“Yo nací en Kiev (Ucrania); a los cinco años llegué a vivir a Moscú (Rusia), y a los nueve me vine con mi familia a México. Tengo muchos amigos y una tía todavía allá, por eso puedo decir que yo también vivo muy de cerca lo que ellos están viviendo... Las sirenas, los bombardeos, es una pesadilla.
Me duele mucho y me duele más no poder hacer nada más que pedir por la paz y desear que esto se resuelva lo más pronto posible. Ni siquiera me puedo imaginar el nivel de horror y de estrés que están viviendo las personas que residen en la zona de conflicto, así que estoy verdaderamente preocupada y triste. Son de esas cosas que no te imaginas que van a pasar, que ni siquiera caben en tu inteligencia o en tu conciencia.
De verdad, es lamentable lo que está ocurriendo y que pueda haber guerras hoy en día. Tratar de explicar un conflicto así tomaría mucho tiempo y requiere de muchos datos históricos en los que no me gustaría ahondar. Solo puedo decir que todos queremos la paz y que toda esa gente está demostrando una verdadera fortaleza (...) Por otro lado, me hace valorar más la cercanía de la gente; por ejemplo, tengo una fan en Instagram que vive en la frontera de Moldavia.
Siempre publica cosas de mis proyectos, me etiqueta y, cuando se enteró de Código implacable, me dijo que estaba emocionada. Luego empezó todo esto y dejó de postear; yo me preocupé, pero después me escribió para decirme que ya tenía internet, que le gustó el tráiler de la serie y que había sido para ella como un bálsamo en el alma. Ese tipo de detalles me hacen entender más la trascendencia que puede llegar a tener esta profesión... No tú, ni tu carrera, sino ese pequeño pedazo de tu ser que has dejado en cada uno de los personajes que interpretas; y eso es maravilloso”, nos compartió la actriz.
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