Charlie Kaufman nos platica acerca de su nueva película en Netflix

Personajes

El cineasta nos habla sobre cómo explora el surrealismo y la fantasía para transportarnos a la psique humana en cada una de sus películas.

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Charlie Kaufman (Shutterstock).

Charlie Kaufman no está por ningún lado. Se presentó puntualmente a nuestra reunión por Zoom, pero su rostro no. Le dijeron que la entrevista sería solo en audio; me dijeron que sería en video y audio. De buena gana y solo renuente brevemente, enciende la cámara. 

“Me alegro de estar usando una camisa”, dice impasible. Confusión, incomodidad, humor seco: todos son ingredientes vitales en la obra de Kaufman. Como guionista nos dio, entre otras cosas, ¿Quieres ser John Malkovich? y Eterno resplandor de una mente sin recuerdos; como guionista y director Nueva York en escena y Anomalisa. 

Todas son películas de una gran originalidad que encuentran comedia y patetismo en el comportamiento humano mientras se meten en la cabeza de las personas, a veces literalmente. La más reciente no es la excepción. I’m Thinking of Ending Things, basada en la novela de Iain Reid, muestra la travesía en coche de una joven y feliz pareja para conocer a la familia del novio. El viaje por carretera se convierte en un viaje por la cabeza.


 Le pregunto a Kaufman, de 61 años de edad, cómo encontró el proceso, ya que un intento anterior de adaptar un libro, El ladrón de orquídeas, de Susan Orlean, dio como resultado su guion adaptado sobre un escritor de nombre Charlie Kaufman que batalla para adaptar el mismo libro. 

“Esta tiene una historia, la otra no”, dice. Y eso fue muy al principio de mi carrera, por lo que la ansiedad de estropearlo era mucho mayor de lo que es ahora”. Basta decir que no lo estropeó. Ni mucho menos. Más bien, creó otra película alucinante (esta vez para Netflix) que divierte antes de colapsar en sí misma y convertirse en algo mucho más extraño, más alusivo y elusivo. 

En otras palabras, es una película de Kaufman por excelencia. El libro tiene esta cualidad interior de ensoñación, que es lo que me atrajo”, dice. “Estoy muy interesado en cómo se sienten los sueños y en la lógica y la irracionalidad de ellos, así como en usar el simbolismo que creamos y plasmar eso en una película. 

Eso es lo que traté de hacer con Nueva York en escena: tomar el mundo interno de Caden y proyectarlo en el mundo externo como si fuera un sueño”. 

Caden de Nueva York en escena, un director de teatro torpe y enfermo interpretado por el fallecido Philip Seymour Hoffman, podría ser primo de Jake de I’m Thinking of Ending Things, interpretado por Jesse Plemons.

 Le pregunto a Kaufman qué le atrae de los hombres malhumorados, emocionalmente inarticulados y psicológicamente dañados. “Supongo que tengo mis propios problemas con la depresión y la ansiedad y cosas así”, dice. 

El foco principal del filme y su narradora es la mujer, interpretada por Jessie Buckley. A través de sus ojos, vemos el desarrollo de los hechos y es su ánimo vacilante lo que determina la dinámica entre la pareja, que cambia constantemente.

“Gran parte de esto se trata de cómo en las relaciones, especialmente al principio, tenemos nociones que proyectamos en nuestras parejas y existe la expectativa de que serán esto”, dice Kaufman.

 Al contrario que en la mayoría de las películas convencionales, la historia se vuelve más opaca a medida que avanza, las identidades y apariencias de los personajes cambian, y la cronología y el envejecimiento se vuelven cada vez menos lineales. 

Le pregunto a Kaufman por qué le gusta jugar con el tiempo de esta manera. “El tiempo es un gran mis- terio”, dice. “Si tratas de aferrarte a él como una noción, no hay nada allí. Pero es aquello que nos lleva a realizar los cambios en nuestra vida y, por supuesto, a la muerte”. 


Estamos de acuerdo en que 2020 hizo cosas extrañas con el tiempo y con la forma como es nuestra expe- riencia con él. “Esta película se hizo antes de la pandemia, pero contiene algunos elementos pandémicos. Y habla también de virus”, dice, refiriéndose a esta conversación entre la pareja: “Los virus son monstruosos”. 

La gama de referencias en I’m Thinking of Ending Things es vertiginosa y abarca literatura, cine, historia del arte y cultura pop, que va desde John Cassavetes a Robert Zemeckis, William Wordsworth y Anna Kavan. Comento que este patrón del estilo de ping pong parece reflejar la forma en que ahora con- sumimos cultura en línea. 

Kaufman asiente. “Gran parte de nuestra vida interior está poblada por lo que hemos visto, pensado o leído, inconscientemente. Se convierte en parte de la vida en nuestras cabezas”. Si bien se le ha descrito de forma generalizada como autor de terror psicológico, Kaufman rechaza la eti- queta. “No me interesan las cosas de género”, dice. “Hay guiños al terror, pero siempre son trastocados”. 

En lugar de dedicarse a explorar lo que acecha en el sótano, le interesa más lo que acecha en el subconsciente. Antes de “explotar en la locura, el absurdo, el surrealismo”, en su novela debut Antkind se divierte mucho burlándose del espíritu de la época, con Rosenberg desesperado por que se le considere como una persona woke (que ha abierto los ojos). 

Jugar con los asuntos delicados de la política de identidad y la corrección política parece un negocio algo arriesgado en el clima actual. ¿Tuvo un costo? “Hay personas que criticaron el libro por eso, pero no ha sido la respuesta principal".

yvr



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