Desde niño Alan Estrada supo que quería ser actor, pues heredó la pasión por las tablas de su abuelo, quien fundó un modesto teatro de 240 butacas en su natal Tepatitlán, Jalisco. Más tarde, a los 18 años, decidió dejarlo todo y viajar a la Ciudad de México para probar suerte en la actuación, pero fue hasta 2006 cuando llegó su primera gran oportunidad, al protagonizar el musical Hoy no me puedo levantar.
Ahora, con más de dos décadas sobre los escenarios, Alan Estrada es todo un ejemplo de perseverancia y éxito, mismo que se ha hecho patente tras el estreno de Siete veces adiós,un montaje musical escrito,dirigido y producido por él mismo, que ha roto todas las expectativas.
Con más de 20 semanas en cartelera y funciones agotadas, este proyecto se ha convertido en la culminación de un sueño. “Estoy muy contento y sorprendido con la respuesta del público; hay semanas que la gente se pelea, literal, por los boletos, y aunque cambió parte del elenco (Fernanda Castillo y Gustavo Egelhaaf abandonaron recientemente la obra), cada función sigue estando llena y eso es algo que yo nunca había vivido ni sabía que podría pasar”, comenta.
Una obra con verdad
El fenómeno surgido a raíz de la puesta los ha llevado a lanzar un disco con los temas musicales, escritos por el propio Alan, en conjunto con los músicos Jannette Chao y Vince Miranda. “Esa fue otra cosa que nunca vimos venir, pero el público lo pedía a gritos después de cada función... De verdad ha sido un proyecto lleno de magia y estamos muy felices de que a la gente le guste la historia y que conecte con ella, por que al final lo único que buscamos fue hacer una obra con verdad, que de entrada nos gustara a nosotros, sin más pretensión que la de llevar felicidad a los demás. Tampoco sé cuál sea la fórmula del éxito, yo creo que nadie la tiene, ni podría identificar qué hicimos bien para lograr este resultado, pero sí creo que son un conjunto de factores que se han unido con mucha fortuna... Recuerdo que teníamos muchos nervios en la primera función y, cuando al concluir la gente se levantó a aplaudir, de verdad yo quería llorar, porque fue un momento muy emocionante para todos; un sueño cumplido”.
Seguirá su viaje
Otro de los proyectos que lo mantienen ocupado es Alan x el mundo, el canal de viajes que le ha dado proyección internacional. Esto lo ha llevado a reflexionar sobre el futuro de las redes sociales. “Creo que tendrán que vivir una transformación, pues si bien han cambiado la manera en que consumimos noticias y entretenimiento, también son una herramienta que tiene su lado oscuro. Todos hemos visto cómo afectan nuestra salud mental al hacernos adictos a los teléfonos inteligentes y va a ser una conversación necesaria en el futuro, pues habrá que encontrar equilibrio entre el tiempo que pasamos navegando y el que dedicamos a vivir nuestro presente... Y ahora con los metaversos no sabemos qué vaya a pasar, quizás en un futuro podamos viajar de manera virtual con sensaciones hiperrealistas a través de un dispositivo electrónico”.