Ana Haro, descifrando el arte de ser padre

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En entrevista, Ana Haro nos cuenta todo sobre la importancia de una crianza positiva y cómo las nuevas generaciones están abordando este desafío.

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Ana Haro

Con una sólida carrera como doctora en Ciencias de la Educación y especialización en Herramientas de Atención Temprana, Mindfulness y Meditación para la Regulación Emocional, Ana Haro nos brinda una perspectiva profunda sobre la importancia de una crianza positiva y cómo las nuevas generaciones están abordando este desafío.

Sabemos que no existe un modelo único de buena crianza, ya que cada padre o madre lo hace a su manera. Sin embargo, ¿existen principios fundamentales que garanticen una educación óptima para los hijos?

En mis casi 10 años de trabajo con diferentes poblaciones, me he dado cuenta que los pilares de la educación son los valores. Lo más importante es que tú y tu pareja o quien sea la persona que ayude a co-criar estén sintonizados en cuáles son sus valores no negociables; aquellos valores que son tus top cinco y en los cuales descansa todo tu estilo de crianza.

¿Cuál es la herramienta esencial para una buena crianza?

La mejor herramienta de crianza es que las madres y los padres seamos congruentes. El niño aprende más de lo que ve, que de lo que decimos. Entonces, necesitamos modelar con el ejemplo y creo que eso es lo más difícil. La crianza no es una receta de pasos, lo que me sirve a mí, tal vez a ti no te funcione con tus hijos. 

Tienen mucho que ver las dinámicas, los temperamentos, los antecedentes familiares, el entorno, etcétera; son muchos los factores. Sin embargo, los niños antes que las palabras, ven los hechos. El niño ve un rol model en su madre y en su padre.

Ana Haro

En la actualidad, existen innumerables consejos para una crianza positiva, pero ¿qué tan efectivos son en la práctica?

Como les digo a mis chavos en la universidad, ahora con toda esta información, lo que hay que desarrollar es pensamiento crítico. En la crianza es lo mismo, la crianza positiva, la crianza consciente, el mindful parenting, como quieras llamarlo, te tiene que llevar a conectar más con tu hijo, a encontrar un límite sano entre lo que permites y lo que no permites. 

En específico, las madres y los padres nos confundimos y agobiamos con tanta información, tantas corrientes, tantas ideas. Hagamos un alto, un break, salgamos del automático y regresemos a las bases. En resumidas cuentas, los niños necesitan límites, porque los límites son muestras de cariño. Me importas y por eso te digo que esto no se hace, o esto no se dice, o no tienes edad para usar esto.

Desde tu experiencia como doctora de Educación, ¿cómo influye la enseñanza de los padres en el desarrollo de los niños?

Ya sean los padres o los primeros cuidadores, somos nosotros los que más influencia tenemos en nuestros niños. El ser humano es bueno por naturaleza, así nacemos todos como una hoja en blanco y todas nuestras experiencias tempranas nos moldean. Por eso, también es súper importante cuidar lo que consumen nuestros niños desde muy pequeños y me refiero sobre todo al consumo visual y auditivo.

“El primer paso en la crianza consciente es trabajar nosotros como padres en nuestras áreas de oportunidad, para poder criar desde las heridas sanadas y no desde los miedos o temas no resueltos”.

Las nuevas generaciones suelen idealizar la relación perfecta entre padres e hijos, ¿es realmente beneficioso normalizar esta visión o sería mejor fomentar una perspectiva más realista?

No existe relación idílica ni perfecta, ni con una mascota, menos con un ser humano, sea quien sea, mucho menos con los hijos. De hecho, son los hijos quienes a veces sacan nuestra peor versión. Y eso está bien, nos muestran lo mucho que tenemos que trabajar. El tema son las redes sociales que nos muestran historias editadas de la realidad y eso nos afecta mucho. 

Ninguna familia es perfecta y nunca ninguna lo será. Todos los núcleos familiares enfrentan retos. Lo mejor que podemos hacer es afrontar nuestras áreas de oportunidad, buscar ayuda, ya sea profesional, terapia individual o familiar, cursos, talleres de crianza, libros hay muchísimos. Aprovechar los cursos, pláticas que normalmente nos ofrecen los colegios. Recursos hay, hagamos de nuestra formación como madres y padres una prioridad.

Ser padre es una decisión considerablemente difícil en la actualidad y las actitudes suelen cambiar al pensar en tener un hijo, ¿es normal tener miedo a esto?

Ser mamá o papá es una responsabilidad muy grande. El ser humano es el único ser vivo que si no lo atiendes en el nacimiento y los primeros años, literal se muere. Entonces, sí es normal tener miedo, sobre todo si dimensionamos la gran responsabilidad que es. 

Los hijos sufren mucho cuando los padres quieren seguir el mismo estilo de vida que tenían antes de tener hijos, eso es imposible, es más, no es sano. Tener un hijo nos enseña a trascender al servicio de otro. Literal es un dar constante, es un ayudar al otro en lo más básico y también es un gran honor criar a otro ser humano.

Ya para concluir y dado que el mundo está en constante cambio, ¿es beneficioso abrir la mente de los jóvenes mediante una crianza más progresista?

Los valores nunca pasan de moda. Lo que estamos viviendo hoy es el resultado de criar al margen de los valores. Una sociedad súper consumista, muy ensimismada, con muchísimos problemas de salud mental. El progreso tiene que ir de la mano del bienestar, si no es retroceso. Nos falta mucha educación en cuanto al uso de la tecnología.

Nuestros niños y jóvenes están consumiendo una cantidad de estímulos innecesarios que literalmente los está llevando al psiquiátrico. Antes de los seis años de edad, el niño no necesita electrónicos. Después de los seis años puede iniciar con el uso de tecnologías de forma limitada y restringir al máximo el uso lúdico.

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