Foodie Land

No Es Mixología

Arantxa González Berzunza

En nuestra cada vez más lejana realidad pre COVID-19, uno de los grandes placeres de la vida adulta, fueras o no fan de las bebidas alcohólicas, era definitivamente el poder disfrutar de un buen coctel. Esa sensación que nos dejaba el ver llegar nuestra bebida perfectamente armonizada entre colores y texturas, y que al probarla nos permitía experimentar con el equilibrio ideal de los sabores hasta transportarnos a diferentes escenarios, era simplemente sublime. Eso y claro, acompañarlo de las risas de nuestros amigos en algún bar, de nuestra pareja y la cena perfecta en nuestro restaurante favorito o solos al terminar el día con música en vivo de fondo, en el nuevo lugar de la ciudad.

Y es que si bien es cierto que disfrutar en casa de un coctel preparado por nosotros tiene su encanto, el poder probar las creaciones de los expertos con todos los elementos necesarios que cada una requiere, desde insumos e instrumentos, hasta el conocimientos de los materiales, le da el plus necesario. Porque sinceramente ¿Cuántas veces sin mucho éxito hemos intentado recrear ese coctel soñado que probamos en nuestras vacaciones favoritas? o ¿Cuántas otras hemos encontrado con line la receta de ensueño con el nuevo destilado de moda y mil y un ingredientes más? Volviendo casi imposible que nuestro producto final sea si quiera similar a las fotografías o que las texturas y sabores se parezcan al de nuestros recuerdos, dejándonos más una sensación de frustración, que la de puro placer como la que mencionaba al principio. Aclarando, obvio, que si como a mí esta contingencia te dejó ser fan de experimentar mil y un veces con la comida y bebidas, y de adquirir (con el pretexto de tener todo lo necesario) los imperdibles para pasarla súper en casa, es más por diversión, que por el resultado per se.

Es por eso que pensando en lo expuesto con anterioridad y en que vivir una nueva normalidad interminable no deben ser limitantes para disfrutar de calidad en casa, Geraldo González Castillo, turismólogo y bartender de profesión, decidió crear No Es Mixología, el nuevo proyecto que nos permite como residentes de Pachuca o de la Ciudad de México disfrutar de la coctelería clásica y de autor en la comodidad de nuestra casa, obviamente sin sacrificar la calidad y experiencia que se requiere.

La historia

Originario del municipio de Tlanalapan, Hidalgo, Geraldo, de 31 años de edad, recuerda que al terminar la preparatoria, estudiar gastronomía o diseño gráfico eran las carreras que más le llamaban la atención, pero que al ser relativamente nuevas en nuestro estado, sus papás le ofrecieron la alternativa de Administración de Empresas Turísticas. Licenciatura que contaba en su currícula con materias enfocadas a la cocina, además de brindarle un panorama administrativo y empresarial que parecía ideal para sus necesidades. Agregando que, como él lo menciona, "el tener un título no te hace ser alguien, son el conocimiento y la pasión los que te motivan para hacer las cosas".

Al concluir la universidad pasó por varios empleos enfocados al servicio restaurantero hasta que se topó con la recién llegada a la ciudad, Escuela de Coctelería Hilton, que inmediatamente llamó su atención para entrar nuevamente a estudiar. Institución que le permitió certificarse como Bartender Profesional y posteriormente incursionar en el mundo de la docencia.

Fue así como Geraldo encontró en el arte detrás de las bebidas su gran pasión, comprando libros, investigando cada vez más, acudiendo en múltiples ocasiones a la Ciudad de México a tomar seminarios o talleres y recorriendo los cocktail bar del momento, como Licorería Limantour, Barra 57 y los ya tradicionales del Mercado Roma.

Al cabo de un tiempo decidió mudarse a la capital del país, trabajando en el área de servicio por más de cuatro años en Comedor Jacinta, restaurante a cargo del chef Edgar Núñez y posteriormente en su actual empleo en Em Restaurante, del chef Lucho Martínez.

Para Geraldo, quien tiene muy presente que en sus metas destacan poner un restaurante y un cocktail bar, el servicio es fundamental, es por eso que ha buscado aprender lo más posible en la práctica, claro, sin dejar de lado los conocimientos en administración que le dejó su primer carrera y su amor por la coctelería de la segunda, factores que lo motivaron a iniciar su propio proyecto: No Es Mixología.

Todo comenzó el día que decidió crear un coctel que embolsó y selló para evaluar cuál era su tiempo de vida, basado en que todos los elementos que utiliza son naturales. Tras este experimento y compartiendo con sus compañeros de trabajo y con amigos del medio en Pachuca, Geraldo decidió que era momento de dejar sus miedos de lado y arriesgarse a que el mundo conociera sus creaciones.

La idea surgió como alternativa al cierre masivo de restaurantes a causa de la pandemia, inspirada en la tendencia europea de coctelería embotellada. Y motivado, claro, por sus planes a futuro de poner su propio espacio, pero que se ha adaptado bastante bien a la idea de brindar una experiencia más allá de un producto, y que le ha permitido llegar a los amantes de las bebidas hasta su hogar, sin necesidad de esperar la apertura de su propio cocktail bar.

Dentro de las cosas de No Es Mixología que me llaman mucho la atención está en primer lugar el nombre, que aunque hace referencia a lo que supuestamente “no es” (recordemos que dentro de las múltiples definiciones, mixología se puede entender como el arte de mezclar bebidas y la ciencia que tiene detrás), está más que claro que es una sátira que Geraldo encontró a la reciente popularización que el término ha tenido en los últimos años, enfocándose más en atraer consumidores por el nombre, que en realmente contar con personas preparadas en el estudio de la coctelería.

Eso sí, aunque como lo mencioné anteriormente además de la instrucción profesional y del constante estudio y preparación que tiene, él menciona que jamás podría referirse a sí mismo como un mixólogo, sino como un bartender que es apasionado por su trabajo.

Y aunque todo suena perfecto, emprender y continuar con su vida laboral es toda una tarea titánica que ha sabido combinar entre sus noches después de Em Restaurante, los ratos libres y fines de semana. Dedicando y administrando sus horarios para experimentar, comprar insumos, seguirse preparando, elaborar los cocteles de No Es Mixología, la imagen, concepto y redes sociales, ya que todo está a su cargo. Siempre con el apoyo de su familia y amigos que además lo siguen motivando a que continúe con su proyecto.

El menú

No Es Mixología cuenta con un menú de temporada compuesto por una mezcla de seis cocteles que combinan los clásicos como el Amareto Sour (Licor Amaretto Disaronno, jarabe casero y jugo de limón) y los de autoría como el Burrito Viajero (Mezcal Ensamble, Xtabentún, jugo de pomelo, fresa y jugo de limón). Permitiéndonos conocer más sobre los productos nacionales, utilizando los tradicionales internacionales sólo como complemento en algunos de ellos, pero jamás como estrella principal, pues al tener como base licores y destilados mexicanos más elementos naturales como jarabes y jugos que son preparados específicamente para cada uno de ellos, los sabores son perfectamente equilibrados.

El proceso de elaboración de las bebidas corre en su totalidad a cargo de Geraldo, quien elabora los cocteles un día antes de ser entregados para que se encuentren en óptimas condiciones y tengan una vida útil de dos a tres semanas, sin sacrificar los sabores ni la calidad.

Cuentan con una presentación de 9oz (270ml) pensada para degustarse en dos exhibiciones de 4.5oz por coctel, a excepción del Gin & Tonic (Ginebra Bruja de Agua, sirope de corteza de quina y agave, más 200ml adicionales de agua mineral) y el Mexican Negroni (Ginebra Fresco 77, Campari y Vermouth Rosso), que se recomiendan servir de 3 oz cada uno.

Y aunque para muchos 9oz parecerían no suficientes, Geraldo argumenta que es la cantidad adecuada para disfrutar al 100% de los sabores, pues a diferencia de muchos otros, los cocteles de No Es Mixología únicamente requieren como elemento adicional el hielo. En primera porque están pensados para ingerirse lo más cercano posible a su presentación en un cocktail bar y en segunda porque prescindir de hielos triturados, aguas comerciales o del shakeo ayudan a mantener la idea de no tener que hacer nada más que enfriar tu coctel antes de servirlo y, en su caso, añadir los frutos secos o elementos extras que también son incluidos al momento de la entrega.

Los sabores de la experiencia

Si leíste mi entrada pasada sobre MAHIS, seguro recordarás que dentro de la selección de bebidas me sorprendió mucho que este restaurante manejara la línea de coctelería de No Es Mixología.

En ese momento los seleccionados para probar fueron el Carnaval (Aguardiente, maracuyá y falernum syrup de jengibre, almendra, limón y clavo) y el Epicentro (Mezcal espadín con clarificado de manzana, pulpa de tamarindo, crema de coco y jugo de limón).

Para esta ocasión los elegidos por Geraldo me causaron mucha expectativa. Inicié con un clásico de clásicos: el Amareto Sour (Licor Amaretto Disaronno, jarabe casero y jugo de limón). Específicamente al probar este coctel terminé maravillada. Jamás había encontrado el licor de amaretto particularmente atractivo en ninguna de sus presentaciones. Las notas más bien perfumadas terminaban siendo algo un tanto abrumador para mi gusto, pero al probar esta presentación todo eso desapareció. Este coctel cuenta con una mezcla adecuada entre lo intenso del licor, la acidez del jugo de limón y lo dulce del jarabe. Dejándote en la boca una sensación de equilibrio que perdura a lo largo de toda la bebida, e incluso después.

Como segundo probé el Burrito Viajero (Mezcal Ensamble, Xtabentún, jugo de pomelo, fresa y jugo de limón). Y con este jamás dudé en que se volvería uno de mis favoritos. Tiene un color rosa que le brinda ese toque de alegría desde que lo sirves, que va a congruencia con los sabores que se obtienen de la mezcla entre el mezcal y el licor tradicional del sureste. Dándonos un paseo por las joyas de México.

Los generales

No Es Mixología cuenta con servicio delivery, de lunes a domingo en la Ciudad de México y domingo en Pachuca. Geraldo es el encargado de personalmente entregarte tus productos, momento que aprovecha para darte las especificaciones y recomendaciones. Además de indicar su caducidad y medidas de conservación.

Es necesario que realices el pedido de tus cocteles vía redes sociales o whatsapp, con al menos 3 horas de anticipación para dar tiempo a que sean preparados de manera adecuada.

El promedio estimado de consumo oscila entre los $180 y los $340 por persona, y brinda las alternativas de realizar pagos en efectivo y vía transferencia bancaria.

No Es Mixología es la opción ideal para disfrutar de una tarde en casa o para complementar las nuevas reuniones petit que tanto nos encantan. Ahora que si lo que necesitas es su servicio de cocktail bar para algún evento más grande, puedes solicitarlo con al menos 15 días de antelación para que te sorprendan con sus propuestas y les proporciones tus ideas.

No olvides seguir a No Es Mixología en sus redes sociales para realizar tus pedidos, enterarte de sus nuevos menús, medios y puntos de entrega. Además de conocer más sobre los procesos y elementos utilizados en sus creaciones y así continuar enamorándote del mundo de la coctelería.

Viviendo en FoodieLand,

Arantxa González Berzunza.

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