Amarres de Ixtle

El Arquitecto olvidado

Mauricio Maycotte

El pasado 2 de enero se cumplió un año más del natalicio del poco conocido arquitecto italiano Giovanni Michelucci. Nacido en la ciudad de Pistoia, Michelucci se jactaba de no ser un proyectista que pudiera ser etiquetado con facilidad. La mayor parte de su vida productiva abarcó desde la década de los 30's hasta la de los 60's del siglo XX.

Recordemos que en esa época se libró una devastadora guerra mundial, a la vez que la arquitectura europea experimentaba con el nacimiento y desarrollo del racionalismo a manos de Le Corbusier. A la par, gente como Mies van der Rohe promulgaba el lenguaje que daría resplandor a la afamada Bauhaus.

Proveniente de una familia que trabajaba el hierro, Michelucci fue llamado a participar en la primera guerra mundial. Fue entonces donde se encargó de la construcción de una pequeña capilla, considerada su ópera prima en el campo de la arquitectura.

Durante los 30's, el arquitecto trabajó junto con Nello Baroni, Pier Niccoló Berardi, Italo Gamberini, Sarre Guarnieri y Leonarda Lusanna en el llamado Grupo Toscano. Ellos saltarían a la fama al ganar el concurso para la Estación de Santa María de Novella, en Florencia, Italia.

Terminada de construir en 1935, la estación tiene como característica una acentuada horizontalidad. Una serie de voladizos a doble altura albergan el acceso peatonal y vehicular. Dichas losas forman además una cornisa en todo el perímetro frontal del volumen principal del edifico. Este espacio de transición empieza a dar escala a la persona al momento de acceder a la construcción. Ya en el interior, un cambio de escala, con cubiertas planas a triple altura rematadas con cristal translúcido acentúan las salas de espera de la estación.

El espacio subsecuente es la zona de abordaje y descenso para pasajeros. En este espacio, nuevamente existen cubiertas translúcidas, solo que en esta ocasión son inclinadas. Es común encontrar en el interior de la estación una clara lectura estructural del conjunto. La monumentalidad de sus espacios se complementa con amplias columnas y vigas metálicas que se distribuyen en el interior.

El detalle brindado a la plasticidad de elementos como puertas y ventanales, además de la desnudez de la estructura metálica y el forrado en piedra de la estructura de concreto son evidencia de la preocupación de Michelucci por dignificar la estructura portante en su edificio. La incidencia de luz natural en los espacios de mayor aglomeración de personas es prueba de su sensibilidad por brindar espacios funcionales y humanos.

La estación de tren de Santa María Novella sería la primera de varias grandes obras del arquitecto italiano. En años posteriores volvería a manejar el tema de la estructura con maestría, como es el caso de la Iglesia de la autopista del Sol en 1964 y el Santuario de Nuestra Señora de la Consolación en 1966.

Por motivos desconocidos la historia de la arquitectura casi ha olvidado a uno de los grandes maestros italianos. Sin embargo, su legado permanece y nos brinda grandes lecciones de estructura y estética.

mauricio@despachoeme.com

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