En un medio controlado mayormente por hombres, la actriz Claudia Álvarez se ha forjado un lugar.
Y es que desde sus inicios, en telenovelas como Mirada de mujer, el regreso (2003) o Las Juanas (2004), se ha caracterizado por interpretar a mujeres fuertes, independientes, que luchan por lo que quieren y no temen decir lo que piensan, rasgos que también la caracterizan a ella.
“Es lo que toca. Hoy en día la sociedad nos plantea que tenemos que ser las mejores profesionales, madres, amantes, amas de casa y amigas, aunque, muchas veces, en verdad no nos da la vida. Es un peso social muy fuerte, porque si sientes que no lo estás logrando en algún aspecto, se afecta tu seguridad y tu autoestima... Por eso creo que se debe hacer un trabajo personal importante, salir un poco de una misma, verte desde fuera y reconocer tus fortalezas y los aspectos que realmente nos importan, para trabajar en ello y hacer lo mejor posible para alcanzar nuestras metas”, nos dice.
Y aunque cuenta que ella misma se sintió rebasada en muchas ocasiones, con el paso del tiempo ha ido descubriendo cómo aligerar esa carga.
“Todo tiene que ver con la confianza que tengas en ti y con la gente que te rodeas. Se dice que tú eres un porcentaje de las cinco personas, que no sean tu familia, con las que más compartes. Entonces, el hecho de rodearte de gente a la que admires, que te sumen en verdad, y saber elegir a tu pareja, son cosas fundamentales. Porque una buena relación te lleva al cielo y una mala, te destruye... Pienso que, en general, se trata de hacer un buen equipo. Voltear a tu alrededor y ver a quiénes tienes, si es gente optimista, trabajadora, amorosa, que está siempre planteando proyectos y cómo ser mejores, seguramente eso te va a llevar por el mejor camino”, afirma.
Juntos en el set
Ella ha formado un buen equipo con su esposo, el productor Billy Rovzar, con quien tiene ocho años de matrimonio y tres hijos: Kira, de cuatro años, y los mellizos, Billy y Clío, de dos.
Precisamente hace unos días, la pareja estrenó a través de Vix+ la serie Un buen divorcio, escrita, producida y dirigida por Billy, y donde Claudia comparte estelares con Esmeralda Pimentel y Gustavo Egelhaaf.
Sobre el reto de trabajar juntos, la actriz nos compartió: “Siempre hemos tenido muy claro que la base de nuestra relación es respetarnos mucho. Yo a él lo respeto enormemente, creo que el trabajo que ha hecho en su trayectoria es maravilloso, pero esta es la primera vez que estamos juntos en el set y sinceramente ha sido una experiencia hermosa. Fue muy fácil en verdad, y yo terminé admirándolo mucho más... El ver cómo un día platicaba conmigo sobre este sueño, y al otro ser parte de su realización, me llena el alma”, comparte Claudia.
Apertura del alma
También nos habló acerca de cómo ha logrado compaginar su faceta profesional con la difícil labor de ser mamá.
“Ha sido una labor de todos los días y, sobre todo, he tenido que trabajar mucho mis culpas. Porque, obviamente, lo que más amo en la vida son mis hijos y mi familia, pero quiero seguir actuando. Entonces, al principio me costó mucho trabajo. De hecho, hasta el año pasado fue para mí muy difícil, pues cada vez que me iba a trabajar, me sentía la peor mamá del mundo por dejarlos en casa... Así fue hasta que llegó un momento en que dije: ‘No, vamos a quitarnos las culpas’. En diciembre decidí seguir trabajando, pero voy a elegir muy bien mis proyectos. No quiero ser el ajonjolí de todos los moles. Hoy en día quiero tener máximo dos proyectos al año, que me tomen unos meses, para el resto del tiempo dedicarlo a mi familia”, explica.
Según nos cuenta, convertirse en madre la ha transformado radicalmente. “La maternidad me ha dado madurez y, literalmente, me ha dado una apertura del alma. Físicamente puedo decir, sin romanticismos ni mafufadas, que es real. Yo sentí cómo mi alma, cómo mi corazón, se abrieron con mis hijos, entonces tengo una razón poderosísima para querer ser mejor. Ellos son mis maestros y son lo más importante que tengo”, comentó.
Saber elegir
Lo cierto es que, a sus 42 años, actualmente Claudia se siente plena y realizada, como mujer, como esposa y como profesional.
“Me encuentro en un momento de agradecimiento. Siento que soy una mujer afortunada por las decisiones que he tomado en la vida y porque he tenido esa intuición y sensibilidad para saber elegir qué camino tomar... Estoy tranquila y dispuesta a seguir adelante con amor, con paz y sin envidias de ningún tipo, solo deseando que a los demás les vaya increíble. Así que no me queda más que agradecer a cada segundo por mis hijos, mi marido y mi paz emocional... Pienso que cada quien debe experimentar un proceso distinto en esta vida y venimos a aprender diferentes situaciones, pero yo solo puedo agradecer lo que tengo, que hago lo que más amo en la vida, lo que me apasiona, y trabajo en lo que yo pagaría por hacer”, concluyó.
Claudia y Billy: su historia de amor
La actriz y el productor se conocieron puesto que son representados por la misma manager, Danna Vázquez, aunque en ese momento ambos estaban en distintas etapas de su vida. Tras varios años de esa presentación, la pareja sostuvo un noviazgo que duró cinco años y que culminó con una espectacular boda el 19 de noviembre de 2016, en Punta Mita.
Su primera hija en común, Kira, llegó tras tres años de casados, pues el productor se había sometido a una vasectomía que revirtió tras tener a sus hijos Alexandra y Maximiliano, de su relación con Fernanda Gamboa.
Claudia y Billy, que además comparten el 6 de octubre como fecha de nacimiento, conforman actualmente una de las parejas más sólidas y estables del mundo del entretenimiento.