A su corta edad, Ricardo Acosta ya cuenta con una carrera como pianista internacional en ascenso, pues ha pisado importantes escenarios de países como Estados Unidos, República Checa, Rusia, Suiza, Francia y, por supuesto, México. Además, ha tenido la gran fortuna de presentarse con excelentes orquestas como la Camerata de Coahuila, la Estatal de Moscú, la Juvenil de Toluca, la Sinfónica de Michoacán, Música Nova y Ensamble Vértigo, entre otros.
NACE SU VOCACIÓN
Estudió la primaria y secundaria en el Colegio Inglés de Torreón, la preparatoria en Interlochen Arts Academy y la Licenciatura en Piano y Composición en la Eastman School of Music. Actualmente cursa la Maestría de Concertista de Piano y Dirección de Orquesta en la Hochschule der Künste Bern en Suiza.
Los padres del pianista, María Elena y Ricardo, ambos médicos de profesión, descubrieron el piano como el cómplice perfecto para su hijo. El artista quería comenzar tocando batería, pero el destino decidió que la Camerata de Coahuila contratara a Mariana Chabukiani, pianista formada en Georgia, quien pronto se hizo de renombre en La Laguna como una excelente pedagoga. Entonces sus padres vieron como una buena opción que Ricardo estudiara piano con ella y, afortunadamente, este instrumento lo conquistó.
"Siempre hubo música en mi hogar, por mis padres y mi bisabuelo que nos heredó toda su colección de discos de música clásica, fue ahí donde nació mi pasión", afirma.
Inició a la edad de seis años con clases privadas dos veces por semana, luego de un año tuvo su primera presentación en un recital de alumnos en la UA de C., donde interpretó dos o tres piezas.
"Ese fue sin duda el parte aguas para seguir estudiando y llegar a donde estoy", señala.
Ricardo tiene dos hermanos: Daniel, estudiante de negocios con especialidad en deportes, y Óscar, que es con quien en un futuro podría conjugar su talento, ya que él es ingeniero en producción musical.
DISCIPLINA DE ARTISTA
Ricardo considera que un pianista debe tener disciplina y soledad para poder crear; es muy metódico, ya que en su día a día trata de tener un plan escrito de lo que quiere mejorar de cada pieza que toca y por cuánto tiempo trabajará en cada detalle. También hace ejercicio con regularidad, intenta comer bien y dormir lo suficiente.
“Todo lo que hago, lo hago porque no puedo vivir sin la música", agrega.
Al cuestionarlo sobre su rutina antes de dar un recital, afirma que ya es un poco menos estricto, pues antes comía pasta con algún pescado, escuchaba Wagner, en específico el final de El Ocaso de los Dioses y siempre llega con tiempo al teatro para relajarse y acostumbrarse al ambiente de la sala.
El artista revela que tocar en Torreón para él significa compartir lo que más adora en el mundo con la ciudad que lo vio crecer y que lo acoge cada vez que regresa a sus escenarios.
CONCIERTOS VIRTUALES
Actualmente, Ricardo pasa la contingencia por el coronavirus en Suiza. Destaca que la gente se controló mucho con las medidas de seguridad y no se impuso aislamiento obligatorio, pero desde el 13 de marzo se cambió en todo el país a clases en línea.
"La escuela quedó abierta para los que no tenemos instrumentos en la casa y podemos ir a estudiar y se proporcionaron con desinfectante en todas las aulas de práctica. En general mi vida era de mi departamento a la escuela, así que en ese aspecto no cambió mucho", comenta.
Igualmente, el músico nos cuenta que debido a la pandemia, participó en dos grandes conciertos que se transmitieron de manera virtual, uno de ellos fue con el Centro ABC, organizado por su estimada amiga y violinista Dirén Checa, en conjunto con los directivos del grupo médico ABC.
"La experiencia fue muy buena, aunque estábamos todos los músicos separados, por medio del Internet y la música nos pudimos conectar y hacer nuestra donación con el arte", aporta Ricardo.
Ese concierto le dio mucha proyección del Instituto ABC y recibieron gran cantidad de donaciones, para ayudar a combatir la crisis del COVID-19, además de que se ha platicado de hacer más recitales en línea.
El otro fue un concierto organizado por Ricardo y su vecino Manfred Liebungut, motivados por los videos de los artistas que cantaban desde sus balcones, en lugares donde la cuarentena era más estricta. A este par de amigos y músicos se les ocurrió rentar una terraza de la sala de conciertos Kursaal Casino en Berna y llevar un piano, para ofrecer un concierto a los casi 70 departamentos que están cerca de ahí.
"Rentamos bocinas, el piano y estuvimos actuando con mucho cuidado y obedeciendo las reglas de distanciamiento social", agrega.
Ricardo y Manfred presentaron el proyecto al sector cultural de la ciudad de Berna y tuvieron la fortuna de que los apoyaron con el presupuesto para pagar a los músicos, entre otras cosas. Para el lagunero la experiencia fue tremenda, ya que le demostró que hay personas listas a ayudar en todos lados. En este concierto tocaron temas de Schubert, Mahler, Edit Piaf, etc. También un trío de Beethoven, El Archiduque y otras piezas para chello, violín y piano.
"Sin duda fue uno de los conciertos más emotivos que he tenido. Al tocar veía como la gente salía a sus balcones para escucharnos y después de cada pieza nos aplaudían mucho y hasta nos pedían encores. Fue mágico", comparte.
NUEVOS PÚBLICOS
Por Facebook, Instagram o por su canal de Youtube, Ricardo comparte música y pensamientos, además de una pequeña reflexión con una sonata de Beethoven, una canción de Gustav Mahler, arreglada por él, un extracto del concierto en la terraza en Berna y, finalmente, el final de La Octava Sonata de Prokofiev, con un pensamiento de que somos una especie con resiliencia.
"En esa pieza se deja ver el enorme poder del alma humana a sobreponerse a obstáculos. Para eso es el arte para recordarnos quiénes somos", dice.
Por ahora, los planes de Ricardo son seguir estudiando. La pandemia y el aislamiento, le ha cambiado la vida a todos, y afirma que de alguna manera a él le ha enseñado a cuidarse más y a relajarse, ya que no había parado de tener conciertos, clases o algo parecido desde hace años.
"Eventualmente me gustaría hacer videos didácticos de música en Youtube, ese es un sueño al que le he estado dando vueltas desde hace varios años y nunca había tenido tiempo. Por otro lado, ahora tengo mucho tiempo para estudiar piezas muy difíciles, que hasta ahora no había podido leer. Espero poder crecer, aprender cosas que no había podido antes, por el tiempo", complementa.
Por ejemplo, platica que ha estado leyendo mucho y se puso de acuerdo con un compañero de la escuela que es francófono y cada tres días se comunican para practicar su francés. Ha estado también haciendo mucho ejercicio y cuidando lo que come.
De su regreso a Torreón, Ricardo afirma que "desafortunadamente ahora es muy temprano para ver cómo evolucionarán las restricciones, en cuanto a viajes al extranjero. Por el momento me estoy haciendo a la idea de que pasaré un verano aquí en Suiza", concluye.