La accesibilidad, ligereza y buen humor que caracterizan a Arturo Elías Ayub son elementos que forman parte de su nuevo libro, El negociador. El yerno más conocido de Carlos Slim nos muestra en este ameno texto sus anécdotas como presidente de Pumas (y nos cuenta cuando se tuvo que sentar a negociar con los líderes de las hinchadas), el proyecto de traer internet con Telmex y sus experiencias como director de alianzas estratégicas y contenidos de América Móvil y como director general de Uno TV.
Pero también nos cuenta los inicios de su familia, quienes emigraron a México de Siria y Líbano. “Mis abuelos y mi papá tuvieron la pasión. Llegaron a Córdoba, Veracruz, y sus comienzos fueron tan humildes que mi papá salía a vender tela a los pueblos siendo apenas un niño”, escribe el empresario y juez de Shark Tank México.
Relata también sus vivencias como vendedor en la tienda que su papá, Alfredo Elías Aiza, tenía en el centro de la Ciudad de México y hasta los aprendizajes que obtuvo de cuando, junto con Alfredo, su hermano mayor, puso franquicias de Blockbuster en el norte del país.
“Así, Arturo, quien fue un mal alumno y que por su inteligencia, curiosidad e hiperactividad se aburría y distraía en el salón de clases, resulta ahora un gran maestro”, escribe Carlos Slim como parte del prólogo del libro y de quien Arturo resalta lo que ha aprendido de él, así como anécdotas de cuando Slim coincidió en la fila del bufet con Roberto Irineu Marinho, presidente del Grupo Globo, y a partir de ahí se dio que compraran la empresa NET Brasil.
El empresario, además, hace muchas analogías en su primer libro entre el deporte, otra de sus grandes pasiones, y la habilidad para negociar, de la que habla como una especie de músculo que se puede desarrollar y mejorar con la práctica. “En la vida hay dos cosas de las que nunca podrás salvarte, y no me refiero a la muerte y los impuestos, me refiero a negociar y tomar decisiones”, afirma Arturo en el libro.
¿Cuándo nace la idea del libro?
Era una idea que traía desde hace muchos años, pero que nunca pensé tener el tiempo para hacerlo. Cada quien aprovechó la pandemia de dis- tinta forma y para mí fue este libro.
En el libro mencionas que para ser un buen vendedor hay que estar bien con uno mismo y, para ello, tú dedicas unos minutos al día para hacer oración. ¿Qué otras cosas te dan paz?
Uno, la estabilidad familiar. Para mí el hecho de dedicar el tiempo necesa- rio a mi familia trae una estabilidad tremenda. Dos, tener valores claros, ser una persona honesta, irme a dormir tranquilo, tener una rutina y hacer ejercicio. En mi caso, y esto es muy personal, también rezar arrodillado frente a la Virgen de Guadalupe todos los días, pedirle y agradecerle, me da muchísima energía. Cuando estás bien contigo mismo y puedes dormir tranquilo, hagas lo que hagas lo vas a hacer mejor.
Cuentas que la negociación más importante en la que has participado es la que se llevó a cabo con la farmacéutica Astra Zeneca... ¿por qué lo consideras así?
Cuando empezamos a negociar, no teníamos idea si la vacuna de Astra Zeneca sería exitosa y aprobada por las autoridades. Pero hoy que es una realidad y que va a ayudar a millones de mexicanos y latinoamericanos, ¿cómo no va a ser la negociación más importante de mi vida? Va a salvar cientos de miles de vidas. Por eso es la más importante.
Es interesante cuando hablas de las alianzas, porque suele tenerse la noción errónea de que saber negociar es saber sacar provecho para ti...
Una negociación en la que el único que saca provecho eres tú es una mala negociación. Al final te vas a quedar sin quién negociar, sin quién hacer negocio. Si es una buena negociación, esa persona te volverá a buscar para hacer otra.
¿Dirías que del negocio que más te arrepientes de no haber invertido, como lo dejas ver en el libro, es Snapchat?
Bueno, creo que me hubiera encantado comprar acciones de Tesla hace un año (ríe) o de Facebook cuando salió al mercado. En la vida vas tenien- do buenas y malas, éxitos y fracasos, y te vas a arrepentir de muchísimos negocios, pero también vas a estar contento con muchos otros. No puedo decir que es del que más me he arrepentido, pero sí me dio coraje.
Tras cinco temporadas en Shark Tank México, ¿qué emprendimientos sientes que te faltan?
Suena muy trillado y de flojera, lo sé, pero todo lo que me propongan para ayudar a los demás de alguna manera –y doy mi palabra de honor que esto es lo que pienso–, es lo que busco apoyar. Esa justo fue la intención del libro. El libro para mí no es un negocio ni de cerca, aunque sea un exitazo económicamente hablando, a mí me va como si diera dos conferencias. Literal.
Mi intención ahí es exponer lo que yo he aprendido con mis éxitos, mis fracasos y que si algo le sirve a alguien qué padre. Si pude poner un granito de arena para mejorar la vida de cualquiera ya me quedo bien contento.
Se te considera el “tiburón” más carismático y eres conocido por tu accesibilidad. ¿Cómo te ayudan estas cualidades al negociar?
No sé si soy carismático, pero lo que sí sé es que le tiro buena onda a
todo el mundo y lo que siembras, cosechas. Me ha pasado que he tenido que ir a alguna negociación y estoy con alguien que no conozco y me dice: “Arturo, un día te vimos y mi hijo te pidió una foto y fuiste súper cariñoso” y situaciones similares. Y ahí ya se empezó la negociación ganando.
Con quien comenzaste a negociar ya siente algo por ti y ya es muy difícil que se ponga tan duro. No soy buena onda para ver si luego me los encuentro en una negociación, soy buena onda porque me siento bien conmigo mismo.