La Princesa Charlène de Mónaco se encuentra actualmente en Sudáfrica, después de sufrir varias complicaciones de salud en el continente durante una visita real. Sin embargo, la distancia aparentemente no sólo ha sido accidente, pues medios alemanes aseguran que su separación del Príncipe Alberto está cerca.
La madre de dos no ha sido vista en Mónaco desde enero, pero su esposo e hijos la visitaron en Sudáfrica a principios de este año. La publicación "Bunte", sin embargo, menciona que la pareja está considerando el divorcio.
El medio alemán citó a una fuente cercana a la familia Grimaldi, diciendo que una de las primeras sospechas fue que los padres de Jacques y Gabriella pasaron su aniversario de bodas lejos el uno del otro. Por si fuera poco, Charlène ha estado está buscando una casa ubicada en Sudáfrica, en Johannesburgo para ser precisos. Los medios creen que esto se debe a que se está preparando para la separación definitiva.
Por último, pero no menos importante, dicen que la princesa ha hablado con sus amigos sudafricanos sobre sus planes y, en efecto, ha estado de frente a este problema, incluso desde finales del 2020.
Y el mundo no estaría completamente sorprendido de esta ruptura, pues de por sí la princesa ha sido muy criticada (y por otros aclamada) por apoyar a su esposo después de que no se hiciera responsable de un hijo ilegítimo llamado Alexandre.
Hace diez años, Alberto de Mónaco se casó con Charlène Wittstock. Unos años más tarde, los dos dieron la bienvenida a sus primeros hijos, los gemelos: Jacques y Gabriella y que nacieron el 10 de diciembre de 2014.
Si el príncipe y su esposa parecen estar viviendo el amor perfecto en su palacio con sus niños pequeños, algunas fuentes dicen que su relación ha estado luchando durante varios meses y que los dos incluso han estado cerca de la separación en varias ocasiones.
Los últimos movimientos oficiales de Charlène fue una videollamada con sus hijos desde Sudáfrica, donde explicó en redes sociales que extraña mucho a su familia, especialmente a sus pequeños que se encuentran con su padre.
En las fotografías, se podía ver a la princesa Charlène mostrando a sus hijos por la habitación, señalando carteles en la pared y una máquina de coser. En uno, se la podía ver lanzándole un beso a su hijo Jacques, mientras que en otro miraba la pantalla, con la barbilla apoyada en la mano.
También le dijo a Channel24: "Lo que ha sido extremadamente difícil para mí fue cuando mi equipo médico me indicó que no podía regresar a casa para mi décimo aniversario de bodas. Sin su amor y apoyo, no habría podido superar este doloroso momento".
Al día siguiente se llevó a cabo una ceremonia religiosa y se declaró una fiesta nacional de dos días para conmemorar la ocasión.
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