Arturo Gilio Quintero es un joven novillero que vivió el mundo de los toros desde pequeño y desarrolló el gusto por la fiesta brava, pues acompañaba a su padre, el matador Arturo Gilio Hamdan, a las ganaderías y a las corridas.
GRAN VOCACIÓN
La primera vez que toreó fue cuando tenía 8 años, y a la edad de 14 años se decidió a ser torero: “Al lidiar sentí algo que no sentía con ninguna otra cosa, fue y es algo muy especial para mí”, relata.
Desde entonces, el joven construye su carrera con pasos firmes. En 2018 hizo su debut con picadores en la prestigiada Feria de Acho en Lima, Perú, donde dejó una grata impresión. En diciembre de ese mismo año, partió plaza en la Feria de Cañaveralejo en Cali, Colombia, en donde probó las mieles del triunfo. El 2019 lo inició toreando en la plaza de Durango, en una corrida mixta.
Posteriormente actuó en Valladolid, Yucatán y en Lerdo, Durango, donde el resultado fueron dos puertas grandes y salidas a hombros. En marzo de 2020 el lagunero cumplió uno de sus más anhelados sueños, triunfar en la Feria de San Marcos, en Aguascalientes, donde dio de que hablar a los tendidos, pues desde que se abrió de capa dejó escapar las emociones, las gaoneras y los remates dieron cuenta de ello.
Ha toreado más de 27 novilladas sin incluir caballos y cuatro novilladas con caballos alrededor de España, Francia, Portugal, Colombia y Perú, sin faltar México.
CARRERA EN ASCENSO
Desde hace varios años, Arturo radica en Sevilla, España, en un pueblo llamado Camas, donde se prepara para ser el mejor matador. Un ejemplo de su día en Sevilla es prácticamente entrenar todo el día, correr, jugar frontón y padel, pero sobre todo, mucho toreo de salón, para ir puliendo la técnica, que es fundamental en esta profesión. Durante el invierno viaja a México y participa en varias corridas y, de igual manera, continúa con su preparación.
"He madurado mucho como torero y como persona, esta profesión te hace madurar más rápido, ya que en cada presentación uno se juega la vida, sobre todo cuando se está fuera del país, fuera del ambiente acostumbrado, eso hace ver las cosas de otra manera y te impulsa a aprovechar al máximo cada oportunidad que se recibe. De eso se trata, de no dejarla escapar", declaró Gilio para Milenio, cuando regresó a su tierra luego de triunfar en Europa.
Destaca que no es supersticioso, a pesar de ser una profesión que está llena de dichos de superstición, pero sí tiene un ritual que realiza antes de cada corrida.
"Siempre me gusta empezar a ponerme el traje con el pie derecho, siempre salir de la habitación con el pie derecho, bajar del carro con el pie derecho y pisar el ruedo con el pie derecho", comenta.
Se dice admirador de figuras como José Tomás, Andrés Roca Rey, El Juli y Alejandro Talavante, sin embargo, admira a todo aquél que pueda ser capaz de ponerse delante de un toro bravo.
POR LA PUERTA GRANDE
El lagunero destaca que "una joven promesa de la fiesta brava, debe tener vocación, amor al toro y querer ser una figura del toreo".
Sobre sus siguientes pasos, Arturo asegura que buscará torear en plazas de mayor importancia y triunfar, para que se le sigan abriendo las puertas en España.
En cuento a tomar la alternativa indica que: "No tengo nada planeado, acabo de debutar con picadores, llevo pocas novilladas, pero ahí está, creo que hay que ir despacio, estar preparado para el día que llegue el escalafón, estar mentalizado y cuando sea el momento no bajarse del carro", concluye.