De ascendencia alemana y checoslovaca por parte de su padre Jon Voight, y franco-canadiense por parte de su madre Marcheline Bertrand, una joven Angelina Jolie intentó incursionar en el modelaje mientras estudiaba la secundaria.
En esa etapa de su vida sus compañeros se burlaban de ella por su aspecto, un hecho que le afectó en su autoestima recurriendo a la provocación de heridas para sentir dolor como una forma terapéutica.
Cuando cumplió 14 años de edad vestía de color negro y su cabello estaba teñido de color morado, además de que expresaba su deseo de convertirse en directora funeraria.
Finalmente un año después logró cotizarse como modelo llegando a trabajar en lugares como Nueva York, Londres y Los Ángeles de donde es originaria, apareciendo en videos musicales de estrellas como Lenny Kravitz.
Influenciada por la vida profesional de su papá dentro del mundo de la actuación, Angelina siguió el método que él empleaba de observar a la gente y lograr imitarlas para abrirse camino en esta industria.
Su primer papel en Hollywood fue en la película Hackers de 1995 y le siguió una lista de proyectos como la adaptación moderna de Romeo y Julieta Love Is All There Is, Foxfire y Playing God, cinta donde la criticaron por ser demasiado sexy para un papel de "niña buena".
Los elogios de la crítica llegaron en 1997 con la cinta George Wallace que le valió un Globo de Oro y una nominación a un premio Emmy, repitiendo la hazaña y añadiendo un premio Sindicato de Actores por su interpretación en GIA.
Después de esto ella sentía que no tenía más para dar por lo que dejó de lado su carrera y se mudó a Nueva York para estudiar cine y escritura.
Cuando regresó a los sets experimentó su primer éxito comercial gracias a la adaptación de la novela El coleccionista de huesos que protagonizó a lado de Denzel Washington, para después aceptar el papel de Lisa Rowe en Inocencia interrumpida consiguiendo un Óscar por Mejor actriz de reparto.
Alcanzó el estrellato internacional con Lara Croft: Tomb Raider para la que se obligó a tener un acento británico y se sometió a clases de artes marciales.
La química que tuvo con Brad Pitt en la comedia de acción Sr. y Sra. Smith fue tan evidente que se convirtió en su mayor éxito comercial y en el inicio de una historia de amor que duró poco más de una década.
Hoy la podemos seguir teniendo en nuestra mente por el gran trabajo que hizo con la bruja y hada malvada Maléfica, pero también por su rol como directora de cine y su gran compromiso con los desfavorecidos.
Su interés por el trabajo humanitario
La experiencia de filmar en Angkor, Camboya la película Lara Croft: Tomb Raider, resultó tan impactante para Angelina Jolie que decidió implicarse en el trabajo humanitario.
En ese tiempo fue testigo de las grandes penurias que se viven en aquel país del Sudeste Asiático, causándole en ella un gran interés por la pobreza mundial desde 2001.
Desde ese entonces comenzó a colaborar con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR por sus siglas, siendo parte de misiones alrededor de todo el planeta como el primer viaje humanitario que hizo a Sierra Leona y Tanzania.
La organización se ofreció a pagar los gastos de sus viajes pero la actriz insistió en cubrirlos ella misma, aunado a que también compartió los mismos rudimentos de trabajo y vivió en las mismas condiciones como si fuera parte del personal.
“No podemos cerrar a nosotros mismos la información de la crisis y pasar por alto el hecho de que millones de personas están sufriendo por ahí. No me siento diferente a las demás personas, creo que todos queremos justicia e igualdad, la oportunidad de una vida con sentido. A todos nos gustaría recibir ayuda si estuviéramos en una mala situación”, externó en su momento.
Esta dedicación le valió el nombramiento como Embajadora de Buena Voluntad, adquiriendo mayor conocimiento y convirtiéndose en una importante defensora.
Tras varios años de servicio, en 2012 la nombraron Enviada Especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados enfocando sus esfuerzos en las crisis provocadoras de los desplazamientos masivos de población.
Otro de los ejes que ha tocado ha sido la violencia sexual contra las mujeres en las guerras, abordando la problemática en la cinta que dirigió In the Land of Blood and Honey, recibiendo la propuesta para participar en una campaña internacional para denunciar estos actos.
En una audiencia privada celebrada en el Palacio de Buckingham, la reina Isabel II la galardonó con el título de dama de honor.
Toda su experiencia e información que ha recabado la ha compartido a través de libros como Notes From My Travels y Know Your Rights: and Claim Them que será lanzado en septiembre de este año, así como con una participación activa en reuniones de congresistas y senadores estadounidenses.