Adriana Williams nació con ese talento que, proyecto tras proyecto, demuestra con cada una de sus interpretaciones. “Desde chiquita, yo hacía muchas cosas en Monterrey, ya que desde los cuatro años de edad comencé a modelar, hacía comerciales y también estuve en pasarelas", mencionó.
Luego a los diez años entré a trabajar a Parque Plaza Sésamo, en mi ciudad, estuve en el teatro de ahí bailando varios años. Siempre lo hice como algo extra, como una diversión para mí, pero ya ganaba mi dinero; mi mamá me lo ahorraba y luego ya me llevaba a comprarme cosas. ¡El medio artístico siempre estuvo en mi vida!”, compartió.
Y es que cuando la franquicia de Plaza Sésamo instaló un parque de diversiones para todas las familias de la ciudad de Monterrey y el norte de México, se necesitaban niños para que este lugar cobrara vida, oportunidad que Adriana no desaprovechó.
“Yo vi un casting anunciado en el periódico, o sea estuvo muy curioso porque me lo topé casual, así que le pedí a mi mamá que me llevara. Llegamos y ya éramos como 500 niños los que íbamos a hacer la audición, así que nos pusieron a bailar".
"Luego salió publicada una nota en la prensa y salió mi foto cuando yo estaba bailando ahí, algo también muy curioso, de esas cosas de la vida que cuando es para ti, es para ti. Por algo pasó y estuve tres años ahí, desde los diez y hasta los trece".
"Siempre nos la pasábamos bailando con los personajes de Plaza Sésamo haciendo obras de teatro y también hice conducción. ¡Era padrísimo! ¡Lo disfrutaba muchísimo! Pero mi mamá también cuidó que yo tuviera mi vida de niña. Para mí era una diversión, pero también me perdí de muchas cosas, aunque lo disfruté todo”, destacó.
Además, uno de sus más grandes apoyos profesionales fue Rosina Ramón, promotora de la moda que siempre ha ayudado al talento joven sobre las pasarelas. “Desde chica, estuve en la agencia de modelaje de Rosina Ramón, ella me movía muchísimo y casi siempre yo iba a sus oficinas a hacer castings".
"Siempre me apoyó muchísimo en todo momento y hasta la fecha de hoy llevamos una muy buena relación, nos hablamos de vez en cuando. Rosina me vio crecer en todos los sentidos dentro de mi carrera”, recordó".
Adriana también estuvo motivada en todo momento para alcanzar sus sueños y siempre supo hacia dónde iba su carrera profesional. “Lo que me motivaba a salir adelante era la pasión que yo tenía por hacer eso, la vida me lo fue poniendo, tomé clases de ballet, pocas, porque mis papás no me podían pagar las academias, ya que la situación no era como la indicada, siempre fue algo nato".
"Pero cuando iba a hacer castings, la pasión por lo que me gustaba era mucha que no tenía miedos ni ideas que ahora podemos tener como adultos, era una confianza que tenía en mí”, señaló.
Y es que a esta actriz nada la detiene, incluso desde que tuvo que tomar la decisión de mudarse de ciudad para cumplir su más grande sueño, el ser una actriz. “Ya más grande tomé otros caminos, ya siendo más consciente. Cuando me iba a mudar de Monterrey a la Ciudad de México me cuestioné muchas cosas, como dónde voy a vivir, cómo le voy a hacer, etcétera".
"Mi zona de confort era quedarme en Monterrey y hacer una carrera, porque yo venía de tener una estabilidad, un trabajo, trabajé en el Tec de Monterrey, pero preferí mudarme a CDMX, arriesgarme y se me desconfiguró la vida totalmente”, resaltó.
Ya instalada en la Ciudad de México, Williams inició otra etapa más importante para su carrera, el estudiar en una de las escuelas de actuación más importantes del país. “Entré al CEA, la escuela de actuación de Televisa, y la primera vez no quedé, sino hasta la segunda ocasión que fui a audicionar me quedé; estuve en el curso intensivo que es de un año, ellos deciden en qué año te ponen".
"Estar en esta gran escuela es padrísimo, yo iba de ocho de la mañana a nueve de la noche diariamente, te exigen estudiar e ir al gimnasio, a mí me encantaba, ya que cuando te gradúas, sales al mundo y es lo mero bueno. Después de salir del CEA, tienes que volver a empezar, tocar puertas y enfrentarte a la realidad".
"Hice castings para programas unitarios de la televisora y me iba quedando, así que dije ‘Wow, estoy trabajando en Televisa después de muchos años de ver El Canal de las Estrellas, ahora yo ya estoy aquí y soy parte de él’; es un sueño hecho realidad, porque aunque actualmente existen muchas plataformas y mucho contenido, mundialmente las telenovelas no dejan de ser las telenovelas de Televisa”, recordó.
Los meses transcurrían y los proyectos televisivos le llegaban constantemente a esta regia de gran corazón, pero uno en especial marcó un antes y un después en su carrera, El Gallo de Oro.
“He tenido proyectos muy bonitos en los que he participado desde que inicié en Televisa, como la serie 40 y 20, unitarios como La Rosa de Guadalupe, y telenovelas como Un Camino Hacia el Destino y Mi Secreto, entre otros trabajos más".
"Pero el último proyecto en el que estoy participando y que me ha dado muchas satisfacciones es El Gallo de Oro, la cual es protagonizada por Lucero y es para Vix. Es una producción muy padre, es un equipo muy bonito, en verdad, toda la gente que trabaja en este proyecto, desde directores, el productor, quien es todo un jefazo, mis compañeros actores y actrices, todos me trataron de incluir, ¡me trataron increíble!".
"Yo no sabía cómo iba a reaccionar la gente, pero cuando se subió a la plataforma, los fans respondieron positivamente y eso fue súper gratificante porque tú estás haciendo tu chamba, luego es padre cuando estás grabando y te estás viendo al aire, así que vas modificando cosas que tal vez no te gustan con tu personaje”, resaltó.
Sin embargo, este importante proyecto internacional llegó en un momento muy difícil en la vida de Adriana, ya que estaba pasando por varias situaciones. “Venía de un momento complicado en mi vida, mi mamá estaba enferma, ya sabes, todos esos rollos feos, pero hoy el Universo o Dios me pusieron este personaje en el camino y lo hice con todas las ganas, así como con todo el amor, fue muy bonito este proyecto para mí".
"La serie es basada en el libro de Juan Rulfo, el cual lleva el mismo nombre, El Gallo de Oro y es protagonizada por Lucero y José Ron, y el antagonista es Plutarco Haza; el personaje que interpreto es Justina Cisneros, una artista y trompetista, quien es la mejor amiga de La Caponera (Lucero), a la que siempre está dándole consejos, son como hermanas, pero también Justina tiene su propia historia y problemáticas".
"Las locaciones están increíbles, estamos grabando en Hidalgo y San Luis Potosí, la ambientación es de los años 40 y 50, los coches son espectaculares, los vestuarios son imponentes y las actuaciones de todos grandiosas”, expresó.
Sin duda, la novela de Juan Rulfo es una historia que no se deja de realizar en distintas versiones, como es el caso para esta exitosa serie de Vix, misma que plasma una época de México para una gran proyección a nivel mundial.
“Me encanta mi personaje de Justina, me empapé de ella, la amo, trabajé todo, el tono, la forma, el carácter, la personalidad, el perfil, y con la ayuda del director se van haciendo ajustes conforme va avanzando el tono de la serie".
"Y en cuanto a Lucero, es una excelente compañera, te ayuda, te aporta y te aconseja en todo lo que es la actuación y en el set de grabación, siempre está de buen humor y amable con todo mundo. En verdad, espero que este proyecto siga llegando a mucha gente con los personajes que hacemos, somos mujeres con una historia muy bonita qué contar, es un dramón, está muy bien hecha en cuanto a fotografía, dirección ¡en todo!".
Esta gran producción de época ambientada en las décadas de los años 40 y 50 ya se estrenó en México y cuenta con dos temporadas, las cuales han sido todo un éxito, pero también muy pronto se podrá disfrutar en Estados Unidos, ya que el 8 de mayo llegará a Univisión. “Este drama es el gran regreso de Lucero a la televisión y aparte es musical. Fue todo un aprendizaje grabar con ella y José Ron, así como con el resto del elenco.
"Es un sueño hecho realidad estar al lado de Lucero, me acuerdo que mi hermana (QEPD) era su fan, entonces significa mucho para mí, yo sé que está desde el cielo viendo, estaría emocionada porque siempre la admiró, para mí es una señal de mi hermana. Lo más importante es que mis papás estén orgullosos de mí y que vean que estoy trabajando y que de alguna manera estoy logrando mi propósito”, concluyó.
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