La enorme necesidad de contenidos audiovisuales que se ha dado tras el despegue de las plataformas de streaming en todo el mundo, también ha llevado a una intensa búsqueda de nuevos talentos y rostros frescos que den vida a los diferentes personajes que vemos en pantalla.
Así fue como se dio a conocer el actor Bernardo Flores, un joven mexicano que a sus 29 años ha logrado destacar por su participación en distintas producciones de Estados Unidos, Colombia y España.
Sin embargo, y a pesar de haberse graduado del Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa hace casi ocho años, no había podido formar parte de ningún proyecto importante en su propio país.
Esta anhelada oportunidad llegó hace apenas un par de meses con la serie Las hermanas Guerra, donde comparte estelares con Ana Serradilla, Claudia Álvarez, Erick Elías y Regina Pavón, entre otros.
Sobre esta historia, que le ha dado a la oportunidad de explorar sus raíces, pues fue filmada durante tres meses en escenarios naturales del estado de Durango, Bernardo platicó con nosotros.
“Ha sido increíble el fenómeno que se formó en torno a esta historia, que ha ido creciendo de boca en boca y se mantuvo varias semanas en los primeros lugares de vistas. Nunca había hecho nada así de grande en mi país, así que ses un proyecto muy entrañable en mi carrera, que me hizo crecer mucho en solo cinco meses, y me da mucho orgullo que la gente lo abrazó de esta manera. Porque es una serie a la que le pusimos mucho corazón, que fue muy complicada, con poco tiempo para grabar muchos capítulos y con escenas intensas, pero siento que logramos un melodrama muy completo y muy distinto a lo que estamos acostumbrados a ver”, comenta.
Y aunque muchos esperaban una segunda temporada, Bernardo piensa que es muy difícil que se vuelvan a reunir.
“Sobre todo por el final que tuvieron los personajes. No quedó mucho espacio para continuar la historia, por eso digo que ha sido un trabajo muy sorpresivo... Nadie del elenco esperábamos esta respuesta de la gente que, gracias a que la iban recomendando, fue creciendo en números y atrapando más público”, agrega.
No nos gana nadie
Sobre los motivos que lo han llevado a trabajar más en el extranjero que en México, Bernardo asegura que no ha sido una decisión personal. “La razón habría que preguntarla a las producciones mexicanas. Yo creo que es suerte. A veces en un lado te buscan mucho y para mí ha sido una bendición que me hayan dado la oportunidad de hacer tantas cosas en España y en Colombia. Ahora en México me he posicionado, por así decirlo, personal y profesionalmente, y espero tener más ofertas de proyectos... He conocido diferentes formas de trabajar, diferentes culturas, he aprendido de todo y me siento listo para enfrentar cualquier reto”, dice.
Según nos cuenta Bernardo, estas diferencias en la forma de trabajar en otros países, le han dado las herramientas necesarias para ser más versátil.
“Y es que no por ser internacional, quiere decir que sea buena una producción, y no por ser de México significa que sea de menor nivel. Se hacen cosas muy buenas y muy malas en todo el mundo. Afortunadamente, me ha tocado la suerte de estar en proyectos donde ponen toda la carne al asador, con buenos presupuestos, grandes actores, excelente dirección y editores muy experimentados, así que el resultado ha sido excelente... En general, creo que en México se están produciendo cosas al nivel de las mejores del mundo. Viéndolo desde afuera, me sorprende la calidad que hemos alcanzado, cuando, por lo regular, se tiene menos tiempo para hacer la misma cantidad de episodios... Los mexicanos trabajamos con el alma y somos los que hacemos de todo. Nos esforzamos, somos aventados, muy chambeadores y a comprometidos no nos gana nadie, por lo que dificilmente nos pueden superar”, asegura.
Encajar en el molde
La participación de Bernardo en Las hermanas Guerra, y en otros proyectos como Luis Miguel: La serie, La Doña, Pasión de gavilanes o Urban, la vida es nuestra, lo ha llevado a ser considerado uno de los rostros más atractivos de la pantalla.
Sin embargo, él no se toma en serio esos calificativos. “Pienso que la apariencia no es una llave mágica que te abre todas las puertas. De hecho, me ha tocado escuchar historias de compañeros que dicen que, por guapos, no les dieron algún papel y yo pienso que, por lo menos ahora, los productores se fijan más en las características del personaje que en tu perfil personal", dice.
Y agrega: "También siento que hay personajes para todos los genotipos y no tienes que preocuparte si te sientes guapo o feo, sino en la capacidad que tienes para interpretar... En lo particular pienso que cada persona tiene su belleza, interior y exterior, y no deberíamos sentirnos obligados a encajar en el molde de nadie”.
Y como consejo a aquellas personas que quieren ser actores y actrices, solo recomienda que no pierdan el enfoque ni el ánimo.
“No piensen que este medio está hecho solo para algunos, pues hoy en día, la industria le da oportunidad a muchísima gente con perfiles distintos y diferentes físicos. Solo hay que perseguir tus sueños y no rendirte. Porque al final la belleza es muy subjetiva... Yo creo que todos los rostros son interesantes y la belleza viene del interior, de qué tan simpático eres, de qué tan empático y, sobre todo, del ángel que tengas. Entonces, cuando alguien quiere sentirse más o menos, físicamente hablando, que tú, creo que debería de preguntarse primero cómo está por dentro y potenciar eso”, comparte.
Disfrutar cada segundo
A sus 29 años, Bernardo se listo dispuesto a dejarse sorprender por la vida.
“En esta profesión no hay nada seguro. Hoy tienes millones de ofertas y mañana no se acuerdan de ti, así que trato de ser una persona que fluye con lo que va ocurriendo alrededor... Me encanta viajar y conocer sitios nuevos. El año pasado visité lugares bellísimos, encontré muchísima gente hermosa, aprendí de muchas culturas y recién vengo llegando de Japón, así que espero que este año sea igual de bueno. Yo, por lo pronto, sigo decretando muchas cosas positivas, viajes y trabajo, pero, sobre todo, salud y amor”, confiesa.
Con miras a escribir y dirigir sus propias historias en un futuro, Bernardo camina con paso firme. Y aunque el futuro parezca prometedor, según nos cuenta, no le teme a ningún tipo de proyecto, por pequeño que este sea.
“Con el tiempo he aprendido a no ahogarme en un vaso de agua y a estar consciente de que el mundo es enorme. Que siempre habrá alguien mejor o peor que tú, que todo pasa y que los momentos no son eternos. Ni lo malo ni lo bueno es para siempre, así que debemos disfrutar plenamente cada segundo, pues la Tierra sigue girando y la vida se pasa demasiado rápido”, dice.
Y agrega: “Por eso no pierdo el tiempo pensando en cuál serie o película sigue. Para mí no hay proyecto pequeño y pienso que nunca hay que demeritar ningún tipo de producción. Me cae muy mal toda esa gente que, por ejemplo, critica los programas unitarios. La aborrezco, porque lo hacen desde un lugar donde piensan que son superiores al resto, cuando no es así. Solo viven una circunstancia distinta. Yo participé en un par de programas de Como dice el dicho cuando salí del CEA y me encantan, porque además son producciones que tienen un público cautivo muy grande y un engagement impresionante”, revela.
Aún así, no es la actuación su prioridad en la vida. “Amo mi carrera y disfruto cada proyecto como si fuera el primero, pero no entiendo a esos compañeros que dejas de ver un rato y cuando te los topas, lo único que te preguntan es: ‘¿En qué andas?, ¿Con quién estás trabajando?, ¿En qué casting te has quedado?’... Yo pienso que hay más allá que el trabajo. Hay más mundo. Y no tienes que salir de un país para darte la oportunidad de desconectar y de poner atención en los pequeños detalles que te rodean. Puedes irte a una playa, a un pueblo, al centro, a una plaza y vibrar que hay más gente, que todos estamos persiguiendo un sueño y que lo importante es seguir trabajando por ser mejores cada día, para expandir quienes somos”, concluyó.