
El año académico pasado, hubo un aumento anual de casi el 9 por ciento en el número de estudiantes en todas las escuelas que cursaron la asignatura en el nivel GCSE, la calificación académica que obtienen los jóvenes de 15 y 16 años.
Pero la tendencia a largo plazo es a la baja, con una caída del 30 por ciento en las cifras entre 2014 y 2023. Más del 40 por ciento de las escuelas públicas no inscriben a ningún alumno para el GCSE de música, de acuerdo con el grupo de campaña Cultural Learning Alliance.
“Lo que más me desconcierta es que las artes son una de nuestras principales exportaciones y de lo que estamos más orgullosos como nación”, dice Sheeran. “Nadie habla de nuestros negocios de armas o de nuestros banqueros en un sentido positivo. Pero todo el mundo habla de los artistas que producimos, nuestros músicos, compositores y productores. No sé de dónde cree el gobierno que va a salir la siguiente generación”.
La siguiente parada es la Barr’s Hill School, donde Sheeran se reúne con profesores de música de todo Coventry. Subimos las escaleras hasta un gran espacio octogonal para actuaciones. Está lleno por una gran banda compuesta por decenas de músicos y cantantes de cinco escuelas de Coventry, convocados en el marco de un programa financiado con fondos públicos llamado SoundLab-Cov.
Tocan una canción escrita por uno de los cantantes, un tema de rock con un toque de Velvet Underground. Después, Sheeran enchufa su guitarra acústica y canta su éxito de 2017 “Perfect” entre gritos y aplausos.