Pensando y Creciendo

La ciencia ha descartado 5 de los mitos más arraigados acerca de tu bebé

Balbina Garza Delgado

Convertirte en mamá es una de las experiencias más extraordinarias, pero también a veces difícil debido a los grandes cambios que trae la maternidad. La cantidad de información disponible puede hacer que las mamás se sientan bombardeadas y con dificultad de elegir entre tantas corrientes relacionadas a la crianza de los niños. Todo esto puede dejar a las mamás sintiéndose inseguras en su rol y dudando de su capacidad innata para entender a su bebé.

Anteriormente, las teorías del desarrollo emocional y psicológico en niños estaban aisladas de otras disciplinas. Como resultado, las diferentes teorías a veces eran totalmente contradictorias. Últimamente, los hallazgos en diferentes disciplinas como la neuro-ciencia, la psicología, el psicoanálisis y la bio-química coinciden y se complementan. Se ha alcanzado un entendimiento sistémico de lo que sucede durante los primeros años. Así, este nuevo conocimiento ha logrado desenmascarar antiguos mitos en los cuales se basaban las diferentes costumbres relacionadas al cuidado de los bebés. Con esta información, las mamás pueden sentirse más seguras al tomar decisiones acerca de la crianza de sus hijos.


Aquí te comparto información actualizada que te dará herramientas para vivir de manera más satisfactoria este período tan importante y para darle a tu bebé el mejor comienzo.

Mito #1: Debemos de fomentar la independencia en los bebés y evitar cargarlos mucho para no mal acostumbrarlos.

El cerebro del bebé no está suficientemente desarrollado al nacer. El bebé logra desarrollar su capacidad de auto regulación solamente en relación con los demás, particularmente con las personas que lo cuidan. Los bebés necesitan de un adulto que responda con empatía a su angustia y a sus emociones. Cuando una mamá responde de esta manera una y otra vez, el bebé acumula experiencias en las que su malestar es aceptado y regulado. Después de estar expuesto a numerosas experiencias similares, el bebé logrará integrar poco a poco la función regulatoria del adulto, haciéndola propia y desarrollando su capacidad de auto-regulación.

Mito #2: El amor que sentirás hacia tu bebé se dará de inmediato.

Sí; existen muchas mamás que sienten un amor intenso en el momento exacto en el que ven a su hijo por primera vez. Sin embargo, en otras ocasiones, este apego puede tardar en desarrollarse. Situaciones de estrés, ansiedad, partos traumáticos, y otras situaciones de trauma, pueden interferir con el desarrollo del apego. Debido a que son pocas las mamás que comparten esta posible dificultad inicial, ellas mismas y otras mujeres pueden sentir que son las únicas con estos sentimientos. Es importante saber que aunque en ocasiones, este apego no sea inmediato, no significa que no se logrará desarrollar después o que algo está mal. Vale la pena recalcar que si notas que el amor hacia tu bebé no llega o tienes pensamientos intrusivos, es importante buscar un especialista en terapia madre-bebé que te ayude a fomentar esta relación temprana.

Mito #3: Los bebés no sufren cuando los padres están ausentes por varios días.

Bowlby, psicoanalista inglés, estudió el impacto de las pérdidas y separaciones en niños y bebés. Estos resultados lo llevaron a desarrollar la teoría del apego. Bowlby observó reacciones similares al duelo en bebés e infantes que eran separados de sus padres por varios días. Identificó que el impacto de la separación se puede manifestar como problemas de sueño, problemas de alimentación, ansiedad, desapego, o regresiones en el desarrollo. Anteriormente se pensaba que no era relevante si los bebés tenían un cuidador principal y constante, o no. Actualmente y con la nuevas investigaciones, se reconoce que dejar a los bebés por días enteros interfiere con su desarrollo emocional. Debido a que los bebés aun no desarrollan la constancia objetal, no logran entender que cuando una persona se va, ésta va a regresar. Para el bebé, esta desaparición repentina es experimentada como una desaparición permanente, elevando de manera dañina la producción de la hormona del estrés que puede interferir con el desarrollo óptimo del cerebro.

Mito #4: Los bebés no se acuerdan de situaciones traumáticas que experimentan antes de los 5 años.

Es cierto que pocas personas pueden recordar claramente situaciones que vivieron en la infancia. Sin embargo, científicos han descubierto que aunque es difícil ponernos en contacto con memorias especificas de esta época, el cerebro recuerda. Eventos traumáticos o periodos de estrés prolongado afectan el desarrollo del cerebro de tal manera que el bebé cargara con el impacto a largo plazo. Por ejemplo, se sabe que los niños que están expuestos a violencia o conflicto familiar, desarrollan una hiper-vigilancia parecida a aquella que se observa en soldados que han estado en combate. También, tienden a percibir situaciones de posible amenaza con mayor frecuencia, aun cuando esta amenaza no es objetiva, malinterpretando situaciones ambiguas o aún benignas. Esta programación neuronal temprana que se da en ambientes de estrés tóxico, reactivará una y otra vez sensaciones de estrés en el futuro que se creían olvidadas y enterradas en el pasado.

Mito #5: Hay que enseñarle a los bebés y a los niños a no enojarse.

Intentar enseñarle a una persona a no enojarse es como intentar enseñarle a una persona a dejar de respirar. Debemos de reconocer que el problema no es la emoción de enojo en sí, sino la posible conducta asociada a ella. El enojo, así como demás emociones, son fuentes de información increíblemente valiosas. El enojo nos permite reconocer cuando alguien está sobre-pasando nuestros límites, cuando algo no nos gusta, etc. Si a los niños se les impide tener acceso a todos sus sentimientos, estos sentimientos no desaparecerán. En lugar de ello, se manifestarán de otras maneras incluyendo: conductas impulsivas, actitudes de oposición, provocaciones, ansiedad o depresión. No hay que enseñarle a nuestros hijos que hay emociones buenas o malas, en lugar de esto debemos de enfocarnos en ayudarles a expresar estas emociones de una manera más apropiada. Recuerda que el transmitir que todos los sentimientos son válidos no equivale a decir que todas las conductas son aceptables.

Como papás, el mejor regalo que podemos darle a nuestros hijos es educarnos acerca de su desarrollo.


Balbina Garza Delgado

Psicoterapeuta de niños, adolescentes y adultos


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En esta charla Natalia Martínez comparte algunos tips para vivir tus emociones sanamente.



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