Los personajes que ha interpretado siempre han dado de qué hablar, sin embargo, para el actor Darío Yazbek la profesión va mucho más allá de crear polémica.
“No lo veo como una cuestión así. Creo que todo viene del hecho de poder expresarme y de que el papel mueva algo dentro de mí... Pienso que si lo psicoanalizamos, quizá sí haya un patrón. Igual por fuera me veré muy tranquilo, pero tal vez dentro hay una cuestión de disrupción que quiero mostrar, porque cuando no conecto a nivel emocional con el proyecto, no logro poder entrar en ese universo”, comenta el hijo de la también actriz Patricia Bernal y medio hermano de Gael García.
Sobre esto el actor, quien está por celebrar 15 años de trayectoria, puntualizó. “Ha sido un viaje muy interesante, con mucho ir y venir. También muy variado, pero creo que es lo mejor de esta carrera, seguir explorando... Además me ha dado la posibilidad de aprender y vivir cosas que normalmente no viviría, así que han sido años de mucha suerte, mucho trabajo, mucho sufrir, pero de muchas más alegrías”, dijo.
Lo que es un hecho es que desde su debut en la polémica cinta Daniel & Ana (2009), donde secuestradores obligan a dos hermanos a cometer incesto, hasta Nuevo orden (2020), la distópica película (también dirigida por Michel Franco) que dividió opiniones entre la audiencia, Darío siempre se ha arriesgado.
Y en la pantalla chica ha sido igual, para muestra está la serie La casa de las flores, donde el personaje de Julián de la Mora logró robarse la atención del público, dándole fama casi inmediata.
“Porque ningún papel es pequeño. Por supuesto que hay factores que definen mucho cada proyecto y cada historia, pero también hay veces que uno puede tener un personaje que parece chico y, al final, resulta que tiene más impacto que el propio protagónico”, confiesa.
De ahí que se sienta satisfecho con el camino recorrido. “Soy muy consciente de cómo se ha dado este proceso, sé dónde estoy parado, de dónde vengo y cómo he llegado hasta acá. Sí es una carrera complicada, de repente estás como en un limbo y te preguntas si deberías estar haciendo esto o debiste ser mejor, no sé, abogado (ríe)... Pero ahora puedo decir que estoy agradecido, porque siento que he crecido mucho”, dice.
Tres proyectos en puerta
Muestra de ello son los tres proyectos con los que planea cerrar el año. En primer lugar está la legendaria serie de terror La hora marcada, que llega con una nueva temporada a través de Vix.
“Está muy divertido, porque hice un episodio donde hablamos de los youtubers, que es un tema que a mí me importa mucho... Creo que hay algo ahí que tiene que tenemos que discutir, como lo que se puede subir en redes, y también ser conscientes de que no puedes decir lo que te venga en gana, solo por generar un like. No hay consecuencias sobre las cosas que se dicen y eso tiene que cambiar”, afirma. El segundo proyecto es No voy a pedirle a nadie que me crea, una cinta dirigida por Fernando Frías de la Parra y basada en la novela homónima de Juan Pablo Villalobos. Esta cuenta cómo un joven que desea ser escritor viaja a Barcelona para cursar estudios de literatura y termina involucrado en un negocio criminal.
“Estoy muy emocionado y ansioso porque la vean. Se estrena a finales de noviembre en Netflix y sinceramente estoy feliz con el resultado; es una historia llena de giros que te 'vuelan la cabeza'”, adelantó Darío.
Para finalizar está la película Pet Shop Days. ópera prima del cineasta Olmo Schnabel, donde comparte créditos con figuras internacionales como Willem Dafoe, Peter Sarsgaard, Maribel Verdú y Jordi Mollà. Aún así, no se considera una celebridad.
“Eso lo tengo muy fuera de mí, porque sé lo que soy en mi esencia. Digo, lo estoy trabajando todavía en terapia, pero sí sé que hay una diferencia y marcó límites. En un sentido teatral, es como que tengo un personaje, por así decirlo, que sé dónde empieza y dónde acaba... Cuando llego a mi casa me quito eso y soy yo mismo con mis amigos y con mi familia... Solo soy yo”, nos comparte.
Siempre celoso de su vida privada, nos reveló también el motivo. “Creo que es importante tener un refugio en el que sabes que no hay toxicidad externa. Porque es como vivir en una especie de torbellino, que no sabes qué está pasando, con mucha información, mucha atención... Pero hoy puedo decir que he aprendido a lidiar con todo eso y creo que estoy en un punto donde lo disfruto mucho más. En general siento que vi-vo un momento en el que estoy muy en control de mi carrera, de lo que hago y de lo que quiero hacer. Me siento seguro de todo y puedo decir que a partir de ahora empieza lo de verdad, lo de antes fueron ensayos”, finalizó.