Carmen López-Portillo reflexiona sobre su amor por los libros tras recibir el homenaje al Bibliófilo ‘José Luis Martínez’

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La ganadora del premio en la FIL nos platica en entrevista sobre su pasión por la literatura y el cómo tomó la decisión de dejar la rectoría del Claustro de Sor Juana, tras más de 30 años.

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Carmen López-Portillo es la segunda mujer en recibir el homenaje al Bibliófilo ‘José Luis Martínez’. (Foto: Octavio Hoyos)

Platicar con Carmen López-Portillo es abrirle la puerta a una verdadera biblioteca andante. La hija de Carmen Romano y el expresidente de México, José López Portillo, lleva la cultura y la literatura en la sangre, pues desde niña se refugiaba en la biblioteca de su abuelo, el historiador y académico José López-Portillo y Weber.

Y es que, al hablar de los libros, a la ex rectora del Claustro de Sor Juana no hay quien la pare. 

En un inicio le había comentado que le quitaría unos 15 minutos para hablar de su premio, el homenaje al Bibliófilo “José Luis Martínez” 2024, que recibió por parte de la Universidad de Guadalajara, a través de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. 

Sin embargo, este encuentro terminó siendo una plática de casi una hora sobre su amor por la lectura, el cambio de mando de la rectoría de la Universidad del Claustro de Sor Juana y lo que desea en esta nueva fase de su vida.

“Los libros son un espacio de identidad. El hecho de poder entrar a la biblioteca de mi abuelo o de mi padre era un reconocimiento de pertenencia, significaba que ya habías acreditado algo, que no era la gracia de formar parte de una familia, sino el mérito de ya haber empezado a leer, a entender y a disfrutar de la lectura”, nos cuenta en entrevista la académica y promotora del rescate del ex-Convento de San Jerónimo.

“Los libros son el lugar de la curiosidad, de aquello que nos trasciende. La lectura es un regalo de vida porque te permite ir más allá de tus capacidades, asomarte y vislumbrar lo que otras personas son y lo que imaginan. Los libros han acompañado toda mi vida y me han dado los momentos más maravillosos, han consolidado mis relaciones más importantes, me han hecho crecer, pensar y aproximarme a mí misma. Que me reconozcan por algo que de verdad ha enriquecido mi vida, que es el gusto por los libros, es como recibir un regalo por un regalo que ya recibí”, reflexiona la licenciada en derecho, quien es miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Bibliófilos.

La académica dejó este año la rectoria del Claustro de Sor Juana, tras más de 30 años. (Foto: Octavio Hoyos)

La biblioteca de la sorjuanista incluye volúmenes únicos y títulos de gran valor sentimental, como un ejemplar de Corazón, diario de un niño, de Edmondo De Amicis, que fue el primer libro que le regaló su padre, quien lo recibió como premio al ganar un concurso de matemáticas en tercero de primaria; el exmandatario también le obsequió una edición de 1871 de David Copperfield, de Charles Dickens, el cual ha pasado por varias generaciones de lectores López-Portillo. “Tengo cosas maravillosas: libros de Fernando del Pazo, Las trampas de la fe dedicado por Octavio paz y una edición que se hizo por los 600 años de la muerte de Dante de La divina comedia, son tres tomos grandes, monumentales, solamente se hicieron mil ejemplares, con ilustraciones de Amos Nattini, que es una joya”, revela Carmen sobre su colección.

“El amor a los libros, que finalmente ese es el sentido de la palabra bibliofilia, es el amor a una tradición, a mi familia, a la curiosidad… es el amor a las palabras de las demás personas, de los escritores, los que piensan, los que dejan en papel su propia voz, su propia experiencia, sus memorias, imaginaciones, ficciones o el resultado de sus investigaciones. Es el reconocimiento y el agradecimiento al hecho de poder asomarme, a través de la palabra escrita, a otros mundos posibles”, reflexiona la maestra en Historia.

Carmen es la segunda mujer que recibe el homenaje al Bibliófilo “José Luis Martínez”, desde su creación en el año 2001, mérito que comparte con María Isabel Grañén Porrúa, quien fue galardonada en el 2012. 

“Eso tiene un peso enorme. Habría que valorar que hay mujeres maravillosas que tienen bibliotecas muy interesantes, ya sean científicas o académicas, o mujeres que han promovido la lectura, el conocimiento de la ciencia, de la literatura. Yo celebro que se sensibilice el hecho de que las mujeres tenemos también esta participación”, indica la sorjuanista, quien atisba el espíritu de la décima musa en el amor a la lectura. 

Y agrega: “Sor Juana dice ‘yo no tuve más maestros que los libros y extraño la voz y el diálogo de los maestros’. Esa es la ventaja de una universidad, de una escuela, de un conversatorio o de un grupo de gente que se reúne a platicar”.

La académica y promotora del trabajo de Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, encabezó la rectoría de la Universidad del Claustro de Sor Juana desde 1991 hasta septiembre de este año. 

Decir adiós a la institución no fue una decisión sencilla. “Un amigo alguna vez me dijo que hay que irse cuando todavía quieren que te quedes”, dice sonriente y considera: “No quería dejarme vencer por la idea de ‘yo soy indispensable’. No hay nadie indispensable”, sentencia.

“El año que entra cumplo 70 años y, de pronto, pensé que había cosas que me gustaría hacer todavía, quiero seguir estudiando filosofía, pintar, viajar y tener tiempo para leer sin prisa. Trabajé 33 años en el Claustro de Sor Juana y di todo lo que pude, mi capacidad, mi tiempo y todo mi empeño. Lo último que me importaba era lograr que el Claustro ingresara a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, y lo logramos. La institución ya está consolidada y necesita sangre nueva, proyectos nuevos. Y, al cierre de esto, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, ¡Me regalan este homenaje! Fue la cereza del pastel, una experiencia preciosa para cerrar con broche de oro. Estoy muy contenta, muy feliz”, indica la amante de los libros y coordinadora del volumen Sor Juana y su mundo, quien fue sucedida por el Doctor Rafael Tovar López-Portillo.

“Rafael tiene los méritos académicos, tiene dos licenciaturas, una maestría en historia, un doctorado en filosofía y la tesis de doctorado la hizo en torno al papel político de las mujeres en México. Terminando la licenciatura, trabajó conmigo tres años y, cuando terminó el doctorado, trabajó ocho años más. Hace dos años, que tomé la decisión de partir, le dije ‘¿te interesaría participar en este proceso?’, y me dijo que sí”, nos cuenta sobre el desarrollo profesional de su hijo, hoy rector de la institución sorjuanista. 

“Tengo la certeza, la seguridad de que es una persona que va a honrar la filosofía institucional completamente, que va a honrar el legado de sor Juana y el privilegio de estar en este espacio. Por supuesto, tiene sus ideas, y es lo que te decía, de que tiene que entrar sangre nueva, con nuevas ideas, nuevas propuestas, pero que en última instancia, va a respetar el núcleo de lo que es el Claustro”, finaliza.


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  • Aracely Garza