Si te fueran a preguntar sobre el riesgo de los productos de limpieza, seguramente pensarías que los químicos son un problema largo plazo, pero ¿sabías que han sido relacionados con el autismo? Por supuesto, esto no ha sido completamente confirmado, pero sería importante conocer las razones.
Y es que, una nueva investigación, ha revelado que los productos que usamos para limpiar en casa, podrían afectar nuestra salud cerebral. Sin embargo, no hay razones para dejar de utilizarlos porque, finalmente, son una necesidad en muchos hogares mexicanos. Sigue leyendo y entérate de los detalles.
¿Cuál es la relación entre el autismo y los productos de limpieza?
Investigadores de la Universidad Case Western Reserve han revelado un preocupante descubrimiento sobre nuestra salud cerebral. Según un estudio publicado en 'Nature Neuroscience', ciertos productos químicos comunes en nuestro hogar podrían estar vinculados a enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y los trastornos del espectro autista.
Dos clases específicas de sustancias químicas presentes en productos como desinfectantes y retardantes están bajo escrutinio. Estas sustancias, presentes en artículos para el cuidado del hogar y muebles, podrían afectar el desarrollo de los oligodendrocitos, células de soporte esenciales en el cerebro.
En caso de que no lo supieras, los oligodendrocitos son fundamentales para el adecuado funcionamiento del sistema nervioso. Envuelven las neuronas, proporcionando un aislamiento protector y mejorando la transmisión de información en el cerebro.
Sin embargo, según el investigador principal del estudio, Paul Tesa, ciertos productos químicos pueden dañar directamente estos oligodendrocitos, representando un riesgo previamente desconocido para la salud cerebral.
El equipo de investigación examinó los efectos de más de 1,800 productos químicos en el desarrollo de oligodendrocitos en cultivos celulares de ratones. Descubrieron que cerca de 300 de estos productos químicos eran letales para los oligodendrocitos, mientras que otros 47 inhibían su generación.
Los productos químicos responsables de este daño pertenecían a dos categorías distintas. Por un lado, los compuestos cuaternarios presentes en desinfectantes y toallitas, y, por otro lado, los retardantes de llama organofosforados comunes en muebles y materiales de construcción.
La preocupación se intensifica con el descubrimiento de que un metabolito de retardante de llama, BDCIPP, estaba presente en casi todas las muestras de orina de niños examinados en un estudio adicional. Los niveles más altos de este metabolito se asociaron con tasas más altas de disfunción motora bruta y necesidad de educación especial.
Erin Cohn, autora principal del estudio, destaca la vulnerabilidad específica de los oligodendrocitos a estos productos químicos, subrayando la necesidad de comprender mejor la exposición humana a estas sustancias para abordar las enfermedades neurológicas emergentes.
Aunque estos hallazgos son alarmantes, los expertos advierten que se necesita más investigación para comprender completamente los efectos de estos productos químicos en nuestra salud cerebral. Sin embargo, esta es una prueba más de que hace falta un análisis más exhaustivo de los impactos de estos químicos domésticos comunes en nuestra salud cerebral.
En última instancia, este estudio podría ayudarnos a repensar los productos que traemos a nuestros hogares y a considerar los posibles riesgos para nuestra salud y bienestar a largo plazo. Después de todo, nuestra salud cerebral es invaluable, y protegerla debe ser una prioridad para todos nosotros.
¿Lo sabías?