Todos deberíamos cuidar nuestra salud mental, sin importar que tan graves hayan sido los eventos del pasado. Todos tenemos una historia que contar, algo que nos ha marcado. Así lo transmite Ana en su programa; aunque lleva solo 15 capítulos, ya la escuchan en muchas partes del mundo. “Empieza por una situación personal; a los 17 años sufrí un abuso. En ese momento no captaba lo fuerte que iba a ser en cuestión personal. Me dejó un mes como zombie”, cuenta.
“Cuando me voy a vivir a Brasil, ese viaje me ayudó muchísimo a anclarme de ese shock mental, emocional. Para no deprimirse, el cerebro necesita anclarse a algo, que le permita sobrevivir. Todos los seres humanos tenemos ese instinto de supervivencia”, explica. Brasil la mantuvo saludable un año, pero en cuanto regresó a México se enfrentó a los recuerdos. “Es cuando trueno y pido ayuda. Tuve la mala o la buena suerte de caer con algunos terapeutas que no me ayudaron, y después conocí a uno muy bueno que empieza todo mi trabajo terapéutico.
“Como paciente tenía temor de decirle lo que estoy diciendo ahorita completamente normal. Ni siquiera me atrevía a decirlo, porque tontamente pensaba que era un defecto mío. Cuando empiezo a trabajarlo, empiezo a superarlo. Mi psicólogo ni siquiera sabía de este suceso, pero yo tenía falta de autoestima, esa merma, ese miedo, todas las cosas que implica una situación así”, dice.
La vida es muy sabia. En cuanto Ana sacó todo de forma consciente, se sintió fortalecida y empezó a conocer mujeres que habían pasado por lo mismo. “No sé por qué, yo digo que son diosidencias. Me impactó que ellas tenían muchísimas situaciones complicadas que yo no tenía en mi vida.
“Una de ellas se lastimaba, le venían periodos muy feos de depresión; porque el cerebro le hacía pensar que ella tenía la culpa. Entonces me empiezo a cuestionar: ¿por qué la mayor parte de mi cerebro está sano? Fue porque trabajé todos esos pensamientos, los limpié, los volví sanos”, describe.
Ella no es psicóloga, pero juntó a un grupo de expertos y les dijo: “Como a mí me pasó, a muchas personas les está pasando”. Así nació el podcast, espacio en donde Ana y los terapeutas cuestionan absolutamente todo, lo fracturan y lo reconstruyen.
Los temas a tratar dependen de las preguntas del público, la retroalimentación es total. Se trata de un proyecto altruista del que Perdiz y su equipo no esperan ganancia. “Creo que cuando empiezas una meta altruista no la debes perder, si no empiezas a ver tus metas de acuerdo con las ganancias.
“Las plataformas en las que estamos te piden dinero mensualmente. Tú tienes que pagarle a un hosting para que te ayude a distribuir toda tu información. Si quieres tener un podcast, tienes que tener una motivación muy fuerte, porque es mucha chamba; tienes que grabar, editar, subir y atender a la gente que te escribe”, comenta.
PARA SER PODCASTER:
1. Solo empieza, el primer paso es la ignorancia.
2. No investigues demasiado, se te van a quitar las ganas.
3. Busca tu motivación, es mucha chamba.
4. Haz un buen producto, puedes monetizarlo.
LAS 3 MEJORES PLATAFORMAS PARA TU PODCAST:
1. Spotify
2. Simplecast
3. Apple Podcast
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PERMACULTURE
Siempre ha sido así. En la universidad, cuandose hablaba de casas de interés social, Ana se preguntaba: ¿por qué yo tengo que tener una casa igual a la tuya? Ahí se enlaza su forma de pensar con su profesión, como CEO de Grupo Perdiz Ingeniería, desde donde realiza proyectos habitacionales personalizados y promueve la permacultura.
Perdiz apuesta por este diseño que busca respetar el ecosistema natural. “Es un sistema constructivo por medio de tapiales, tierra compactada, que funciona perfectamente. Hay muchísimos edificios con esto, como la Muralla China. Es cero dañino para el medio ambiente y de mucho menor costo”, define.
“Nos educaron a necesitar demasiado para vivir bien. Muchas veces nos topamos con clientes que quieren alberca, jacuzzi y al año dicen: transfórmalo en otra cosa. Queremos cosas que son un problema y cuando las tenemos nos damos cuenta”, agrega.
Parece que la permacultura contradice al supuesto desarrollo, pero la tierra misma va obligando al ser humano a cambiar. “Dicen que hay sobrepoblación y que para tener un control, están haciendo este tipo de virus (como el Covid-19). A mí no me suena tan fantasiosa esa idea, porque el ser humano ya excede los recursos que hay en el planeta.
Puede ser ya tarde para la especie humana, porque la tierra se siente dañada, como de plaga, y va a hacer todo lo posible por salvarse. “Si no empezamos a cuidarlo, el mundo va a hacer algo, porque somos un problema. Vendrán nuevas especies y tal vez la especie humana no tenga tiempo para adaptarse”, advierte.
“Si queremos seguir teniendo la vida que tenemos, necesitamos empezar a ser amigables con el medio ambiente”.
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