Armando Espitia y su activismo por los derechos LGBTIQ+

Personajes

Gracias a su trabajo en películas como Te llevo conmigo, este joven pero experimentado actor se ha convertido en un activo promotor de los derechos de la comunidad LGBTIQ+.

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"Yo no negaba mi homosexualidad pero no lo decía abiertamente, y este personaje me mostró lo importante de vivir sin miedos", asegura.

Hace apenas un año, el nombre de Armando Espitia comenzó a sonar en todos los festivales de cine del mundo, gracias a la cinta Te llevo conmigo. Incluso se dijo que podría estar nominado a un premio Oscar como Mejor actor, por su trabajo en esta película, dirigida por Heidi Ewing e inspirada en una historia real, en la que interpreta a un joven migrante que viaja a Estados Unidos buscando cumplir el sueño de ser chef. Y aunque finalmente no estuvo en la terna por la codiciada estatuilla, este personaje lo colocó bajo los reflectores de la industria y se convirtió en toda una revelación para él mismo, tanto profesional como personalmente.

“Iván es un chavo que vive en Puebla en los años noventa, con un hijo de una relación previa y que estudió para ser chef, pero, por diferentes circunstancias, se da cuenta de que no va a poder lograrlo en México, así que decide irse a Estados Unidos. En el viaje se enamora de Gerardo (personaje interpretado por Christian Vázquez) y juntos comienzan una relación donde, además de ser pareja, hacen equipo... Pero es una historia que no solo habla del amor entre dos hombres, sino que toca temas importantes como la migración, la identidad de género y la discriminación que se sigue viviendo”.

De ahí que Armando considere importante llevar estos papeles a los medios masivos. “Yo no busqué este personaje, pero de alguna manera me hizo entender lo que sucede. En mi caso, yo no negaba mi homosexualidad pero no lo decía abiertamente, y este personaje me mostró lo importante de vivir sin miedos y, principalmente, sin etiquetas... No me gusta la palabra ‘aceptación’, porque conlleva el hecho de que algo está mal, más bien necesitamos entender que todos somos iguales. Porque el público está listo para ver estas historias, pero los medios cuidan el negocio y lo entiendo... Sin embargo, cuando yo era niño recuerdo que me sentía diferente a mis hermanos, buscaba algo con qué identificarme, pero no había ningún referente; por eso ahora me gusta interpretar estos papeles y, de forma natural, mostrar a las personas como yo, para abrir espacio a las futuras generaciones y quizá ser un referente para ellos”.


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