La princesa del pop, Britney Spears, se tomó un descanso del drama generado a la declaración ante la corte el pasado viernes para no tener que lidiar con los paparazzi, sin embargo, no logró el objetivo, pues la siguen a todos los lugares donde está.
Debido al cansancio del hostigamiento constante, elle misma publicó un mensaje a través de su cuenta de Instagram para dar a conocer que se encontraba muy enojada con los paparazzi. “Los paparazzi saben dónde estoy y realmente no es divertido. Es bastante difícil ir a cualquier parte porque siguen apareciendo para tomarme fotos”, expresó.
Agregó también que está cansada de que cambien la forma de su cuerpo, manipulando sus imágenes, pues sabe que su cuerpo no es como ellos lo muestran. “Sé que mi cuerpo no es perfecto, pero definitivamente NO me veo como ellos me retratan. Es de mala educación y es mezquino, así que paparazzi amablemente jódanse”, escribió.
Gracias a este último, Britney presumió su figura al natural con un bikini en el que se ve espectacular, y lo compartió a través de su cuenta de Instagram. El bikini amarillo decidió acompañarlo de unos lentes morados para ir a la playa y como es costumbre, subió un video de ella bailando en tacones, por primera vez, después de todo el mal momento que ha pasado durante los últimos días.
A pesar de lo que comentó en la corte sobre no ser feliz debido a que su padre mantiene bajo su tutela, tomando provecho de todo el trabajo que ella hace, Britney se mostró bastante sonriente, incluso después de que se disculpó por hacer creer a sus fans que es feliz.
El día 30 de junio, por la noche, se reveló que la solicitud que hizo a la corte fue denegada. “El juez ha denegado la solicitud del abogado de Spears, Samuel Ingham III, de destituir a su padre, Jamie Spears, como su único tutor”, se puede leer en los documentos que fueron filtrados.
El documento fue firmado el mismo día en que se filtró por la jueza Penny, a pesar del discurso en el que se le pedía que la dejara en libertad, pues no tiene permitido tomar control de sus finanzas, tener hijos o incluso tomar decisiones sobre cómo tiene que verse su casa; cosa que hace que la cantante se sienta traumatizada.
El padre de Britney, Jamie Spears, defendió sus argumentos, bajo la idea de que él no tiene la culpa de las restricciones impuestas por la ley, pues, fueron impuestas por la servidora social Jodi Montgomery, misma que tomó control de la vida de Britney, en 2018, cuando su padre enfermó.