En un mundo donde existe una tendencia por proteger a la naturaleza, realizando todo tipo de acciones para aminorar la pesada carga ambiental de la vida contemporánea, la "arquitectura sostenible" (a falta de un mejor término) ha encontrado un nicho cada vez más demandado por el mercado.
Actualmente, existen oficinas con una práctica enfocada casi exclusivamente a la sostenibilidad. El tema sin duda debe de estar en la agenda de los proyectistas hoy en día pero ¿qué tan "sostenibles" son los edificios que presumen su compromiso con el planeta?
Un ejemplo de edificio "sostenible", por contar con jardines verticales (y por consecuencia, interpretado como un proyecto comprometido con el medio ambiente), es el Bosco Verticale en Milán, Italia, del arquitecto Stefano Boeri. La fachada de la torre de exclusivas viviendas se cubre con macetas que albergan un importante número de árboles. Superficialmente se puede ver una intención de arborizar la ciudad, sin embargo, ¿hasta qué punto se les da a los árboles el lugar que merecen?
Recordemos que un árbol es un ser vivo que busca expandir sus raíces continuamente en el terreno en el que erige. Sus hojas, a lo largo de su vida, buscarán el contacto con el sol, extendiéndose hasta encontrarlo. Sus troncos y ramas a la vez serán el hogar de otras diversidades de plantas y animales. Todo lo anterior se encuentra severamente comprometido al crecer dentro de una limitada maceta, a la vez que es constantemente podado para satisfacer las necesidades de las personas que habitan junto a él.
Otro ejemplo de arquitectura contemporánea que deja dudas es el proyecto 1000 trees en Shanghái, de Heatherwick Studio. Una serie de columnas son coronadas por árboles de importantes dimensiones en sus capiteles. Ubicados en un lugar prácticamente inalcanzable, el adecuado riego es considerablemente difícil. El área para que las raíces crezcan se ve limitada nuevamente, siendo un riesgo debido a que en la altura en la que se encuentran las corrientes de viento son más fuertes que al nivel del terreno.
Una arquitectura sostenible es mucho más que una serie de árboles o plantas impuestas en las fachadas de nuestros edificios. Es fácil creer que más verde significa más sostenible, sin embargo, la justicia hacia el reino vegetal no siempre se logra con las apariencias. La sostenibilidad va mucho más allá que una serie de jardines verticales.
Alguna vez, Eduardo Souto de Moura mencionó que el edificio más representativo de la arquitectura sostenible es El Partenón. Después de todo sigue siendo utilizado cientos de años después de haberse construido, albergando un sinnúmero de tipologías a lo largo de su historia. Fue edificado con materiales locales y si contamos el tiempo que ha estado en uso, su huella ecológica pudiera decirse que ha sido casi nula… ¿será entonces este la más acertada interpretación de una arquitectura sostenible? Probablemente sí…
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