Aunque pareciera que ha pasado una eternidad, en realidad solo han pasado 22 años desde que sucedió uno de los eventos más impactantes en la vida de Laura Zapata y Ernestina Sodi: su secuestro en la Ciudad de México.
A pesar del tiempo transcurrido, las hermanas siguen distanciadas debido a presuntas irregularidades en el caso. Sin embargo, todavía se habla mucho sobre lo ocurrido, especialmente por las revelaciones del mismo secuestrador, Abel Silva. ¿Sabes quién es?
Quién fue Abel Silva, el secuestrador de Laura Zapata
El canal de YouTube 'Echando Chisme' publicó un video que incluía fragmentos del interrogatorio realizado por las autoridades de la CDMX a los presuntos responsables. Este testimonio revivió el caso en 2024, ofreciendo detalles nunca antes escuchados sobre los 45 días que duró el secuestro de Laura Zapata y Ernestina Sodi.
Entre las confesiones más impactantes está la confirmación de que Laura, reconocida villana de telenovelas, fue víctima de abuso sexual por parte de un miembro del grupo criminal. Según el testimonio, fue Abel Silva quien, bajo presión, logró que Zapata accediera a mantener relaciones sexuales con él.
Silva, quien aparentemente era el líder de la banda, desarrolló una relación cercana con ella, llevándole música y flores, y finalmente, aceptando una recompensa menor a la inicialmente exigida, solo porque, presuntamente, se habría enamorado de ella.
No obstante, y la razón por la que conocemos todo esto, es porque las autoridades de la Ciudad de México finalmente lograron detener a Silva, quien fue sentenciado a 48 años de prisión.
Sin embargo, dicha detención y el testimonio consecuente aportaron claridad a algunos aspectos del caso, pero también dejaron muchas preguntas sin responder, manteniendo a las hermanas Zapata y Sodi en el ojo público.
¿Laura Zapata se enamoró de su secuestrador?
Por su parte, Laura ha hablado en varias ocasiones sobre su traumática experiencia. En una entrevista con Yordi Rosado, reveló que desarrolló el síndrome de Estocolmo, un fenómeno donde la víctima siente afecto por su captor.
Zapata explicó cómo, a pesar del cautiverio, los secuestradores fueron "atentos" con ella, dándole comida y atención. Relató que durante dicho evento, tuvieron una especie de fiesta donde les mandaron alcohol y snacks, lo que ella interpretó como un cierre de trato.
En un momento particularmente inquietante, Laura contó cómo uno de sus captores le pidió que cantara o actuara como en la obra de teatro en la que estaba participando antes del secuestro, y ella accedió. Este intercambio, según Zapata, la llevó a creer que sus secuestradores merecían el dinero que estaban exigiendo.
Este caso no solo afectó a las víctimas y sus familias, sino que también impactó a la sociedad mexicana en general. La cobertura mediática y las controversias surgidas a raíz del secuestro pusieron en evidencia la gravedad de la inseguridad en la ciudad y la vulnerabilidad de las figuras públicas ante el crimen organizado.
Para Laura Zapata, el secuestro dejó cicatrices profundas, no solo físicas, sino también emocionales. La revelación de su síndrome de Estocolmo muestra la complejidad de los traumas psicológicos que pueden surgir en situaciones de extrema presión y miedo.
Por su parte, Ernestina Sodi ha mantenido un perfil más bajo en relación con el secuestro, aunque ha expresado su propia versión de los hechos en varias ocasiones. La dinámica entre las hermanas, influenciada por sus diferentes formas de procesar el trauma, sigue siendo un tema delicado y lleno de emociones encontradas.
¿Lo sabías?