Hay fechas que nos marcan en la vida. Para mi una de esas fechas fue cuando cumplí 39 años. Sabía que estaba llegando al final de una era en mi vida, y que me acercaba al inicio de otra; a la cuál, honestamente me daba mucho miedo llegar.
Bienvenida a los 40s
A partir de ese momento, el saber que iba a cumplir 40 años estuvo presente en lo que hice, pensé y planeé por los siguientes 365 días; y si les soy totalmente honesta, fue un período muy difícil. La idea de cumplir 40 años me hacía sentir que, literalmente, había un antes y un después (no necesariamente positivo) entre la persona que había sido en mis 30s, y la persona en la que iba a convertirme a partir de los 40s.
Muchos de mis miedos provenían de las ideas y estereotipos que me había comprado, a lo largo de mi vida, respecto de lo que significa para una mujer cumplir 40 años: “Ya no estás joven”, “Ya no puedes vestirte como lo hacías antes”, “Hay menos oportunidades profesionales a partir de los 40s”, y una larga lista de cosas que, supuestamente, tenía que hacer o dejar de hacer simplemente por cambiar de década de vida. A eso se sumaba la idea de que la sociedad empieza a ver diferente a las mujeres después de los 40s; y que, en muchos casos, se espera que tomes un lugar en segunda fila y dejes que las generaciones más jóvenes ocupen el reflector.
Si este era el panorama, pues ¡Por supuesto que no quería cumplir 40 años!
Como no hay plazo que no se cumpla, mi cumpleaños más temido llegó; y de pronto me sentí como un yogurt que estaba a punto de caducar en el refrigerador. Les puedo decir que definitivamente no le deseo a nadie sentirse así.
Por si fuera poco, además de todo lo que ya les conté, mi crisis de los 40s vino acompañada de muchas dudas sobre que seguía para mi profesionalmente, y tuvo de “cereza del pastel” terminar mi relación de pareja dos meses después de mi cumpleaños. Si, ya sé…el 2014 no fue mi mejor año.
¿Y ahora qué sigue?
Cuando cumples 40 años no solo te están enfrentando a lo que yo le llamo “la lista del super” de los estereotipos y prejuicios sociales sobre lo que se espera de las mujeres a partir de esta edad; si no que además es un hecho que a partir de esta década vas a enfrentar cambios físicos, biológicos y emocionales muy fuertes que, si o si, van a tener un impacto importante en muchas áreas de tu vida.
Pero, ante la crisis tienes dos opciones principales: adoptar una posición de víctima y un rol pasivo donde te dejas llevar por las circunstancias y por lo que dicen los demás; o verla como una oportunidad que te da la vida para crecer como persona y replantear quien quieres ser, que quieres lograr y hacia donde quieres ir.
La segunda opción es mucho más difícil porque implica tomar conciencia y sobre todo responsabilidad de nosotras mismas. Esta es la ruta que te acerca a vivir la vida que realmente quieres, y ese es un gran logro, porque significa que tú vida la defines tu.
Los 40s sin duda, representan un parteaguas, y sí; en muchos aspectos marcan un antes y un después. Pero, si la abordamos con una actitud positiva, pueden representar el punto de partida para hacer un replanteamiento de vida, en un momento donde ya cuentas con la experiencia y las herramientas que te han dejado las décadas que has vivido.
En mi caso, hay muchísimo que contar sobre lo qué pasó después de que cumplí 40, y te lo iré platicando en las columnas por venir, pero a manera de spoiler alert, te puedo asegurar que lo mejor de tu vida puede venir después de los 40s; y que, en mi caso, los últimos ocho años han representado un proceso de transformación personal y profesional donde ha habido un poquito de todo… ¡Hasta boda!
Estoy convencida de que la vida la diseñamos y la construimos nosotras, y en esta columna vamos a platicar de todos esos temas que nos lleven a vivir la vida que queremos, sin dejar que la fecha en nuestra acta de nacimiento nos detenga. Te invito a que dejemos de pensar en términos de “envejecer”, y a que empecemos a vivir como mujeres “sin fecha de caducidad”.
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