Apuntes de Diseño y Arquitectura

Perfeccionando la mascarilla ideal

Lorenzo Díaz Campos

“El diseño trasciende agendas. Habla de la política del optimismo”. 

Paul Bennett

El mundo no necesita un solo diseño más de mascarillas o caretas protectoras. Una vez que se asuma el enorme reto de la reactivación económica y se atraviese un buen tiempo sin una vacuna que haga del enemigo cosa del pasado, los diseñadores se enfrentarán a una época de formidables retos. Una época sin precedentes.

La situación de encierro ha permitido a todos, para bien o para mal, hacer profundas reflexiones sobre nuestra rutina y nuestro quehacer. Al contrario de lo que se cree, la condición humana misma nos llevará a buscar el pasado, evitar en la medida de lo posible el cambio y con ello retomar las zonas de confort que tan plácidamente habitábamos apenas hace unos meses.

Ha llegado el momento, la oportunidad, de que el diseño tome el palco escénico. No se trata de desarrollar elementos de protección detrás de los que escondernos, estos son necesarios a lo mucho durante la emergencia. En estos días me parece que se ha vuelto evidente la necesidad de encontrar procesos de pensamiento colectivo que lleven a soluciones y no puedo dejar de pensar en el “Design Thinking” que apenas hace unos años pregonaba ser la panacea y que en poco tiempo ha caído en el olvido.



Tim Brown, gurú de esta línea de pensamiento, insiste que es el proceso de innovación, que a la vez que toma elementos del bagaje de los diseñadores e integra las necesidades de la gente así como las posibilidades de la tecnología y que por ende logra los requerimientos para que las empresas sean exitosas, resulta en la alternativa real para el futuro del diseño. Siendo así, es clave pensar que los diseñadores deben colocarse al centro de las soluciones que propongan el camino a seguir en los meses por venir.

La agenda, esa de la política del optimismo, es una de gran alcance. No se trata de diseñar las campanas transparentes que nos dividirán siendo comensales en un restaurante o el escritorio multifuncional que permitirá convertir nuestro comedor en una sala multimedia que permita tener conferencias globales presumiendo la biblioteca a nuestras espaldas. La verdadera responsabilidad de los diseñadores cae en la obligación de identificar lo que realmente cambiará, lo que posibilite transitar hacia una recuperación del modelo que tan claramente se ha demostrado obsoleto en apenas dos meses de confinamiento, logrando uno lógicamente superior.

En el diseño se encuentra la solución a múltiples enigmas que han surgido estos días. Desde demandas de un habitar digno hasta la implementación de procesos productivos que finalmente rompan los modelos creados por la revolución industrial y que a todas luces son anacrónicos. Si los diseñadores levantan la cara de entre mascarillas y caretas, viendo a la colaboración e involucrando a disciplinas afines, es posible que logren una revolución en torno a su disciplina tan fuerte como la que la Bauhaus comenzó hace ya 100 años. De lo contrario permanecerán encerrados en el confort de sus casas/estudios perfeccionando la mascarilla ideal.

"Design transcends agenda. It speaks to the politics of optimism".

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Paul Bennett

lorenzo@circulocuadrado.com.mx

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