Chantal Andere, quien dará vida a Audrey en la famosa obra escrita por Howard Ashman y musicalizada por Alan Menken, ha construido una sólida carrera interpretando tanto a villanas icónicas de la televisión mexicana, como participando en distintas producciones teatrales.
Con 39 años actuando, la hija de primera actriz Jacqueline Andere se siente muy emocionada por formar parte de esta producción de Juan Torres, la cual cuenta con la dirección de Ricardo Díaz, y nos comparte una reflexión en entrevista.
“Yo empecé a actuar los 13 años en una obra que se llamaba Polo, pelota amarilla, que era una cosa infantil, en el Teatro Wilberto Cantón. Después hicimos Blancanieves y los siete enanos, en una versión musical, en el Teatro de los Insurgentes, estuvimos año y medio en cartelera y nos fue increíble. A partir de ahí empezó mi carrera en teatro musical, que es en donde me formé.
Empecé a hacer televisión cinco años después y, desde entonces, no he parado. Yo creo que los nervios van a estar siempre. Cada proyecto es un reto, sea tele, serie, cine, teatro, lo que sea, siempre hay nervios y emoción… pero en el teatro, que es en vivo, ahí no hay margen de error.
Actuar es mi trabajo, de esto vivo y me da vida. Mi familia es mi prioridad, pero mi trabajo es mi segunda gran pasión. Este es un trabajo muy serio. La gente paga un boleto por ir a ver un proyecto y el público se merece que allá arriba nos matemos para dar el 2,000 por ciento, el 100 no lo contemplo en mi vida, porque siempre se puede más. Esa es mi filosofía de vida.
Siento que por eso soy una persona que trabaja constantemente, en distintos proyectos, con distintas empresas, para distintas plataformas, porque creo que el talento ya lo tienes y a eso deben sumarse pasión, disciplina y respeto por el público y por el trabajo de los demás. A mí me gustaría que la gente, cuando yo ya no esté, diga ‘era la mujer más apasionada y disciplinada en su trabajo’. Con eso estoy del otro lado”, nos dijo en entrevista la actriz, quien protagoniza el montaje musical La tiendita de los horrores, en el Teatro Hidalgo, de la Ciudad de México.
¿Cuál es tu momento favorito de La tiendita de los horrores?
¡Toda la obra! Es que cada escena mía y cada escena de mis compañeros que veo son muy emocionantes. La tiendita es una historia que, desde que se escribió en 1960, es una genialidad absoluta, una irreverencia, un humor negro, en donde todo gira alrededor de una planta. Me parece que la versión que hizo Juan Torres, respeta absolutamente el libreto de la apuesta de Broadway, porque eso es lo que exigen cuando compras los derechos, pero cambia en las dimensiones, porque el Teatro Hidalgo es muy grande y esta obra se ha presentado siempre en teatros muy pequeños, entonces aquí todo se multiplicó por 2,000. Me gusta la obra de principio a fin y escuchar a Jair Campos, quien es el actor que da voz a la planta y que además hizo todo el vestuario y ha hecho mucho teatro musical toda su vida, es impactante. Cuando esa planta empieza a hablar, de verdad que se te enchina la piel.
¿Esta es la primera obra tuya que podrán ver tus hijos, cierto?
Sí, estoy emocionadísima porque creo que es la primera que pueden ver de principio a fin. Anteriormente, ellos estaban muy chiquitos y no pudieron ver otros musicales que hice, o, por ejemplo, El beso de la mujer araña, era una obra muy densa, con escenas complejas para niños, de hecho, en la taquilla te decían que niños mayores de 14 años, entonces veían solo una parte y luego se los llevaban al camerino. Ahora, mi hija, Natalia, tiene 15 años y Sebastián tiene 10, y va a ser la primera vez que ellos puedan ver un proyecto mío de principio a fin. Ellos ya se saben la historia, les he mostrado fotos, han ido de la mano conmigo en información, porque les he contado todo: desde que fuimos a Nueva York hasta el día de ayer. Están felices y yo más, de que vean por qué la ausencia de mamá en estos últimos tres meses, aunque ellos lo entienden muy bien y lo respetan mucho.
¿Cómo ha sido trabajar con Oscar Acosta?
Ese hombre es un talento descomunal, porque tiene una voz impresionante, está haciendo precioso el personaje de Seymour y, además, él hizo todas las plantas a mano. Eso fue algo que le llevó muchísimo tiempo, es fuera de serie y es de impacto. La planta gigante tiene una estructura mecánica que se hizo en un taller con un ingeniero especializado en giratorios de teatro, en robóticas de teatro, pero todo lo que es los labios, la forma, las manos, las ramas, todo lo hizo Oscar a mano. Entonces tiene un doble esfuerzo brutal. Yo lo conocí hace 10 años, porque hizo la escenografía de un musical que hice con mi mamá, La fierecilla tomada, después hizo la escenografía de El beso de la mujer araña, también hizo la de Te amo, eres perfecto, ahora cambia, y ahí fue cuando, por primera vez, estuvimos en escena juntos. Así que además de ser un talento como pocos en este país así, es un gran amigo y es parte de mi familia teatral.
Hablando de tu familia teatral, ¿cómo es volver a trabajar con Juan Torres?
Es una felicidad y una paz enorme, trabajar con gente que te quiere, que te respeta y que son disciplina pura. Yo a Juan le tengo un agradecimiento absoluto, porque justamente este año cumplimos 10 años de haber trabajado la primera vez juntos, que fue también en La fierecilla tomada, un musical que hicimos con mi mamá. Norma Lazareno Aritel, no Martínez. Ahí fue la primera vez que trabajé con él, me gustaba mucho su trabajo y a él, el mío. Ahora caigo en familia y con el director, Ricardo Díaz, lo mismo, así que estoy en una zona de paz, de amor, enorme, en donde todo es respeto, disciplina, cariño, entusiasmo y pasión. El teatro musical es muy demandante, es una disciplina muy dura y estar cobijada por amigos y gente que sigue confiando en tu trabajo, es lo mejor que me ha pasado.