Hace aproximadamente un siglo en Holanda se gestó un movimiento arquitectónico llamado literalmente Nuevo Edificio (también conocido como el funcionalismo holandés) que tendría repercusión hasta nuestros días. La escuela de Hendrik Petrus Berlage sería base para las amplias discusiones acerca de las ideas de tal corriente. La aproximación de Berlage al tema de vivienda fue ampliamente valorada por los arquitectos holandeses funcionalistas.
Entre los proyectistas neerlandeses afines al Nieuwe Bouwen (traducción al holandés) se encuentran nombres como Cornelis van Esteren, Johannes Andreas Brinkman, Mart Stam, Johannes Bernardus van Loghem y uno de los más reconocidos, Jan Duiker. Algunos miembros fueron previamente parte de otro movimiento holandés de vanguardia: De Stijl. Al demostrarlo como “arquitectura de fachada” estos arquitectos abandonan De Stijl para unirse al Nieuwe Bouwen, buscando definir la esencia del funcionalismo holandés.
Una de las obras emblemáticas del movimiento es la Escuela al Aire Libre en Amsterdam construida por Jan Duiker en 1930. Aún en pie, esta obra reduce al máximo los elementos constructivos, erigiendo solo lo indispensable. El resultado es una pura y esbelta estructura de concreto forrada por muros acristalados con delgados marcos de acero. Según las directrices del Nieuwe Bouwen los edificios debían permitir la mayor iluminación natural posible, además de abogar por una ventilación natural adecuada. Gracias a una conceptualización acertada por parte de Duiker la Escuela al Aire Libre logra ser congruente con el movimiento arquitectónico que el holandés profesa.
Otra obra cumbre del funcionalismo holandés es la Factoría Van Nelle asentada en Rotterdam en 1931. Obra de Cornelis van der Vlugt y Johannes Andreas Brinkman, el edificio es actualmente considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y aunque originalmente se producía café, té y tabaco, después chicle, cigarrillos y arroz, actualmente compañías de diseño laboran en sus instalaciones. Van Nelle muestra claras influencias del constructivismo ruso, notables en su composición a base de volúmenes puros. Un exquisito elemento vertical, así como unos pocos elementos diagonales (funcionando como rampas de circulación vertical) hacen también referencia a su influencia rusa plasmada por Mart Stam, coautor del proyecto. En esta edificación nuevamente vemos una estructura de concreto apreciable a través de sus transparentes fachadas acristaladas. La penetración de luz natural y la ventilación a través de sus ventanas abatibles obedecen las ideas del Nieuwe Bouwen.
En nuestra ciudad podemos ver cómo en los últimos años se han construido una serie de edificios de usos mixtos de distintas proporciones, desde unos cuantos pisos hasta aquellos que compiten con los de mayor altura a nivel nacional. Gracias a las enseñanzas de los holandeses respecto al adecuado uso de la estructura de concreto y las fachadas acristaladas podemos, como arquitectos, tener un mejor entendimiento de lo esencial en la arquitectura que estamos proponiendo.
mauricio@despachoeme.com