70 años en el trono: La reina Isabel y el significado de su estilo

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Mientras la monarca celebra sus siete décadas de reinado, trazamos la estrategia y la importancia de su guardarropa, así como el legado que está dejando a su sucesor

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El estilo de la reina que conocemos hoy se debe a Angela Kelly, quien modernizó su vestuario

Una de las primeras fotografías de la reina Isabel II se tomó en la Conferencia Económica de los Primeros Ministros de la Commonwealth en 1952, en la que la monarca lleva un vestido bordado en capas, con guantes blancos de manga larga y una tiara. Está rodeada de primeros ministros y otros líderes mundiales -todos ellos hombres-, vestidos con elegantes trajes de cena, aunque comparativamente poco espectaculares. En un mar de negro, se muestra resplandeciente. Entonces, como ahora, la reina destacaba entre la multitud, un objetivo que ha guiado su vestuario a lo largo de sus 70 años de reinado, influyendo en el público, en los líderes mundiales y dejando un legado para los futuros monarcas.

El primer guardarropa de la reina fue confeccionado por Norman Hartnell, el modisto británico. Su silueta característica, que se dice que influyó más tarde en el New Look de Christian Dior, era más larga y ceñida que los estilos de las flappers de la década de 1920. “La reina arrasaba y deslumbraba con su moda”, dice Elizabeth Holmes, periodista y autora de HRH: So Many Thoughts on Royal Style. “Eso era parte de su ofensiva del encanto en aquellos primeros días”.


No fue sino hasta que se hizo un poco mayor, que se asentó en un look más clásico y menos centrado en la moda, que llegó con la ayuda de Hardy Amies, quien confeccionó vestidos para la reina desde 1950 hasta 1990. Sus diseños eran más sencillos que los de Hartnell, de acuerdo con el deseo de la reina de parecer más amigable con las masas.

El estilo de la monarca tal y como lo conocemos hoy se debe a Angela Kelly, modista real desde 2002, que modernizó su vestuario, introduciendo colores más vivos y una silueta ligeramente más entallada. En 2008, mientras asistía a un partido de hockey en Eslovaquia, la reina llevaba unas botas negras altas, un vestido de lentejuelas y un sombrero de plumas. “¡Qué divertido es ver a una mujer de 80 años con botas hasta la rodilla! Esos pequeños detalles realmente saltan a la vista, y creo que contribuyen enormemente al afecto que la gente siente por la reina”, dice Holmes. “Si se tratara de una mujer mayor en el escenario mundial, cumpliendo con sus obligaciones en gris o azul marino u otro color neutro, no se sentiría lo mismo que cuando está vestida de rosa o naranja vivo. Automáticamente te atrapa el corazón porque hay algo muy dulce y de abuela en ella”.


Ha creado una fórmula para sus atuendos -sombrero, abrigo, bolso Launer, zapatos- sin recurrir a llevar todos los días el mismo mockneck (cuello alto falso) negro (a la manera de Steve Jobs) o los mismos trajes azul marino (Barack Obama). Sentó un precedente para otras mujeres en posiciones de poder a lo largo de las décadas. Los trajes de falda y perlas de Margaret Thatcher en la década de 1980, por ejemplo, o el uso de colores sólidos y vibrantes de Angela Merkel tomaron más que una hoja del libro de estilo de la reina.

También es una lección de estabilidad, una influencia que se extiende a sus homólogos masculinos. “La coherencia con la que ha construido este estilo arquetípico ayudó a los políticos a su cargo a sentir que el Estado era estable incluso en momentos de crisis nacional”, añade Young. El uso del color y el simbolismo es otro recurso que adoptaron los políticos y otros miembros de la realeza. Durante sus giras, la reina solía llevar algo específico del país que visitaba, como el vestido blanco de Hardy Amies con amapolas naranjas bordadas, la flor del estado de California, que lució durante su visita a la Costa Oeste en 1983, una tradición que hoy mantiene la Duquesa de Cambridge. Y quién podría olvidar el controvertido atuendo de la reina durante el Brexit, que vistió para ir al Parlamento en 2017 y que consistía en un sombrero azul con flores centradas en amarillo... Parecía hacer eco de la bandera de la Unión Europea. “Cuando uno ha sido muy literal con sus atuendos toda la vida, es muy difícil decir que este fue una coincidencia”, dice Holmes.


Lo que la distingue de la mayoría de las otras figuras destacadas es su persistente uso de sombreros, que desempeña un papel en su misión de distinguirse de la multitud. “Los británicos son famosos por sus sombreros y esa reputación es impulsada en gran medida por la reina”, dice la modista de sombreros Rachel Trevor-Morgan.

Su influencia en la industria de la moda en general es de gran alcance: por ejemplo, la colección de primavera de 2018 de Erdem, inspirada en la reina, que presentaba trajes de falda prim repletos de broches, vestidos de gasa con bordados florales y largos guantes blancos. “Tuve la gran suerte de hacer un recorrido por el guardarropa de Su Majestad en el Palacio de Buckingham”, dice el diseñador Erdem Moralioglu. “El vestido de coronación de la reina es en sí mismo increíble de ver. Hay tantos secretos hermosos bordados en él: un cardo para Escocia, un poro para Gales...


El look campestre de la reina, que suele incluir una chamarra Barbour encerada o un chaleco acolchado, un pañuelo de seda estampado en la cabeza y pantalones de montar o una falda de tartán, se ha convertido en la quintaesencia de lo británico, especialmente fuera del Reino Unido. También fue adoptado como uniforme informal por políticas como Theresa May y Nicola Sturgeon. “Las mujeres políticas -y no es un estereotipo-, sobre todo en los condados del este y sudeste de Inglaterra que rodean Londres y otros distritos, se habrían sentido definitivamente reconfortadas por el look de mujer de campo de la reina”, señala Young. Estos motivos, y la fórmula de vestuario que la reina ha cultivado a lo largo de su reinado, forman su legado de estilo. “En EUA, cuando la jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg falleció y la gente acudió a su funeral con su característico cuello, fue una forma de hacerle homenaje”, añade Holmes. “Y lo mismo ocurre con la reina: los tres hilos de perlas o sus brillantes colores. Mucho después de su muerte, la gente podrá cerrar los ojos y recordar cómo se veía”.


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  • Aracely Garza