Mucho antes de que Donald Trump se convirtiera en presidente, e incluso antes de que su nombre se hiciera sinónimo de controversia en la política, el empresario ya dominaba los titulares, y un momento muy polémico, llegó cuando protagonizó este comercial de pizza.
No se trata de cualquier comercial, y es que es uno que encapsulaba el consumismo, la avaricia y el drama de los periódicos en todo el mundo en la década de los 90.
El comercial de Donald Trump sobre pizza
Se trataba de un anuncio de Pizza Hut, en el que compartía pantalla con su ex esposa Ivana Trump y, de paso, ganó mucho dinero por apenas 31 segundos de aparición, pero más allá de su aparición, este estuvo rodeado de controversia debido a lo que este significó y por su evidente doble sentido.
El comercial fue transmitido en 1995, en pleno escándalo mediático por el divorcio millonario de la pareja. Donald e Ivana, quienes habían protagonizado una de las separaciones más sonadas del momento, aparecían en el anuncio en una suite de lujo, conversando como si estuvieran a punto de reconciliarse.
Sin embargo, todo cambió en el momento en el que el público notó que la conversación no era sobre su relación, sino sobre la pizza con borde relleno de queso.
El guion del comercial contaba con un estilo de telenovela ochentera, pues había miradas profundas, frases en doble sentido y un final donde Ivana intentaba quedarse con la última rebanada, a lo que Trump respondía con su ya característico tono autoritario que ya conoce todo el mundo.
"No, solo tienes derecho a la mitad", expresaba; algo que sin duda alguna, hoy en día no solo sería gordofobia, sino también sumamente machista, pues él sí comía la pizza sin tener que pedir permiso.
¿Cuánto le pagaron a Donald Trump por su comercial de pizza?
El actual presidente de Estados Unidos de América recibió en ese momento un millón de dólares; y es que, a pesar de que siempre ha sido un empresario muy exitoso, la realidad es que sigue siendo una cantidad de dinero bastante significativa.
Trump humilló a su ex esposa
Para Ivana, el comercial se trataba de una excelente manera de limpiar su reputación, y es que semanas antes, había acusado a Trump de violencia en su autobiografía, aunque después se retractó.
El divorcio le dejó 25 millones de dólares y, con un acuerdo de confidencialidad de por medio, la ex pareja terminó monetizando su ruptura en este comercial.
Sin embargo, para el público, Ivana aparecía subordinada al mismo hombre que había protagonizado uno de los divorcios más caros de la historia.
El mensaje subliminal del anuncio era claro, y es que el poder y el dinero siempre van a ganar en cuanto existan este tipo de situaciones.