Cuando dos trabajadoras del hogar encuentran el cadáver de una señora en una mansión de España, el mundo y la justicia española se les viene encima… Pronto inicia la acción, ellas deberán defenderse, huir, investigar y apoyarse para no ser chivos expiatorios en el plan de un millonario para inculparlas del asesinato y quedar impune... Después de todo, para él solo se trata de una gitana y una migrante mexicana que no pueden defenderse.
Poco imagina este personaje masculino, empoderado y corrupto, que Desi, la gitana interpretada por Carolina Yuste, y Cata, a quien da vida Camila Sodi, le darán pelea y harán hasta lo imposible por defender su libertad. Con esta premisa arranca Sin huellas, una nueva producción que llega a Prime Video este viernes.
Con este personaje, Camila Sodi evoluciona en una comedia que toca temas por demás complejos, con agilidad y ritmo. La actriz, que ha participado en producciones como El búfalo de la noche, Señorita Pólvora, Luis Miguel: la serie y Rubí, por mencionar algunas, quedó cautivada ante la forma en la que esta historia se desenvuelve en capas que mueven todo tipo de emociones, a la vez que mezcla formatos para contar una historia integral.
“Lo vemos como comedia pura: al final te ríes con ella y empatizas. Lo interesante es la fina línea en el tono y, como espectador, te das permiso de verla riéndote; te puede parecer muy seria, sí… Pero, ¿sabes qué? A veces, la mejor forma de hablar de cosas serias es a través de la comedia”, nos cuenta en entrevista desde España, donde se grabó la serie, con locaciones intermitentes entre las ciudades de Alicante y Barcelona. En Sin huellas, el personaje de Camila es una madre soltera que trabaja en España para mandar dinero a su hija pequeña que se encuentra en México.
Al verse enfrentando a la justicia, que la busca por limpiar la escena del crimen; a su patrón, que quiere inculparla, y a integrantes de la mafia rusa, que buscan aprovechar la situación, formará una alianza de hermandad con su compañera gitana.
Cata es mujer, migrante y madre soltera, ¿Qué piensas sobre la desigualdad que enfrenta tu personaje y lo que esto significa para la narrativa en Sin huellas?
A través de este tono de comedia podemos tocar temas importantes de los que es necesario hablar, y se abordan precisamente desde un lugar donde puedes empatizar, reírte con ellas y, de fondo, está el tema latente y palpable de que quienes pagan por las cosas, injustamente, son los más vulnerables, y es un problema global. Esto nos permite, de alguna manera, poner una luz en toda esta gente.
¿Cómo mostrar la desigualdad sin perder el tono de comedia y acción?
Hay un momento en la serie en el que ellas se autonombran ‘invisibles’. O sea, estas personas son invisibles ante los ojos de la sociedad. Me parece que es super importante contar sus historias y hacerlo desde un lugar de verdad. Lo que da risa y lo que da tristeza de la serie es justamente cómo está contada desde un lugar de verdad, por más que es un despropósito, porque hay tiros y pasan cosas súper fuera de la norma… Pero hay una verdad dentro de toda esa convención de ficción. Todo lo que hace Cata lo hace pensando en su hija y en no perderla,
¿Cómo se integra la maternidad en tu personaje?
Hablar del sector vulnerable también es hablar de las mujeres, ¡y más en nuestro país! Y luego de las mujeres que somos mamás solteras, que somos muchísimas en México y además de todas las que tienen que salir del país para poder sustentar a sus familias; entonces, claro, vas sumando: están en una posición super vulnerable, con la que no necesariamente es difícil identificarse. Es la realidad de la mayoría de las mujeres, en México y en muchos otros lugares. Todos los países tienen este y otros problemas, como racismo y clasismo. Es importante tocar estos temas y está padrísimo también poder entrarle por un lado donde las personas se puedan reír un poquito y reflexionar, porque cuando es muy serio, a la gente le da miedo.
Cuando leíste el guion, ¿Qué llamó tu atención para hacer el casting?
La verdad, lo que más me gustó era que contaba una historia sobre las mujeres invisibles, sobre la gente vulnerable, que también es algo que pasa mucho en México. Lo hemos visto en nuestros periódicos, lo vemos en el día a día, la historia de la gente que aquí en España dicen que ‘se come un marrón’ y termina pagando las consecuencias de algo, aunque sea inocente.
Esa es una historia muy común en un país como el nuestro, en el que está reinando la impunidad desde hace muchos años. Por eso me pareció muy interesante contar esta historia que parte desde el lugar de la comedia, pero habla de la impunidad. Además, estas dos mujeres diciendo: ‘No, por supuesto que no me voy a rendir, y no voy a limpiar esto que yo no tiré’, o sea, no van a pagar los justos por pecadores. Me gusta que ellas están aferradas a su verdad y a decir: ‘No importan las consecuencias, vamos a demostrar que somos inocentes’; eso me pareció muy lindo, muy poderoso.
Con la honestidad por delante, ¿Qué pasa con la empatía, la sororidad y el feminismo?
Justamente se encuentra en ese lugar, donde la historia habla de ellas y cómo se relacionan consigo mismas y entre ellas. La serie nunca trata de dos mujeres vistas bajo la lente masculina, no hay ningún punto de vista patriarcal y eso es liberador. En toda la historia nunca están pensando en cómo se ven, nunca las ves guapas o despampanantes, por eso Sin huellas corre en contra de esta normalización de cómo nos vemos a nosotras mismas a través de la lente masculina.
En esto suman los valores de la producción; por ejemplo, tuvimos un equipo de maquillaje que trataba justo de que nos viéramos al natural o que nos viéramos con más ojeras o más pálidas. Parece que no traemos nada, pero de hecho estamos peor que nunca, devastadas. Es muy refrescante ver a dos mujeres que se ven del carajo, que están escapando y que tienen piel de verdad.
¿Esto podría pasar en la realidad? Un empresario millonario que orquesta un montaje para encubrir un asesinato?
¿En nuestro país? Híjole, creo que me voy a atrever a decir que tal vez ya haya pasado; es tristísimo cómo funciona la ley en nuestro país y ojalá estemos todos haciendo algo al respecto para cambiarla, pero, digo: se escribe mucha ficción, pero de algún lugar viene.
¿Cómo entra todo esto en el trasfondo de Sin huellas?
El título también tiene estas capas. Por un lado, hace alusión a que estas mujeres limpiaron la escena de un crimen, pero también nos habla de que, en su condición, podrían desaparecer y nadie haría nada. Incluso uno de los diálogos de uno de los personajes ricos es eso: quién va a preguntar por una gitana y por una inmigrante, ¿ellas, qué?
Camila, ¿esta serie te hizo crecer?
Sí, definitivamente. La disfruté muchísimo. Es la primera vez que trabajo en España y, además, es un proyecto grandote y lleno de gente muy talentosa. Fue divertidísimo filmar en Alicante. Todo eso te nutre. Al final todos los proyectos te hacen crecer, igual que la vida misma y el tiempo.
Para Camila, la reflexión tras esta serie de ocho capítulos, que promete atraparnos con escenas de acción y comedia, es contundente: “Yo creo que nadie somos invisibles. No importa tu situación social ni económica, creo que siempre tienes la oportunidad de ayudar a alguien, de ayudarte a ti. No somos y nadie debe ser invisible”.
Fotógrafo: Esteban Calderón
Maquillaje: Vicente Montoya
Peinado: Alejandro Íñiguez
Styling: Juan Carlos Plascencia
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