Uno de los máximos exponentes de la arquitectura residencial catalana del siglo XX es sin duda Jose Antonio Coderch (1913-1984). Nacido en Barcelona, fue ahí donde estudió la carrera de arquitectura, a la cual se inscribió en 1931, terminando hasta 1940 debido al intervalo de la guerra civil española. Comenzó su carrera profesional con Pedro Muguruza y Secundino de Zuazo en Madrid, independizandose en 1942, fundando su despacho junto con quien se asociaría por tres décadas, Manuel Valls Vergés.
Entre las obras más conocidas del catalán, se encuentran la casa Ugalde (1951) y el edificio de vivienda multifamiliar conocido como La Barceloneta (1951). Su obra no gozó del protagonismo de otros arquitectos del siglo XX, sin embargo, la calidad de esta no es motivo de su limitada difusión. Buena parte de su obra se concentra en ciudades catalanas como Sitgés, Gerona y Barcelona.
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Construida en 1962 en Gerona, la casa Rozés es una de las obras de la etapa madura del arquitecto. El terreno es un sitio en el extremo este de la costa de l´Almadrava, frente al mar Balear. El proyecto fue un encargo del dr. Rozés, oriundo de la vecina Francia.
El emplazamiento es una península rocosa, con las olas golpeando constantemente la topografía. Ingeniosamente, una serie de volúmenes se organizan sobre el terreno. En el volumen principal, se posiciona un patio que funge como corazón del proyecto, circundando, se encuentran las áreas sociales de la vivienda. Es en el punto más alto del terreno en donde se localiza este espacio principal, dotándolo de las mejores vistas que el sitio ofrece.
Serpenteando en dirección al mar, hacia donde sutilmente comienza a descender el nivel pedregoso del solar, se ubican una serie de cuerpos rectangulares albergando las recámaras. Lógicamente, las ventanas de las mismas se dirigen hacia el mar, dejando las áreas de circulación entre ellas con cara al lado opuesto. La pendiente natural del terreno provoca una serie de escaleras entre las distintas áreas de la casa, a su vez produciendo una riqueza envidiable en cuanto a composición volumétrica.
Se sugiere una relación de esta vivienda con las casas patio de Mies, incluso en planta se pueden ver la fuerza de las líneas perpendiculares que se extienden al infinito, tal como el lenguaje miesiano expresa en diversos proyectos. Los planos que se proyectan en el acceso principal a la vivienda también suponen una referencia al arquitecto alemán.
Otros proyectos de la época del arquitecto catalán son la casa Uriach, la casa Gili y la casa Luque. En estos proyectos se muestra en planta una investigación exhaustiva sobre el escalonamiento de volúmenes, aprovechando con ello la iluminación y ventilación natural de los espacios. La riqueza compositiva de las mismas es definitivamente el resultado de años de investigación proyectual.
La obra de Jose Antonio Coderch es transcendental. Sin ella, la arquitectura residencial mediterránea del siglo XX tendría otro significado. Sus casas de verano nos brindan una lección de arquitectura que presume su atemporalidad, honestidad y belleza.