Las bodas unen a dos personas para iniciar una historia de amor, América Guinart lo sabe perfectamente y por esa razón ha conseguido lucir el vestido perfecto que la hace lucir como una princesa en uno de los días más importantes de su vida.
El vestido es una pieza fundamental en las bodas, no solo por el significado mismo que poseen en cuanto a lo tradicional que puede ser llegar con un vestido blanco al altar, sino que también reflejan toda la personalidad de la novia y esta vez, América no se ha equivocado.
La boda de ensueño de América Guinart
Las bodas siempre nos llenan de alegría, pues celebramos el amor en su máxima expresión. Estas uniones juntan lo mejor de dos personas, con una fiesta y ceremonia que no solo se ajusta a lo que uno quiere, sino a lo que los dos son en conjunto.
Si bien las bodas pueden ser de diversas maneras, América Guinart y el empresario Álvaro Favier, con quien llevaba una discreta relación de más de 10 años, se dieron el sí en las playas de Jalisco, en el Four Seasons Resort Tamarindo.
La ceremonia se llevó a cabo en la playa junto al mar, donde el atardecer dio el toque justo de cuento de hadas durante la ceremonia de la pareja. Posteriormente, la recepción la tuvieron dentro del Resort en un espacio con decoraciones de playa y pequeños destellos de pirotecnia que iluminaron el baile de la pareja.
El vestido de princesa de América Guinart
En las bodas, pese a todo, la protagonista es la novia con su vestido, por eso América robó miradas al aparecer con un vestido largo que la hace lucir cómo una princesa. Se trata de un vestido de novia largo con detalles de encaje a lo largo del diseño en color “champagne”.
El vestido es de corte A con cola ligeramente larga, tiene escote profundo, pero discreto tanto en el frente, a la altura del busto como en los costados del corpiño. Por la espalda también se presenta un escote que va hasta la cintura donde la falda empieza. Todo sujeto por tirantes delgados, perfectos para la playa.
Lo ha combinado con aretes largos pero discretos y una tiara de joyería con la que coronar el look de princesa, dejando su cabello suelto pero arreglado pulcramente sobre su espalda como toda una princesa.
Como toda una fashionista previsora, planeó hasta el último detalle; el color naranja cálido, además de presentarse como ambientación natural para el momento, fue elegido dentro de la gama de colores de la boda y América llevó un ramo en tonalidades naranjas que cautivo a todos.