Apuntes de Diseño y Arquitectura

Los materiales que nos envuelven

Lorenzo Díaz Campos

"Vivimos en el mundo del espíritu, las ideas y las intenciones humanas, pero existimos también en el mundo de la materia bajo las cantidades y las cualidades del mundo físico".

- Juhani Pallasmaa

Interpretamos aquello que nos rodea decodificando millones de señales que continuamente llegan día y noche a nuestro cerebro. Los estímulos nerviosos que llamamos "sentidos" son el flujo energético que nos mantiene conectados y en comunicación con el mundo exterior.

Algunas texturas nos son muy familiares y conscientemente hacemos elecciones para que nos acompañen todo el día, nuestra ropa es sin duda una de ellas. Una elección muy personal de fibras naturales, sintéticas y animales que nos acompañaran toda la jornada.

Otros materiales los vamos encontrando, las superficies que tocamos en objetos y muebles que nos rodean van hablando del entorno en el que nos desarrollamos. El contenido emocional y psicológico que nos liga a ellos acompaña a la construcción de emociones e ideas que a final de cuentas forman parte de nuestro diario quehacer, de nuestras decisiones y de las experiencias que nos construyen como personas.

A lo largo de la historia siempre ha habido materiales que han sido reservados para ricos y poderosos, ligados al lujo por su rareza. Otros materiales en cambio pueden ser muy comunes al entorno, elementos ubicuos y accesibles que nos parecen ordinarios. La industrialización, la ciencia, la tecnología y un mundo global nos han puesto a la mano, literalmente, miles de materiales que acompañan a miles de sensaciones desconocidas que en un pasado no muy remoto eran desconocidas a nuestros ancestros. La diversidad de experiencias ha matado nuestra capacidad de asombro. Texturas lisas, rugosas, tersas o ásperas, objetos fríos o cálidos, cuerpos brillantes o matizados son sensaciones ahora comunes y de cualquier día. Rara vez nos detenemos a pensar de dónde vienen esas sensaciones o cómo es que se obtienen y procesan esos materiales para construir el mundo que nos rodea.

"… este tipo de cosas producen un efecto sensorial en mí. En ellas encuentro el primer y más grande secreto de la arquitectura: reunir cosas y materiales del mundo para que, unidos, creen este espacio", relata Peter Zumthor en su libro Atmósferas. Cuando se seleccionan materiales para algo que nos acompañará durante años la elección resulta más compleja. Una playera de algodón, con suerte, nos acompañará unos años, un centenar de "puestas", pero los pavimentos de un hogar, las texturas de los muros podrán ser una elección inclusive para futuras generaciones.

Vivimos envueltos por muchos estratos de materiales, una especie de capas de cebolla que comienzan a flor de piel. Nuestra ropa, los muebles que nos rodean y sus materiales, la tapicería, las sábanas de nuestras camas. Le siguen todos los objetos que hacen los interiores de nuestro ambiente, tapetes, cortinas y muebles. Otra capa lo forman los acabados, los pisos sobre los que caminamos, los muros que tocamos, las puertas y ventanas que abrimos y cerramos. Otras elecciones de acabados fuera de nuestro alcance también hablan de texturas, sonidos y sensaciones. Un muro rugoso de concreto, un techo de vigas de madera suma a la materialidad de nuestro entorno.

"Cada vez que entro en edificios, en espacios donde vive la gente – amigos, conocidos o gente que no conozco –, me siento impresionado por las cosas que la gente tiene consigo, en su entorno doméstico o laboral. Y, a veces – no se si os ha pasado – constato que las cosas coexisten de un modo cariñoso y cuidadoso", dice Zumthor en otro fragmento de su libro. Crear espacios es envolver a la vida de las personas en materiales, es darle a sus sentidos sensaciones. Esa materialidad debe de ser fruto de una enorme sensibilidad y debe de estar acompañado de un esfuerzo profesional y preparado.

Dice Violet leDuc en su libro didáctico de 1873 "Historia de una casa" refiriéndose a la arquitectura: "lograr que el arte sea la fiel expresión de las necesidades del tiempo que se vive, que el edificio sea el sobre de lo que ha de contener", un contenedor de sensaciones. Es de ahí que la selección de materiales resulta clave en la construcción de una calidad de vida ideal, superior y aspiracional para el que habrá de vivir ese espacio.


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