Cuando la interiorista Summer Thornton y su esposo, Josh, compraron una propiedad al pie de la playa en Sayulita, la pareja se concentró en las oportunidades creativas que les ofrecía este hermoso paraje.
De la mano del arquitecto Enrique García, pusieron manos a la obra y reformaron el espacio, creando una casa tropical única llena de lujosos detalles, artesanías mexicanas y vegetación.
Casa Rosada es la propiedad vacacional de Summer, pero también es el lienzo en el que integró un diseño inspirado en el trabajo del arquitecto Luis Barragán.
Para ella, el color rosa es reflejo de la calidez que distingue a México, así que optó por terminar la obra con chukum en un tono entre melón y terracota, y usar esta misma paleta en los interiores, junto con toques verdes y metálicos, así como muebles de parota y ratán, un conjunto que refleja los cambios de luz del Pacífico y llena de descanso y lujo a los habitantes.
La propiedad de 557 metros cuadrados, que está disponible a través de su página web para renta y eventos, cuenta con cinco habitaciones, una piscina infinita y detalles como bañera de hidromasaje una hermosa terraza adornada con tumbonas y un servicio de concierge que ayuda a los huéspedes a planear actividades privadas, como clases de yoga, masajes y cenas exclusivas.
Para encontrar los muebles correctos para esta propiedad, Summer buscó entre fabricantes locales y empresas que impulsan a los artesanos mexicanos.
Así adquirió varias piezas de estudios como Mistiz, Comité de Proyectos, Peca y Casamidy, en donde encontró la combinación entre arte local, lujo, diseño y comodidad que quería poder ofrecer a aquellos que se hospedaran en Casa Rosada.
En conjunto, la casa ofrece un aura acogedora. Sus amplios espacios dan la bienvenida a los huéspedes y ofrecen detalles que no pasan desapercibidos, como el mural que viste la cocina, hecho por la artista Priscila González Urrea, o la chimenea que corona el comedor para 14 personas.