Aunque Cristóbal Balenciaga no es tan conocido como sus contemporáneos, Gabrielle Coco Chanel y Christian Dior, su influencia en la moda y el estilo a lo largo del siglo XXI hasta hoy es impresionante. No por nada sigue siendo un nombre importante, aunque muchos no conocen su historia.
A la luz de la nueva serie española que saldrá en Disney+ España, y que contará su vida, recordaremos a los hechos que formaron a uno de los hombres más valiosos de la industria de la moda. Claro, una biografía va más allá que un artículo, pero así estarás preparado para ver el programa que se estrena esta semana.
¿Quién fue Cristóbal Balenciaga?
Cristóbal Balenciaga nació el 21 de enero de 1895 en Guetaria, España. Cuando murió su padre, su madre se quedó a cargo de él y sus hermanos. Pero fue desde temprana edad que el joven, a sus 11 años, empezó a interesarse por la moda cuando aprendió a coser como una forma de ayudar a su madre, que trabajaba como costurera para algunas de las mujeres más elegantes de España.
Posteriormente, se formó profesionalmente, incorporándose a una empresa de sastrería a los 12 años. Una década después, el diseñador abrió su primera casa de moda en San Sebastián en 1917 y, para 1936, ya tenía 3 boutiques en España.
Sin embargo, se vio obligado a abandonar el país al estallar la guerra civil española. Como miles de otros españoles que huyeron a campos de refugiados en Francia, Balenciaga se mudó a regañadientes a París y abrió su nueva tienda en la Avenue George V en agosto de 1937.
Aunque el aspecto clásico del modelo de los años 50 era un tronco curvado, caderas salientes y un aire desagradable, fueron los montadores de Balenciaga los que tenían la peor reputación, siendo tan condescendientes que se les conocía como los “monstruos”.
Si el New Look de Christian Dior de 1947 tenía que ver con cinturas pequeñas y ajustadas, faldas a media pantorrilla y caderas prominentes, Balenciaga tomó la dirección opuesta con sus hombros anchos y formas cuadradas. Logrando una sublime suavidad de forma, añadiendo volumen alrededor de la cintura y adoptando un largo asimétrico, creó piezas básicas como el abrigo huevo, el traje semiajustado y el vestido de cola de pavo real.
Fanático de las líneas suaves y la delicada feminidad, Balenciaga remodeló la figura femenina con su vestido baby doll. Desde la versión ondulada y sin mangas de Twiggy hasta la interpretación grunge de Courtney Love, el vestido trapecio hinchado y sin curvas se ha reinventado innumerables veces desde su creación en 1958.
Aunque a Monsieur Balenciaga “le gustaba un poco de barriga”, como decía una de sus modelos, sus maniquíes replicaban las diferentes formas corporales de sus clientas y demostraban que cualquier mujer podía lucir genial en sus creaciones.
En 1968, después de cuatro décadas en la cima de la moda, Balenciaga cerró las puertas de su casa de alta costura. Aunque su decisión sorprendió a muchos, dejó un legado eterno. Su influencia se sigue sintiendo hoy en día, no solo en la alta costura, sino también en la forma en que entendemos y experimentamos la moda.
A diferencia de la mayoría de sus colegas diseñadores, Balenciaga siempre trató de evitar la publicidad: nunca salió a saludar al final de sus desfiles y la única entrevista completa que concedió fue, en 1971, a Prudence Glyn de The Times.
Considerado mentor por algunos de los diseñadores más destacados del mundo, entre ellos Hubert De Givenchy, Oscar de la Renta, André Courrèges y Emanuel Ungaro, Christian Dior se refirió a él como “el maestro de todos nosotros”.
En 1972, Balenciaga ya había cerrado todas sus casas de alta costura en París, Barcelona y Madrid cuando le encargaron diseñar el vestido de novia de la nieta de Francisco Franco y futura duquesa de Cádiz, María del Carmen Martínez-Bordiú. Murió 16 días después de la boda, a la edad de 77 años.
¿Lo conocías?