Amarres de Ixtle

Transición, gobernanza y felicidad

Mauricio Maycotte

Nuevo León ha comenzado ya un proceso de transición gubernamental. Nuevos gobernantes han sido elegidos democráticamente y existen pocas o nulas noticias sobre unas elecciones cuestionables. Se pudiera decir que la democracia triunfó el pasado primer domingo de junio y aquellos candidatos electos preparan ya a sus gabinetes con los que, entre otras cosas, gestionarán el futuro de nuestra zona metropolitana.

Hay una tendencia ascendente respecto al nivel y los mecanismos de participación ciudadana en la toma de decisiones para nuestra metrópoli. Cuando hace pocas décadas el tema urbano, la movilidad, la zonificación, la calidad del aire era algo prácticamente exclusivo de aquellos quienes ostentaban el poder, hoy existe un sinnúmero de colectivos, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales que velan por dichos intereses.

En una democracia ideal. "El perfecto ciudadano podía dedicar unas horas al día a dirigir sus negocios y el resto servían para informarse, hablar de temas sociales o políticos y participar activamente en la toma de decisiones", menciona Joan Font en su libro 'Participación ciudadana: una panorámica de nuevos mecanismos participativos'. Sin embargo, en base a investigaciones empíricas, se ha demostrado que es solo una minoría de la población la cual encaja, el menos parcialmente, en ese perfil de 'perfecto ciudadano'.


¿Qué le depara entonces al futuro próximo de los nuevoleoneses? ¿Qué capacidad tiene la población para hacer propuestas en conjunto, basadas en problemas de la realidad contemporánea? ¿Hasta que punto la democracia participativa sigue funcionando en una zona donde conviven más de 5 millones de personas?

La democracia nació en la antigua Grecia. Las poblaciones, llamadas 'demos', se juntaban en asambleas, en un espacio llamado ágora, a decidir en conjunto sobre las acciones a tomar para resolver los problemas comunitarios. Por supuesto que no eran poblaciones de millones de personas, lo que hacía más eficiente la toma de decisiones, obteniendo resultados palpables en tiempos razonables.

¿Cuáles son entonces los límites de la democracia? Considerando que una urbe como la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) abarca más de 7600 km² y es la segunda zona urbana más densamente poblada de México, ¿no sufre la democracia un problema de escala? Vale la pena mencionar, que el demo griego tenía una población aproximada de 10,000 personas, y las mujeres y esclavos no tenían derecho a la participación ciudadana, según relata Ayman Alshboul en su libro 'El Estado Democrático y la Democratización de los Estados'.

Suena desgastantemente trillado que las democracias modernas enfrentan grandes retos. Son el tamaño, la desigualdad social y el 'ciudadano perfecto', por mencionar algunos, quienes merman la capacidad de la democracia para obtener resultados palpables.

Pensar que un gobernante llegará para resolver tajantemente cualesquiera que interpretemos como problemas comunitarios llega entonces a ser algo irreal. La misma constitución estadounidense menciona que todo ser humano tiene derecho a la búsqueda de la felicidad… sin embargo la felicidad misma es un derecho que, independientemente de cualquier legislación o gobernante existente, solo nosotros mismos nos podemos dar.


Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
  • Mauricio Maycotte