Andrés Anza es un reconocido artista que plasma su arte en cada una de las expresiones de las piezas que crea, mismas que han sido admiradas por miles de personas alrededor del mundo a través de su website y las redes sociales, en las que comparte todo su trabajo y con el que ha llegado a ser inspiración de muchos artistas.
Andrés, tu arte es muy peculiar y tiene una estructura que podríamos describir como abstracta, con los relieves que presentan tus obras. ¿Cómo llegas a dedicarte a este tipo de arte?
Todo comenzó hace 10 años. Quería crear esculturas que parecieran organismos vivos, con texturas y relieves que sugirieran movimiento y vida. Los picos ayudan a dar la impresión de que respiran, lo que hace que la gente se sienta intrigada y conectada con ellas. Además, me interesaba que tuvieran un toque artesanal, honrando las técnicas y procesos tradicionales, especialmente la artesanía mexicana.
¿Cómo describirías tu estilo artístico y cómo lo denominarías?
No tendría un nombre específico. Definitivamente son esculturas cerámicas, esa es la técnica que uso. Podría describirlo como modelado a mano, ya que cada piquito está hecho individualmente. Quizás podría llamarlo ‘pinchado’, porque el proceso consiste en ir pinchando y arrugando la cerámica para formar los piquitos.
¿Cuánto tiempo te toma realizar una escultura? Imaginamos que, al ser cerámica, el proceso debe requerir mucha precisión. Especialmente en algunas de tus obras, donde las piezas se entrecruzan o son columnas, como en la que hiciste para Loewe.
Va dependiendo mucho sobre el tamaño o complejidad de la pieza. Una pieza pequeña puede tomarme un día en hacerla, mientras que una mediana o grande puede llevarme de tres a cinco días. En algunos, como en la columna de la exposición, tardé unas tres semanas en terminarla.
Esto se debe a que, al trabajar con arcilla, es necesario encontrar un equilibrio, tienes que trabajar rápido porque se seca, pero al mismo tiempo, no puedes ser rápido porque si no se colapsa el material, sobre todo hablando de una columna, entonces sí, hay que ser muy precisos y precavidos.
La forma como te expresas del arte y de la artesanía es muy genuina, sentimos que tienes una definición clara. ¿Qué significa el arte para ti?
Pues definitivamente el arte es algo con lo que no podemos no vivir en él. Como artista, es claro para mí, pero me interesa que todos puedan tener acceso al arte. Mis obras buscan justo van de eso, cuestionarnos todo. El arte te permite pensar en lo ilógico, explorar tus emociones y pensamientos a través de una representación.
Ya seas el creador, el consumidor o el espectador, el arte te invita a sentir y reflexionar sobre cosas que tal vez no habías considerado. Eso es lo hermoso del arte, su capacidad de invitar a la exploración y a la reflexión.
Retomemos la parte de la creación. ¿Cómo fue tu proceso de participación en Loewe? ¿Considerarías que fue la pieza más desafiante que has creado?
Pues no te mentiré, fue un gran reto. No la hice directamente en mi estudio ni con los materiales que suelo usar. Está hecha en barro, pero no el que uso normalmente, así que tuve que adaptarme a las circunstancias de este nuevo material.
Otra de las dificultades fue que la obra se realizó en un segundo piso, mientras que el horno estaba en el primero. Tuvimos que usar un montacargas para mover la pieza cuando aún estaba cruda, en su estado más frágil. Esto implicó mucha logística, a lo que no estoy acostumbrado, pero al final, el resultado fue muy satisfactorio.
¿Cómo surgió la oportunidad de participar en este proyecto y qué sentiste al estar presente, siendo que después recibiste el premio como ganador?
Bueno, primero fue un sueño y una locura que apenas estoy asimilando. Aunque me inscribí, no lo hice pensando en ganar; mi objetivo era que mi obra fuera vista y conocida, lo cual ya era muy valioso para mí. Afortunadamente, se dio.
Había más de 30 artistas y artesanos de todo el mundo, y ahí estaba yo, el único latinoamericano. El simple hecho de estar ahí ya era lo mejor para mí. Cuando anunciaron mi nombre, fue una sorpresa total. No tenía preparado nada, ni siquiera un discurso, porque nunca pensé que ganaría.
Recibí el premio y al bajarme llamé a mis papás. Después de eso, fue todo un torbellino de entrevistas y prensa. Poco a poco fui asimilando lo que acababa de suceder, porque al principio no comprendía la magnitud de lo que había logrado.
Nos encantaría finalizar con tus reflexiones. ¿Qué te dejó esta participación? ¿Cuáles fueron tus impresiones y, sobre todo, hasta dónde te gustaría llegar?
La apertura a nuevas oportunidades y proyectos más interesantes, de mayor envergadura y con mucha más exposición internacional ha sido increíble. Recientemente, me invitaron a una exposición en Las Vegas, de la cual acabo de regresar.
Me preguntaron cómo fue mi experiencia y, aunque sólo han pasado dos meses desde la premiación, siento como si hubieran transcurrido ocho meses debido a todo lo que ha sucedido. Me siento muy bendecido y honrado con todo el trabajo que me ha llegado y todas las invitaciones a participar en exposiciones. Llevar mi trabajo a más lugares es un sueño hecho realidad.