Amy Winehouse y los últimos días antes de su muerte

Personajes

El mundo perdió una gran estrella y una privilegiada voz el 23 de julio del 2011

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Amy Winehouse y los últimos días antes de su muerte (Foto: Instagram)

Si bien muchos conocían la lucha de la cantante de 27 años con la sobriedad y cómo su batalla con la adicción la llevó a su muerte prematura, pocos conocen los detalles íntimos de sus últimos días en esta tierra. Según las personas más cercanas a ella, Amy Winehouse murió sola, adicta y, quizás lo peor para ella: sin inspiración.

La cantante inglesa habría cumplido 37 años este 2020 el 14 de septiembre, y tanto su música, como su influencia siguen teniendo un gran impacto en la industria. Pero más allá de las drogas y el alcohol, Amy sufrió bajo el escrutinio público, las críticas de los medios y del desamor.

Amy Winehouse era un hermoso ser humano, y nada ha salido a la luz para alterar esa percepción. Y fue inmediatamente evidente en retrospectiva que la trayectoria del ascenso y la caída bien documentada de Winehouse, y la velocidad a la que su vida se salió de control una vez que estuvo a la vista del público, resultó ser un círculo vicioso.

Nadie le enseñó cómo lidiar con la fama, ni con las críticas, y la peor tragedia de su vida fue que Amy sólo quería hacer una cosa en la vida: música. Sus últimos años de vida fueron un grito de ayuda, y su música era su salvación.

Los últimos días de Amy Winehouse

En el podcast de Jake Brennan dan contexto de los últimos momentos de la cantante, y es que esto es algo que sólo vivió ella, pero que, con base en las historias de sus personas cercanas, podemos imaginar.

"Morirá si tiene otra sobredosis, ¿entienden? Amy morirá. Con la cantidad de cocaína, crack, heroína y alcohol en su organismo, es un milagro que no esté en coma", fue el mensaje que recibió la familia de Amy después de su penúltima sobredosis meses antes de su muerte. La cantante necesitaba rehabilitación o moriría antes de los 28 años. Y es por eso que la misma Amy se registró en la Clínica Priory de Londres.

Era mayo del 2011 y necesitaba alistarse para sus conciertos europeos durante el verano. Pero cuando salió de rehabilitación, Amy no estaba inspirada en su estado sobrio. Vivir sin alcohol era aburrido. No había inspiración para hacer nueva música. Y cantar o tocar sus anteriores canciones era aburrido. No había emoción. Pero había cuentas que pagar. Y la rehabilitación no era barata. Así que se agendaron conciertos, incluyendo su come-back en Belgrade. Amy aceptó (el dinero era muy bueno), pero no quería hacerlo.

Amy nunca lo supo, pero esa fue la decisión que cambió su vida. Dos meses después de dejar su clínica de rehabilitación, Amy empezó su tour. Su primer show fue un desastre; gracias a la ansiedad, Amy buscó una botella de vino para calmar sus nervios. Una botella, luego otra, y otra y otra. Al momento de aparecer en el escenario (frente a 200 mil personas), Amy no podía estar de pie. Estaba tan borracha que no podía cantar. Y la audiencia la abucheó por eso.

De hecho es difícil ver el video y mirar cómo una gran artista es incapaz de hacer nada. No puede levantarse, mucho menos cantar. Coquetea con sus cantantes y eventualmente se sienta y mira a las personas que pagaron por verla cantar. Fracaso total. El tour fue cancelado y Amy regresó a casa, a Camden.

Amy sabía que había vodka en su casa. Tomaría esta noche para olvidar el dolor y mañana lidiaría con las consecuencias, pero esa noche tomaría y haría música. Al menos anotaría algo en papel.

Fue a la cocina, agarró el vodka y fue a su recámara. Quería tocar la batería, hacer volar su imaginación. Con el alcohol corriendo por sus venas y sintiéndose inquieta, empezó a tocar su batería. Tenía cosas que hacer. Su corazón latía como las alas de un pájaro en una jaula. Atrapada. Había llamadas y mensajes de texto que necesitaba responder. Cuando su guardaespaldas se quejó del ruido, dejó la batería. Bebió más vodka. Su musa.

Fue por más vino y empezó a relajarse, a alentarse. Su ansiedad bajó, así como su ritmo cardíaco y el ritmo de la música. Y ella lo dejó. Dejó de tocar y empezó a sentir. Por fin, sentía algo. Estaba viva... o eso pensó. Descanso, no le vendría mal. Se dejó llevar por la música y el alcohol... hasta que eventualmente se desvaneció.

¿De qué murió Amy Winehouse?

Amy, de 27 años, fue encontrada muerta en su casa en Camden el 23 de julio del 2011, por culpa del alcohol. No hubo drogas involucradas. Su cuerpo simplemente no pudo con la toxicidad.

La cantante tenía más de 5 veces el límite legal para conducir bajo los efectos del alcohol: 436 mg, mientras que no se permite más de 100. Su toxicidad por alcohol fue fatal, y la encontraron con 2 botellas vacías de vodka cerca de su cama.

¿Cuál es tu canción favorita de ella?


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  • Andrea Bouchot
  • andrea.bouchot@milenio.com
  • Coordinadora de Chic Magazine digital. Egresada de la Licenciatura en Comunicación de la FES Acatlán. Vivo de cine, los libros, videojuegos y la buena comida.