Tras poco más de un año alejado de las pantallas, luego de protagonizar el thriller policiaco Toda la sangre, el actor Aarón Díaz vuelve con un proyecto más íntimo, totalmente distinto a lo que había hecho antes.
Se trata de Reconexión México, una serie documental creada, conducida y producida por él mismo, en la que recorre nuestro país para mostrarnos paisajes, rincones gastronómicos, museos, leyendas y costumbres de quienes habitan en las diferentes regiones.
Sobre este serial, que Aarón comenzó a filmar de manera independiente durante la pandemia y que hace unos días fue estrenado en la plataforma Vix, platicamos con él.
“Todo empezó con el sueño de conocer México más a profundidad y con el objetivo de mostrar que somos un país hermoso, con una enorme riqueza cultural y mucho por ofrecer... Parte de la misión principal es decirle al mundo que México es mucho más de lo que vemos en las noticias, y también es una invitación para toda la gente a buscar otros lugares, salir y viajar”, nos dice.
Durante meses el actor recorrió varias entidades de la República y asegura que esta aventura lo llevó a valorar aún más las bellezas del territorio nacional y a su gente.
“Viajamos por 10 estados, visitamos más de 50 ciudades, recorrimos más de 20 mil kilómetros y no tuvimos ni un solo problema. Eso demuestra que no es cierto todo lo que nos enseñan en televisión. De ahí la importancia de mostrar las cosas que realmente son valiosas y que nos representan... Porque somos un pueblo trabajador, con un corazón gigante, compasivo, noble, con buenos principios y que recibimos al prójimo siempre con los brazos abiertos”, comenta.
Eso queda de manifiesto en los 10 episodios de la primera temporada, donde recorre estados como Chihuahua, Jalisco, Veracruz, Oaxaca, Tlaxcala y Coahuila.
“Yo me siento afortunado y bendecido de poder caminar libremente por cualquier parte y saber que no me va a pasar nada, porque trato bien a la gente. Si tú tratas con respeto a los demás, serás respetado”, agrega.
También se dice conmovido con la generosidad de las personas que lo recibieron durante estos viajes.
“Hay algo muy lindo en la cotidianidad y en las cosas más simples, que a veces son las más hermosas y las más ricas. En cada lugar que visitamos descubrimos que una sonrisa y la amabilidad, son más potentes que el dinero o las cosas materiales... Los lugares más humildes en los que estuvimos es donde mejor comimos y donde más aprendí, pues comprobé que México posee una filosofía ancestral como pocas, que solo le pertenece a nuestra gente”, afirma.
Aventura en familia
Aunque gran parte del rodaje lo realizó solo junto al equipo técnico, en algunas de las etapas Aarón se hizo acompañar por tres invitadas muy especiales: su esposa, la cantante y actriz argentina Lola Ponce, así como las dos hijas de ambos, Erin y Regina.
“Aman esta serie y han aprendido muchísimo. No saben la felicidad que me da escucharlas hablando con sus amiguitas de que hay un lugar en Coahuila donde viven unos indios kikapú, que son nativos americanos y que viajan sin fronteras, o que en Veracruz hay un lugar que se llama Papantla, donde los pobladores usan tal vestimenta... Ellas han viajado mucho con nosotros, pero ahora que empezamos a pasar más tiempo en México, no importa en qué parte del mundo estemos, siempre me dicen que ya quieren regresar para acá. Obviamente apreciamos viajar, pero mientras más lo hacemos, más nos damos cuenta de que este es el mejor lugar del mundo... Sin duda, uno de mis más grandes orgullos y bendiciones es poder compartir todo esto con mi familia y ahora también con la audiencia”, expresa.
Y es que esta pasión por la cultura mexicana y los caminos es algo que le viene de familia. “Mis papás también recorrían el país, porque tenían una tienda de artesanías en el centro de San Miguel de Allende. Ambos vienen de familias humildes, pero aprendieron a trabajar desde muy jóvenes y viajaron por todos lados, comprando para
vender... Ellos tuvieron la inquietud de recorrer ciudades y, por así decirlo, su amor a esta tierra nos dio la oportunidad y la bendición de poder estudiar y, como es mi caso, formar una familia como la que hoy tengo. Me han hecho quien soy, sin duda”, nos comparte.
Y continúa: “Desde niño, sin darme cuenta, empecé a tener ese amor por los viajes y la inquietud por llegar más allá. Mis abuelos, que ni siquiera eran mexicanos, amaban tanto este país que se establecieron en Guanajuato. Por eso creo que es importante explorar un poco de dónde venimos y compartirlo con las próximas generaciones, pues eso es lo que nos hace realmente ricos y valiosos”, concluye.