Considerado el artista español más importante de su generación, David Bisbal ha demostrado que su pasión por la música y su compromiso con la excelencia no tienen límites.
Justo se están cumpliendo 25 años desde que se inició cantando en pequeños locales de su natal Almería, y 22 desde el lanzamiento de su primer álbum como solista, por lo que ha querido celebrarlo con una extensa gira por Europa, Estados Unidos y América Latina, así como con el estreno de Todo es posible en Navidad, su primera producción musical navideña.
En este álbum, David reúne temas emblemáticos de la temporada como Los peces en el río, Noche de paz, Blanca Navidad o El burrito sabanero, reinterpretados con arreglos modernos que respetan su esencia clásica.
Además, destaca la inclusión de un par de canciones originales compuestas especialmente para este proyecto, en las que Bisbal destaca la importancia de la unión familiar y los valores que caracterizan estas fechas.
Durante una reciente visita a nuestro país, David platicó con nosotros sobre esta grabación realizada en Budapest y Los Ángeles, con la que cumple uno de sus más grandes sueños profesionales.
“En esta ocasión quise hacer un disco con un sonido clásico y una producción muy particular, precisamente para que sea un trabajo que perdure en el tiempo. De hecho, es un plan que tenía desde hace un par de años y puedo decir que disfruté mucho todas las sesiones de grabación. Ha sido realmente un sueño, pues pudimos grabarlo como se hacía hace medio siglo, con 50 músicos de la Budapest Art Orchestra participando en cada canción, y eso para mí significa muchísimo... Más que un disco estándar, para mí ha sido un viaje por las tradiciones de mi país y de todo el continente latinoamericano, pues también hay sonidos de Argentina, Chile, de Centroamérica y sus toques andinos, y por supuesto, del mariachi de México, en una de las canciones que más me gustan”, comenta.
A la mexicana
El tema al que se refiere es The Christmas Song, que David interpreta en inglés acompañado por mariachi sinfónico, como un homenaje al país que le ha abierto las puertas desde sus inicios.
“Los mexicanos siempre me han recibido con su abrazo y ha sido el país donde más colaboraciones artísticas he tenido, incluso por encima de mi propia tierra. Juan Gabriel, José José, Alejandro Fernández, Christian Nodal, Banda El Recodo, Edith Márquez, Aleks Syntek, Alicia Villarreal, Espinoza Paz, Danna Paola, Carlos Rivera... Se me ocurren tantos nombres y tantos diferentes géneros musicales, que mi historia simplemente no podría contarse sin hablar de todos ellos”, nos dice.
Y agrega: “El primer gran maestro que tuve en el regional mexicano probablemente haya sido el señor Juan Gabriel, que fue muy exigente conmigo, pero también me enseñó a amar y a respetar esta música. Eso para mí ha sido una responsabilidad y, ahora que hice este disco de Navidad, me emocionó muchísimo recordar todas las lecciones que me dio ese gran artista, que fue un maestro enorme, respetuoso, pero al mismo tiempo muy exigente, como debe ser”, expresa.
El precio por pagar
Desde que saltó a la fama en 2001, como finalista del programa televisivo Operación Triunfo, David ha demostrado ser mucho más que una revelación. Su carisma, energía y talento vocal lo llevaron rápidamente a consolidar su carrera a nivel internacional, en un viaje lleno de éxitos.
A lo largo de estos casi 25 años, ha lanzado 11 álbumes de estudio y otros más grabados en directo, acumulando innumerables premios y alcanzando cifras de ventas difíciles de igualar.
David también ha demostrado una versatilidad inigualable, incursionando en diversos géneros como el pop, balada, flamenco, regional mexicano y hasta urbano, todo sin perder su esencia. Sobre esta capacidad para reinventarse en cada proyecto, comentó.
“Me gusta presentarme nuevos retos y darle cosas diferentes al público. Cada día descubro y aprendo cosas nuevas en esta industria y pienso que es fundamental no quedarse quieto. Por ejemplo, en esta ocasión, podría haber hecho un disco moderno con sonidos actuales, pero preferí canciones que podremos seguir cantando en cinco, 10 o 20 años con la misma emoción. Obviamente, para mí es un lujo haberlo hecho y tenía que darle al proyecto la elegancia que se merece”, comparte.
Según nos cuenta David, esta producción también le sirvió de pretexto para replantear sus prioridades, pues, debido a la carga de trabajo, no siempre ha estado presente en las celebraciones familiares.
“Entrar a esta carrera es aceptar que nunca tendrás una vida normal ni podrás actuar como cualquier persona. No puedes beber, no puedes irte de fiesta con tus amigos cuando quieres, ni hacer ciertas cosas, porque al día siguiente tienes que cantar. Para hacerlo uno tiene que estar al 100 y, en gran medida, se parece a lo que le pasa a los deportistas. Hay que cuidar el físico y la alimentación, para poder estar en forma y sacar adelante cada concierto y cada gira... Claro, cuando estoy con mi familia no puedo comerme una tarta de queso yo solo, pero hago excepciones. Y aunque la gente podría decir que es exagerado, hay momentos que de verdad se siente que no estás bien, y se sabe que es un precio que tienes que pagar”, dice.
Ídolo infantil
Desde hace una década, David ha sido jurado en el programa de televisión La Voz Kids, conquistando al público infantil de distintos países. De ahí que quiera dejar este disco como un legado a las nuevas generaciones, pero no como una estrategia de publicidad.
“En ese aspecto no. Lo que sí es que quería dedicarle estas canciones a ese David pequeñito que fui, con temas como el que siempre ha cantado: Los peces en el río. También he querido homenajear a todos los niños de Latinoamérica y me hace muchísima ilusión llevar El burrito sabanero a mi propio país. Esos son para mí los dos villancicos más emblemáticos de nuestras culturas y es importante mantenerlos vivos... Quería también dejárselo a mis propios hijos (Ella, de 14 años; Matteo, de cinco, y Bianca, de cuatro), y ahora me sorprende ver que, aunque no han sido los singles principales, ahí están en TikTok y en todas las redes sociales siendo compartidos por niños”, afirma.
Y aunque para algunos críticos estas son canciones que han pasado de moda, David está convencido de que fue la elección correcta.
“Es cierto que hay pocos discos de Navidad cantados en castellano y eso me alegra. Estoy muy agradecido por tener la posibilidad de grabar y dejar plasmado este disco, y también estoy muy consciente de cuáles son los tres pilares fundamentales en mi música... Primero, están mis discos populares, que son modernos y a mí me encantan. Después están las colaboraciones con otros compañeros, que he hecho muchísimas y muy variadas. Por último, están este tipo de proyectos que no se parecen a nada... Recientemente grabé un tema con el músico Arturo Sandoval y otro con Carrie Underwood. Irina Menzel (la intérprete de Frozen), por ejemplo, me invitó a su disco clásico de Navidad hace unos años. Entonces, me parece fantástico salir de lo establecido. Hay nombres y artistas legendarios que han hecho unos discos navideños excelentes, que a mí me encantan, pero faltaba el mío, y aquí está”, concluyó.