Foodie Land

MAHIS

Arantxa González Berzunza

Si algo amo mucho de mi Bella Airosa, es que cada vez existen más propuestas gastronómicas diferentes, aventuradas, sustentables, locales y por chefs jóvenes que buscan innovar y ser fieles a sí mismos.

Tal es el caso de MAHIS a cargo del chef Erick Gutiérrez, quien con tan solo 28 años de edad ha encontrado en la cocina mexicana la base de su menú, pero que, de manera diaria, modifica los clásicos para ofrecer de lunes a sábado una alternativa diferente en tres tiempos, que por sólo $90.00, nos hace recorrer los sabores locales y de temporada. Aventurándose también, a mezclar elementos arriesgados, multiculturales y sorpresivos.

La historia

Debatiéndose entre la psicología, la arquitectura y la gastronomía, la mente maestra detrás de MAHIS, el chef Erick Gutiérrez, pasaba por ese complicado y muy común momento de la adolescencia en el que elegir qué carrera estudiar parecía toda una odisea.

Sin el romanticismo detrás de muchas otras historias, Erick cuenta que no existe esa típica anécdota de las abuelas inspirando su amor por la comida, o de él siendo el encargado de cocinar para sus hermanos pequeños. Su motivación iba más tendiente al saber y estar consiente que no quería pasar su vida detrás de un escritorio y que la parte creativa tenía que ser la clave. Además de esos comentarios que de manera inconsciente hacía, desde muy pequeño, diciendo que quería ser chef.

Como una licenciatura de reciente creación en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Gastronomía parecía la opción ideal que cubría sus expectativas y que además formalizaba sus sueños de niño. Tras un registro y proceso de admisión exitosos, Erick comenzó lo que le daría base a su creciente carrera en el mundo de los sabores. Eso sí, no sin antes creer que no había sido seleccionado para ingresar a la universidad, pues cuenta que cuando revisó el periódico para ver los resultados no encontró su folio entre las interminables páginas de números de nuevos admitidos y que fue hasta que una amiga lo llamó para felicitarlo que corroboró que ahí estaba.

Su primer acercamiento con la realidad, más allá de la escuela, fue alrededor del tercer semestre de la licenciatura cuando junto con su mamá, decidieron poner lo que él describe como una “cocina”, en la que se ofrecían algunos de los platos más tradicionales. Erick recuerda que fue en esa época de su vida en la que se dio cuenta de los retos que representaba el mundo gastronómico. Todo gracias a unas enfrijoladas que, al ser regresadas en múltiples ocasiones por una comensal no satisfecha, le develaron la necesidad de adquirir experiencia previa a implementar su propio negocio.

Al cabo de un lapso y por falta de tiempo causado por la vida académica y las prácticas profesionales, decidieron poner en pausa ese proyecto, pero Erick sabía que al concluir la escuela quería algo propio. Tanto así que MAHIS, nombre de su actual espacio, ya era algo definido aún sin saber cuándo y cómo sucedería. Todo gracias a la investigación del origen taíno de esta palabra, que posteriormente modificó al cambiar la z por s y que su significado le dio sentido a lo que el maíz representa para la historia y hogares mexicanos.

Al concluir la escuela y tras dos experiencias poco agradables en el ámbito restaurantero, confirmó qué era lo que sí y lo que no quería. Erick entendió que era momento de arriesgarse y materializar el proyecto que le permitiría dar vuelo a su creatividad.

Lo cierto es que para llegar a lo que hoy es MAHIS se necesitó de mucho trabajo, desde la remodelación y adaptación que entre él y su papá, carpintero de profesión, realizaron al hacer las mesas y puertas, colocar los pisos e instalaciones eléctricas, hasta pintar y acondicionar lo que antes era su hogar.

Claro que los primeros meses no fueron fáciles, pues requirieron de mucho apoyo familiar y mucho estudio sobre la ciencia de la cocina, todo para poder lograr las creaciones que ahora elabora. Erick estaba seguro de lo que quería y sabía que no podía rendirse en el camino. Fue así como pasó de ser el cocinero, mesero y administrador (claro, siempre con la ayuda de su mamá, papá, tías y amigos), a convertirse en la cabeza de un equipo de jóvenes que encuentran en MAHIS la oportunidad de adquirir conocimientos, experimentar y aprender todo aquello que va más allá de la escuela, convirtiéndose en ese lugar al que tantas ganas tenía de llegar al concluir la universidad, pero que simplemente no existía.

El menú

La razón por la que la base del menú de MAHIS es la comida mexicana es tan lógica y simple que le da la congruencia necesaria a lo que han logrado, y radica en lo siguiente: Erick decidió inspirarse en México, porque es el país donde vive. País que además ha sido reconocido y galardonado por su amplia, diversa y multicultural gastronomía.

Pero el que la comida mexicana sea la esencia no representa para nada una limitante para lo que MAHIS ofrece, pues además de un menú fijo con entradas como esquites de tuétano o infladitas de cochinita, principales como tacos dorados en un mole verde que ellos mismos preparan a base de verduras, el tradicional caldo de pollo con unos inesperados chochoyotes o unos tacos de suadero confitado, obviamente sin olvidar los postres de pixtle y mamey o su helado de mango colado, nos permiten degustar de un menú tres tiempos que cambia todos los días y que inspirado por la necesidad de su chef de siempre innovar y experimentar valiéndose de los elementos de temporada, hace de cada visita una experiencia completamente diferente, pero sin perder la esencia que los caracteriza.

Los productos e insumos que son utilizados en MAHIS también tienen un plus muy atractivo porque además de ser frescos y de muy alta calidad, son cosechados y elaborados en su mayoría por emprendedores de la región, desde los brotes, vegetales y lácteos, hasta los deliciosos cocteles a cargo de No es Mixiología.

Es importante mencionar que Erick y su equipo cuidan cada detalle al máximo, así que además de sabores y texturas congruentes, el montaje de los alimentos es un deleite a la vista.

Los sabores de la experiencia

A diferencia de las ocasiones anteriores (y con el antecedente de las visitas previas y de un catering a su cargo que nos dejó a todos encantados en la graduación de una de mis primas) decidí dejarme sorprender por lo que Erick y su equipo eligieron para la degustación y como era de esperarse, terminé volada con los platillos.

Desde la entrada quedé maravillada con el sope del menú del día que, en lugar de masa por base, llevaba un nopal asado con requesón, tocino, ensalada de verdolagas frescas, aceite de guajillo, rábano sandía, cebolla, cilantro y nopales curados que con su combinación de verdes y rosas fue el inicio soñado.

Continué con su bocol de escamoles, esquites, huitlacoche, aguacate tatemado y ceniza de totomoxtle que sabía mucho a Hidalgo en cada bocado.

Por plato fuerte me mandaron uno de sus principales disponibles en su menú fijo: El “Pulpo y Mole” que bañado en mole negro (que ellos mismo preparan), con trocitos de calabaza mantequilla, chilacayote y coles de Bruselas, logra combinar congruentemente el fruto del mar con uno de los platillos favoritos de nuestro país.

Para cerrar con broche de oro la estrella fue su “Campo de Maíz”, cheescake de elote con polvorón de cocoa, crumble de maíz pozolero, su helado de rompope y palomitas caramelizadas, terminado con un dentelle de chocolate.

Para las bebidas eligieron dos de No es Mixiología, el “Carnaval” de aguardiente, maracuyá y falernum syrup de jengibre, almendra, limón y clavo, y el “Epicentro” de mezcal espadín con clarificado de manzana, pulpa de tamarindo, crema de coco y jugo de limón.

Los generales

MAHIS se encuentra ubicado en Av. 5 de mayo, número 104, Santa Julia, Pachuca de Soto, Hidalgo.

Cuenta con un horario de servicio de lunes a sábado, de 1:00pm a 6:00pm, en el que con todas las medidas de seguridad puedes disfrutar tus alimentos. Ahora, que si lo que quieres es disfrutar de sus especialidades en la comodidad de tu casa, también cuenta con el servicio de pick & go, que como plus extra a sus empaques biodegradables, te permite llevar tus propios recipientes para cuidado del medio ambiente.

El promedio estimado de consumo oscila entre los $90.00 y los $400.00 por persona y brinda la opción de realizar pagos en efectivo, vía transferencia bancaria y con tarjeta de débito, además de facturación, si así lo requieres.

Te recomiendo destinar de al menos una hora para disfrutar tus alimentos y una más para degustar los cocteles de No es Mixiología.

Además de los menús, MAHIS brinda la opción de adquirir sus moles, helados y especiales de temporada como el pan de muerto. Sólo debes solicitarlos con una semana de anticipación porque, como ya lo mencionamos, son elaborados con productos frescos que adquieren para la ocasión.

Ahora que si lo que necesitas es su servicio de catering, puedes solicitarlo con al menos 7 días de antelación para que te sorprendan con sus propuestas y les proporciones tus ideas.

No olvides seguir a MAHIS en sus redes sociales porque es precisamente ahí en donde a diario dan a conocer su menú del día, además de ser el lugar perfecto para solicitar reservaciones, descubrir sus productos nuevos y maravillarte con el food art de su feed lleno de sus cambiantes platillos.

MAHIS tiene todo lo que nos encanta y a un costo súper accesible, convirtiéndolo es el lugar it para pasar las tardes disfrutando de su gastronomía.

Viviendo en FoodieLand,

Arantxa González Berzunza.

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