Dos décadas han pasado desde que un muy jovencito Carlos Rivera, de apenas 17 años, ganara el reality de televisión La Academia. Es por eso que anoche celebró tan importante acontecimiento con un fastuoso concierto en la Arena Ciudad de México, donde reunió a poco más de 22 mil personas.
Sobre estos 20 años de trabajo, platicamos con el cantante, quien, notablemente emocionado, nos dijo:
“Hay toda una maleta llena de recuerdos que la música me ha regalado. Ya son 20 años, y por eso los he querido celebrarlo a lo grande, pues han pasado cosas muy buenas que el público me ha dado la oportunidad de vivir. Hay mucha nostalgia también. Imagínate este camino, los proyectos, la gente que ha pasado por mi vida, por mi música, por mis canciones, por mis shows... Pero especialmente no quería dejar de recordar que el 4 de julio del 2004 gané La Academia, y ese día cambió mi vida”.
Desde entonces, la transformación física y emocional que ha vivido Carlos, ha sido impresionante.
“Porque no es lo mismo un niño de ciudad que un niño de un pueblo. Obviamente, fui aprendiendo y me fui moldeando según pasaba el tiempo. Entendí que la vida no es fácil y el mundo de la música menos. La industria te requiere convertirte, literalmente, en un león, porque si no te devoran a ti. Creo que eso es lo que, tal vez, haya modificado de alguna manera, pero todo siempre desde la esencia...
No he querido perder jamás ese niño que era súper soñador, que tenía la ilusión de subirse a cantar y que todavía hoy se emociona de hacer un espectáculo como este, de ir a mis ensayos, de estar con mis músicos, de las giras, los hoteles y los aviones. Definitivamente hay cosas que, todavía al día de hoy, para mí siguen sintiéndose como si fuera la primera vez. Especialmente en la música, cuando tú crees que ya llegaste, apenas estás empezando. Cuando sientes que vas llegando a la meta, el camino vuelve a alargarse y eso lo vuelve tan apasionante, porque a diario toca ver hacia dónde te lleva el siguiente tramo”, asegura.
No tomarse tan en serio
Considerado el artista más importante de su generación, Carlos no solo ha destacado en la música. Con montajes de gran formato como El rey león, Mamma Mia! o José el Soñador, ha forjado una sólida carrera en teatro, aparte de exitosos proyectos en cine y televisión como Coco, El hotel de los secretos, La Voz... México, y ¿Quién es la máscara?, entre varios más. Sin embargo, él no le presta demasiada atención a los halagos.
“Creo que no hay que tomarse tan en serio. Yo por lo que me preocupo es por mi carrera, por respetar a mi público y a la gente que me sigue, y que espera de mí un concierto
con la calidad que se merece por lo que pagó. Mis últimos shows los hacía de tres horas y no quería bajarme del escenario. La gente también quería que yo siguiera cantando, y ahí es cuando el público y tú logran esa sinergia que yo busco en cada presentación. Hacer un concierto que no se les olvide nunca, y a mí tampoco”, nos comenta.
Y agrega: “Como decía Margaret Thatcher, ‘hoy la gente quiere ser, sin hacer. Pero no puedes ser alguien, si no has hecho nada para serlo’... Pienso que uno es tan bueno como lo último que ha hecho. Entonces, por eso yo trato de que cada vez que hago algo, sea lo mejor que he hecho hasta ese momento. Pero mi motivación va más allá del éxito, de la fama y de todo, porque eso puede ir y venir, sube y baja. Mi deseo es que todo lo que yo haga vaya mejorando y el público sepa que siempre di lo mejor de mí. Que esta gira supere a la otra, este disco sea mejor que los anteriores, o simplemente que siempre haya algo nuevo que la gente descubra en lo que yo ofrezco”, expresó.
Una premonición
Recientemente convertido en padre, tras la llegada del pequeño León, y luego de dos años de feliz matrimonio con la presentadora Cynthia Rodríguez, Carlos asegura estar viviendo su mejor momento y haber alcanzado una madurez que se ve reflejada en el escenario.
“Hay canciones que para mí han cambiado hasta en la manera de cantarlas. Ahora, incluso temas como ‘Te esperaba’, que escribí pensando en ese amor que tú sabes que va a llegar y que siempre quise que fuera así, hoy tiene dos vertientes, tanto del amor de mi vida, como el de mi hijo. Ya hace varios años que la escribimos Gian Marco y yo, y honestamente ha sido como una premonición, pues, cuando nació mi hijo, descubrí que todas las palabras que digo en la canción, hoy tienen ese sentido.
También hay canciones que escribí antes incluso de conocer a mi esposa y que hoy tienen sentido gracias a ella... Nunca tuvieron tanto peso esas palabras como ahora. Estoy convencido de que las canciones, sin duda, no pueden ser lo mismo antes que después del amor”, confiesa.
Y sobre el matrimonio, nos platicó que no ha significado un cambio tan radical.
“Yo creo que depende mucho de las personas, de lo que tú eres y de lo que tienes con esa persona. No debería de cambiar nada por una ceremonia. En nuestro caso, simplemente quisimos hacer una celebración, más que más que firmar algo. Quisimos festejar nuestro amor con nuestros amigos más cercanos y, a partir de ahí, fue como antes. Como cuando cumples años. Ayer tenía 37 y hoy tengo 38. Así es. No cambia demasiado”, añadió.
Su lugar favorito en el mundo
Según nos cuenta, su nueva familia se ha convertido en el principal motivo para seguir creciendo, pero sin despegar los pies del suelo.
“Mi familia es crucial para todo lo que hago y siempre es mi refugio. También me gusta ir a mi pueblo. Voy allí, literalmente, cuando simplemente quiero ser yo. Cuando tengo dudas, cuando algo me supera, me encanta ir a Huamantla (Tlaxcala), porque es ese lugar donde yo me reencuentro otra vez con todo y donde soy muy feliz. Es como mi lugar favorito del mundo... Antes era la casa de mi papá y la de mi abuela, pero ahora que no está ninguno de los dos, se cambió a la casa que tengo allá, que me tocó hacerla a mí y que funciona como mi centro de operaciones”, dice.
La dicha que le produce este sitio es tal, que pronto planea compartirlo con sus seguidores, pues piensa abrir un hotel de lujo con el que, además, busca llevar fuentes de trabajo y progreso a su ciudad natal.
“Es el lugar que a mí me hace más feliz y quiero compartirlo con la gente. Yo perfectamente podría haberme ido ya del país a vivir en otro lugar, a invertir en otras cosas o en otros sitios, pero, para mí, el hecho de volver a mi tierra y devolverle un poquito de todo lo que me ha dado culturalmente, en tradiciones, en familia, en valores y en orgullo, es indispensable. Me di cuenta de que, a veces, si tú quieres ayudar a un lugar, a una sociedad o a una comunidad, no hay nada como dar trabajo, crear fuentes de empleo y propiciar una derrama económica... Hoy, mucha de la gente que trabaja en hospitalidad o en restaurantes, allá en Huamantla, está feliz porque nunca habían venido tantos turistas con ganas de conocer”, comenta.
Este es un proyecto integral que abrirá sus puertas antes de que finalice el 2024 y que busca impactar a toda la comunidad.
“Gracias a eso, artesanos, restaurantes, hoteles, estancias y hostales empezarán a tener más visitantes, y eso es algo que me llena mucho. Vuelvo a repetir, no tendría yo la necesidad de hacer nada más que lo que hago, que es cantar, ser feliz y vivir mi vida, pero me gusta mucho aportar algo para que, así como yo me siento orgulloso, que toda la gente de Tlaxcala se sienta orgullosa de haber nacido ahí. Que así como yo intento ir por el mundo diciendo de dónde soy, ellos también lo hagan”, nos platica.
Solo lamenta que don José Gonzalo Rivera, su padre, no pueda acompañarlo en este crecimiento también como empresario.
“Él me llevó al primer casting de La Academia, y algo que hizo muy sabiamente, que le dijo a mis hermanos también, fue: ‘nosotros ya hicimos todo lo que podíamos para apoyarlo, pero el artista es él. A partir de ahora todos nos regresamos a donde somos y a cumplir el rol que tenemos’.
Otra cosa que siempre me guardé en el corazón fue que se sentía orgulloso de todos sus hijos. Yo no era más especial que mis hermanos solo porque vivir acá o porque era famoso. Siempre fue amoroso y se sintió orgulloso de los cuatro... Entonces, me pesa mucho hoy, muchas veces al día, porque hay mil consejos que le quisiera pedir. Hay muchas opiniones que me gustaría escuchar de su parte y, obviamente, también me duele el hecho de que no haya estado celebrando conmigo estos 20 años de algo que le cambió la vida a mi familia completa para siempre. Pero bueno, sé que de alguna manera por ahí está acompañándome, pues siempre se hace presente para darme señales de que de que por ahí anda”, concluyó.